LO MEJOR: Vivir
la experiencia de viajar de mochileros, integrarnos con la gente local, Hacer
un trekking por Pisac, acariciar llamas, vicuñas y alpacas. Sentir la cultura
desde dentro. Isla Ballestas y Paracas.
LO PEOR: El
poco cuidado del medioambiente. Lo excesivamente caro, explotación y mala
organización del turismo en Machu Pichu. Ver cientos de perros abandonados y tanta
pobreza.
LO
MÁS DIVERTIDO: La excursión de día entero en Isla Balletas y Paracas. Las
cervezas en el Waikys (un bar de Puno).
A
DESTACAR: Sensación de soroche o mal de altura.
Ayuda para organizar el viaje: Loney Planet, Foro
viajeros, Rumbo y Booking.
Ruta: Madrid- Lima- Paracas- Isla
Ballestas- Ica- Arequipa - Cañon del Colca- Puno- Lago Titicaca- Cuzco- Valle Sagrado-Aguascalientes- Machu Pichu- Cuzco-Madrid.
Día 0.
Madrid-Lima
Miércoles 27 de
marzo de 2013.
- Se puede saber que se nos ha
perdido a nosotros en Perú???. Pues visitar el Machu Pichu y los paisajes no???.
Uffffffff no sé yo, con lo bien que estamos aquí en Madrid, tan tranquilitos…. -
Que he leído que Lima es peligroso: hay secuestros, robos, hay múltiples
accidentes de coche y autocar. – Esta misma mañana he mirado las noticias en
Perú y el volcán Misti está con una actividad sísmica inusual, y ¿los
terremotos?… Ay madre!!!!
- Es igual, ya tenemos todo
preparado y además la vida son dos días no?. Acaso preferimos estar en la
oficina trabajando? La respuesta indudablemente es: NO. Así que ala, nos vamos
a PERÚ!.
A las 21.00 h. ya estábamos en el
aeropuerto de Madrid-Barajas con la tarjeta de embarque impresa desde por la
mañana, por lo que íbamos con tiempo de sobra y además no íbamos a facturar. Lo
primero que hacemos en la T1 es cambiar de Euros a Soles (moneda Peruana). Hay
dos casas de cambio en la terminal. El cambio en ese momento estaba así: 1
euro: 3,30 soles. Nos parece correcto así que aceptamos y cambiamos 100€. Preferimos
ir directamente con algunos soles desde Madrid por lo que podamos necesitar nada
más llegar.
Pasamos el control correspondiente
y nos dirigimos a la puerta de embarque. Como aún nos sobra algo de tiempo y no
hemos cenado nos tomamos algo en la misma terminal. Al rato anuncian la salida
y nos ponemos en la fila de embarque. Subimos al avión, y a pesar de haber
reservado uno de los mejores asientos (indicado según la web de Air Europa teniendo
en cuenta el modelo de avión) nos encontramos con que estos asientos no tienen
ventanilla y están justo enfrente del baño... Uff menudo viajecito de noche que
nos espera.
El avión, da aspecto de viejo y
sucio. Teníamos un buen recuerdo de esta compañía pero se nos cayó por el suelo
al ver como un avión transoceánico podía estar en esas condiciones. Debían ser
cerca ya de las 00.30h. cuando nos sirven la cena, nos dan a elegir: pollo o
pasta, así que cada uno elige una de las dos opciones. La comida estaba más
bien mala. Nos tomamos una dormidina y a cerrar los ojos para intentar dormir
lo máximo posible. Nos esperan 12 horas por delante de vuelo nocturno. Pasamos
la noche como podemos pero logramos dormir unas 4 horitas. Justo 1 hora antes
de llegar, (sobre las 5 am), nos sirven el desayuno: un rico sándwich de jamón
y queso calentito y un zumo.
Día 1.
Lima-Pisco-Paracas
Jueves 28 de
Marzo de 2013
Comienza el descenso y aterrizamos
en Lima sobre las 6 am. Nos dirigimos al mostrador de inmigración a por nuestro
nuevo sellito en el pasaporte. La cola va bastante rápida. Tras esto, nos
dirigimos directamente a la casa de cambio del aeropuerto. Por suerte el cambio
estaba más bajo que en Barajas, así que es recomendable cambiar en el
Aeropuerto de España. Como sólo llevamos una mochila, salimos en primera
posición y vamos directamente a pasar por un control de maletas. En esta
ocasión, tenemos que pulsar un botón que nos saldrá verde o rojo para ver si
nos toca registro de mochilas... Como no podía ser de otra forma, nos sale
rojo.. Ala! a pasar por otro control de escáner... Por suerte es rápido y como
no llevamos nada peligroso ni ilegal nos vamos directamente a buscar un taxi.
Dentro de la terminal hay una
compañía de taxis que nos pide 145 soles por llevarnos al centro, dice ser Taxi
Executive. -Pero que dice este chalao!!!!!. Ya estábamos advertidos que habría
taxis oficinales y no oficiales y los precios que nos marcaría cada uno de
ellos oscilaría bastante pero el precio que había pedido el Executive, para mi
gusto, se le había ido la cabeza!. Nosotros
buscábamos algo intermedio.
Cruzamos la terminal y nos aborda
un hombre de la compañía Taxi Green que nos ofrece llevarnos a la estación de Soyuz
por 35 soles. Perfecto, había leído que son oficiales y el precio para ser nuestro
primer día en tierras desconocidas y antes de hacernos con los mandos, nos
parecía adecuado.
El taxista fue muy agradable, al
subir, cerró el coche y nos empezó a comentar que la inseguridad ha crecido
muchísimo en Lima últimamente. Nos dijo que las cosas estaban muy mal: continuos
secuestros a turistas y locales, robos e infinidad de riesgos. Hablamos también
sobre cuanto tiempo íbamos a estar en Perú, de la comida típica peruana, del
ceviche, del pisco sur y como no, de la situación actual e inmobiliaria de España.
Su mujer acababa de volver de España por toda la crisis, así que allí estaban
bastante al tanto de la situación... De hecho más adelante comprobaríamos que
lo siguen muy de cerca y sentían mucha curiosidad por el tema y me atrevería a
decir que algunos momentos sentían hasta pena. El taxista nos comentó que Perú
va por el mismo camino en temas inmobiliarios. 20 minutos después y tras
observar a través de la ventanilla como es la ciudad, ésta no nos deja
indiferente. Mucha basura, pobreza, suciedad, desorganización, perros abandonados
corriendo de un lado a otro y por qué no
decirlo, gente muy variopinta.
Tras un trayecto de 20 minutos nos
deja en la estación de Soyuz. Al llegar, comprobamos que había una cola de por
lo menos 200 personas, todos ellos locales y nosotros los únicos blanquitos (como
ellos más adelante nos enteraríamos que nos llaman) haciendo cola sin saber dónde,
ni como acabaríamos. Nuestra intención era llegar a Paracas antes de comer pero
dada la situación, lo dudábamos. El taxista comprueba y confirma muy
amablemente antes de irse que estábamos en la cola adecuada así que le pagamos
lo acordado, nos despedimos de él y nos quedamos allí plantados. Tendríamos
unos 45 minutos aproximadamente de espera hasta alcanzar la taquilla.
Para reconfirmar que estábamos en
el lugar adecuado le pregunto a una chica que estaba delante de nosotros que
portaba un lindo perrito en su bolso, si había autobús con destino Paracas y si
se cogía ahí. Ella muy amable a la par que asombrada nos advierte que no hay parada
en Paracas y que tenemos que bajarnos en el cruce de Pisco. Por nosotros
perfecto, pensamos, luego cogeríamos un taxi desde allí, pero a la chica no le
gustó la idea. Nos miró detenidamente y nos pidió por favor que no
descuidáramos nuestras cosas porque había muchos robos por esa zona, pero lo
más importante de todo es que tuviéramos mucho, muchísimo cuidado en el cruce
de Pisco, nos dijo. -Por qué? Preguntamos. Pisco, nos dice, es la ciudad más
peligrosa de Perú. Nos advierte que no debemos fiarnos de nada ni de nadie.
Igualmente nos aconseja que no hablemos con nadie, que desconfiemos de todo el
mundo y que tengamos especial cuidado con los taxistas ya que muchos son
clandestinos y no buscan nada bueno. Nos da un último consejo que aplicaríamos
durante todo el viaje: Mirar y volver a mirar bien a vuestro alrededor,
observarlo todo y a todo el mundo y fiaros única y exclusivamente de vuestro
propio instinto. Por Dios!! los huevos de corbata nos puso en un segundo!!!...
Se guardó a su perrito en la bolsa y nosotros nos quedamos petrificados en el
sitio, sin comentar nada ni entre nosotros, las miradas lo decían todo.
Por fin llegamos a la taquilla y compramos
los billetes (amarrados en todo momento a nuestras pertenencias como ya nos había
advertido). 45 soles por cabeza nos cobran en un billete de ida. Madre mía!
pero si dos días antes desde Madrid habíamos visto en su web que constaban 25 Soles.
Resultó que era feriado largo (puente y festivo) y habían subido los precios. Intentamos
comprar el asiento Executive por 5 soles más pero ya no quedaban. Menos mal que
no quedaban libres porque luego descubriríamos que ese autobús tendría de todo
menos asientos Executive. Esperamos una hora a que saliera el autobús y
mientras tanto compramos un par de botellas de agua mientras comentábamos la
situación.
Por fin anuncian nuestro autobús. Para
nuestro asombro al subir, vemos que estaba un poco cochambroso e iba hasta los
topes. Tomamos asiento donde nos asignaron y en los que apenas cabíamos. Suben
a vender de forma ambulante bebida y comida para hacer más placentero el viaje
pero hacía un calor terrible y la ventana estaba rota y no se podía abrir. No
corría el aire y nos esperaban casi 5 horas de camino hasta el terrorífico
cruce de Pisco. El trayecto normalmente se hace en 2 horas y media, si acaso 3,
pero había un tráfico horrible ese día. El recorrido se haría por la principal
y única carretera de un sólo sentido llamada carretera Panamericana.
Por fin arranca y comienza nuestra
primera toma de contacto con Perú. A través de la ventanilla el paisaje se hace
muy feo, vemos demasiada pobreza, suciedad, muchos perros abandonados y cientos
de casas a medio construir en mitad del desierto y de la nada. Descubriríamos
en los primeros dos minutos lo que nos esperaba en los siguientes 12 días de
viaje.. la temible conducción peruana!. Allí no conocen los cinturones de
seguridad, ni los pasos de cebra, ni el control de velocidad, su regla
fundamental es: Los adelantos se realizarán siempre y cuando venga un coche de
frente...y a mayor tamaño y mayor velocidad, mucho mejor. En fin tras esto sólo
nos quedaba rezar.
Tras varias paradas en muchos
pueblos y en los famosos paraderos llegaríamos muertos de sed y calor al fatal
cruce de Pisco. Ya llevábamos más de 20 horas de viaje desde que dejamos Madrid
y emprendimos esta locura de viaje.
Cuando llegamos a Pisco tuvimos
que preguntar a una chica que se sentaba delante de nosotros si nos bajábamos allí
ya que no indicaban nada. Como tenía cara de buena niña la preguntamos si ella
se bajaba también. Con cara de susto respondió:- vosotros sí, yo no!!!.... uff
tras esa respuesta, la suerte estaba echada.
Nada más bajar del autobús nos
arrollan dos tipos y nos preguntan si
vamos a Paracas. Cuando yo digo no lo sé con la voz entrecortada, mi marido ya
había hasta regateado con ellos y nos llevaría uno de ellos hasta Paracas por
25 soles en lo que se suponía era un coche y además un taxi. Resultó ser un
carro (como ellos llaman a los coches) tuneado y maquinero, y un poco de todo,
pero de la palabra taxi no había ni rastro.
Nos subimos al carro y yo que estoy
muy bien enseñada y tengo la idea de que mi vida vale mucho y tras haber visto
como conducen, lo primero que hago es tirarme como loca a ponerme el cinturón de
seguridad. Cuál es mi sorpresa que tras varios intentos y ver que no tenía ni
cuerda me dice el taxista que no pasa nada y que el cinturón está
sobrevalorado. Por Dios supliqué mil veces al cielo, sólo quiero que lleguemos
a lugar seguro y sobretodo vivos.
El taxista arranca y lo primero
que hace es acercarse a una gasolinera a echar gasolina... Al principio estaba
algo inquieta con tanta advertencia y consejos. Pero tras llenar el depósito, arrancar
e ir de camino a Paracas, el taxista muy curioso nos pregunta que de dónde
somos, si vamos a Paracas a ver Isla Ballestas, que cuanto tiempo íbamos a
pasar en su país.. En fin, típicas preguntas a turistas. De pronto veo un cartel
que pone destino Paracas y en ese
momento gira en esa dirección por lo que me empiezo a relajar cuando de pronto el
taxista nos suelta de buenas a primeras: Chicos tengo que advertiros que tengáis
mucho cuidado, que no os fiéis de nada ni de nadie, que tengáis especial cuidado
con los taxistas a los que paréis o se paren delante de vosotros sin buscarles,
podrían llevaros, nos dice, a cualquier lado para robarnos, secuestrarnos, violarnos
y hacernos cualquier cosa que se les ocurra incluso a plena luz del día. Ahora
que iba relajada por fin y me empiezan otra vez a temblar partes desconocidas
de mí. Ya no tengo ni saliva que tragar... Nos comenta que la policía es
corrupta, que los taxis a veces llevan compinches o que paran en cualquier
sitio a recoger a un segundo o un tercero para robarte.... A todo esto y
durante la charla nos cruzamos con un poli y nos dice que no nos fiemos de él
ni de ningún otro que ande por Pisco o Paracas... eso sí, muy amable nos da el
mismo consejo que la chica de la fila de Soyuz: Desconfiar de todo el mundo y
guiaros sólo de vuestro instinto. Y si lo tengo atrofiado qué?? Por Dios! Que
nos diga alguien cosas bonitas ya!!!!!!!!
Tras 20 minutos de trayecto y de
tintinearme los dientes, nos deja en el hotel San Agustín de Paracas. Nos bajamos
del coche y sólo puedo pensar... O le hemos caído genial u hoy no tiene ganas
de guerra porque vamos menuda información nos ha facilitado....
Nos despedimos muy agradecimos por
no habernos hecho nada, le pagamos lo acordado y le pregunto si él nos llevaría
de tour al día siguiente por Paracas, a lo que responde con un rotundo No.
Jolín el tío… Bueno... Igual mañana si hubiera tenido ganas de guerra así que mejor
lo dejamos ahí.
Hacemos el check in y subimos a nuestra
habitación. Ésta tiene una terracita con unas vistas al Océano Pacífico
increíbles. Dejamos las cosas y corre que te corre nos vamos a ver si comemos
algo. Eran ya las 13.30h.
Paracas, es el lugar más turístico
para la gente del Perú. Estaba repleto de personas, de tiendas, de sitios para
comer y agencias con las que contratar tours a las Islas.
Paracas por desgracia quedó
destruida hace 4 años por un terremoto que se originó en el Pacífico y que
arrasó la ciudad entera. Se localiza sobre una de las fallas más activas de la
Tierra, en concreto La de Nazca. En ese momento se encontraban aún reconstruyendo
y levantando nuevos edificios aunque como ellos mismos nos comentaron, las
placas están en pleno auge y probablemente vuelva a destruirse dentro de poco.
Nos sentamos en una terraza a
comer después de tantas horas y nos pedimos ceviche, arroz con marisco y
probamos la que sería nuestra primera cerveza peruana: La Cuzqueña. Que rica y
que fresquita estaba pero lo mejor de todo es que eran botellas de 620 ml por tan
sólo 3 soles... Madre mía no sabíamos que durante toda nuestra estancia en Perú
daríamos buena cuenta de esa cerveza tan rica.
Terminamos de comer y al pedirle a
la camarera postre y café nos mira indignada comentando al mismo tiempo que no
hay. Nuestra cara de póker era para verla y obviamente la preguntamos que por
qué no había. Su explicación fue la siguiente: resulta que como está Paracas
hasta arriba por el ya comentado feriado largo pues no sirven ni café ni
postre, que si vamos otro día que sí nos lo sirven... Nosotros alucinábamos!!!.
Bueno pues en ese caso nos traes la cuenta, y cabizbajos pagamos y nos fuimos.
Agotados, nos vamos a dar una
vuelta por el pueblo para contratar el tour del día siguiente a Isla Ballestas
y a La Reserva de Paracas, además de saber cómo iríamos desde allí hasta Ica,
pues saldría por la noche un autobús que ya habíamos reservado desde Madrid con
destino Arequipa.
Tras varios regateos y todas las
agencias encima de nosotros, acordamos por 42 soles excursión a Isla Ballestas
a las 8.30 am con la compañía Xplorer (agencia recomendada en Lonely Planet). (Los
precios estaban por las nubes). Después de eso, preguntamos cómo podríamos ir a
Visitar la Reserva y después llegar hasta Ica. Nos informan que si queríamos
hacer eso, debíamos volver al temible cruce de Pisco y coger otra vez el autobús
de La compañía Soyuz para ir de nuevo por la Carretera Panamericana.
Obviamente nos negamos en rotundo,
así que buscamos otra forma de desplazarnos. En ese momento se acerca un
“taxista” que se hacía llamar César, que se ofrece a hacer todo eso con
nosotros por 120 soles. A mí me da buena espina pero a mi marido no demasiada,
y en ese preciso instante, Juan Carlos, un peruano pícaro y con mucha geta nos
ofrece lo mismo pero asegurándonos que él es un taxi oficial y que nuestra
seguridad es muy importante, por lo que
promete dejarnos en Ica en el mismo estado en el que estábamos en ese momento,
es decir vivos.
Mi marido se fía más porque dice trabajar
para la agencia Overland así que
acordamos los 120 soles con él por recogernos en la plaza de Paracas a las 11
am, llevarnos a la reserva, visitarla, llevarnos a comer, después a visitar la
Huacachina y por último dejarnos en la estación de autobuses de Ica. Le dejamos
20 soles en concepto de reserva y nos vamos al hotel a descansar. Ya eran algo
más de las 18.30 h. Yo me voy con la mosca detrás de la oreja porque no me ha
terminado de dar buen rollo el taxista pero como a mi marido sí, lo dejamos
estar.
Subimos a la habitación con el
firme propósito de dormir un par de horas y salir después a dar una vuelta y cenar....
Nunca más supimos nada hasta el día siguiente que nos despertamos a las 6 de la
mañana. Nos quedamos dormidos con la ropa y las zapatillas puestas jeje. El jet
lag había hecho de las suyas.
No pudimos dar las buenas noches….
Dia 2.
Paracas-Isla Ballestas-Reserva Natural- Huacachina-Ica- Autobús Oltursa.
Nos despertamos a las 6.00 am y
bajamos a desayunar. Un buffet libre que
incluía hasta sushi. Como este tipo de comida a nosotros no nos va, desayunamos
pan con mantequilla y huevos revueltos y nos fuimos a las 8.00 am a la puerta
de la agencia como nos habían dicho el día anterior para llegar hasta al muelle
y coger el barco que nos llevaría a las Islas. Mientras esperábamos, conocimos
a una pareja muy simpática de Lima que nos comentaron que habían dormido en el
coche por falta de hotel. Si es que estaba Paracas a reventar y esto era muy
común cada año por estas fechas.
Su curiosidad les llevó a
preguntarnos de dónde éramos y como habíamos llegado hasta allí. No daban
crédito cuando les contamos que cogimos un vuelo de 9 horas de Madrid a Lima,
en Lima cogimos un taxi que a su vez nos llevó a la parada de autobuses, donde
cogimos uno con destino el cruce de Pisco y por último un taxi hasta Paracas.
Ahora eran ellos los que estaban blanquitos al oírnos contar el palizón que nos
dimos, porque nos dijeron que todo eso había sido peligroso y más en turistas,
que como se nos había ocurrido… Jolín que susto nos dieron! Menuda regañina.
Pues igual estábamos muy locos pero a nosotros todo nos había parecido
“normal”.
Charlamos con ellos y al igual que
las anteriores personas con las que habíamos tenido contacto nos avisan que
tuviéramos mucho cuidado y que desconfiáramos de todo el mundo (ya nos había
quedado clarísimo). Nos dijeron que hay mirones en todas partes y que tras
observarte durante un rato, te persiguen para robarte....-Madre mía, esto era
un suplicio!. 1 hora de espera y de conversaciones y por fin nos subimos en el
barco y arrancó rumbo al famoso candelabro. El barco volvió a arrancar y tras
30 minutos por el Pacifico llegamos a Isla Ballestas. Lugar increíble repleto
de leones marinos, pingüinos, pelícanos, cormoranes... Todo un espectáculo.
Tras una hora de visita nos trajeron
de vuelta a la playa.
Nos íbamos a despedir de nuestros
amigos limeños cuando de pronto nos dimos cuenta de que no habíamos pagado el tour. Nuestros amigos nos dijeron que cualquiera en
su país no pagaría pero como nosotros somos muy españoles, muy honrados, pero
sobretodo y más importante es que no queríamos una persecución por todo el país
ni a la autoridad en el aeropuerto tipo control de aduanas por 70 míseros soles
decidimos pagarlo. Así que mi marido se fue a pagarlos y el dueño de la
agencia muy agradecido a la par que
asombradísimo, le comentó que cualquier otro se habría ido sin pagar. Bueno sólo
esperábamos que esta buena acción nos diera suerte en los próximos días.
Nos despedimos de la pareja y
aprendimos que en Perú sólo dan un beso, jejeje, menudo careto de pez se me
puso la primera vez cuando me quedé con todo el morro al aire para dar el
segundo beso. Regresamos al hotel a por nuestras mochilas porque Juan Carlos
nos estaba supuestamente esperando en la plaza a las 11.00h. tal y como
habíamos acordado el día anterior, y se nos había hecho algo tarde.
Al llegar a la plaza, ahí estaba.
Respiramos al verle y al acercarnos nos dice que le ha surgido un problema en
su coche y que nos va a llevar otro tipo. Nos presenta a nuestro nuevo y
supuesto taxista. Dice ser un taxista oficial y sobretodo profesional. Varón, de
nacionalidad Peruana, 1,40 de altura (quizás menos, tez morena y con una camisa
que ponía algo de taxi. Nos enseña muy sonriente una plaquita de plástico que
llevaba colgada al cuello donde ponía su nombre).
En un primer momento, al pobre le
miramos con cara de asco, pero aceptamos a subirnos con él, no teníamos más
alternativa. Cruzamos la calle porque tenía el taxi aparcado enfrente y un policía
se le acerca y le comenta algo: lo que mi marido escucha: -cuida bien de estos
turistas… lo que yo escucho: -cuadra bien el carro (traducido aparca bien el
coche) lo que el taxista nos traduce, ha dicho que aianajanaananzns. En fin que
ahí que nos subimos, cada uno que se quede con lo que quiera. Ya no teníamos
elección.
Gran sorpresa al observar que éste
se trataba de un carro sacado de la casa de pin y pon todo tuneado y en su
interior decorado con grandes pegatinas de Piolín.
Arranca y a los 20 metros para de golpe, da un frenazo en seco. Por la ventanilla del coche aparece Juan Carlos para decirnos que si estábamos bien, que este hombre nos iba a cuidar y que nos veríamos en Ica... Ein ¿.. en Ica?? Pero que dice éste?? Si es que mienten más que hablan. El nuevo taxista le da unas monedas a Juan Carlos y éste a su vez los 20 soles que le dimos el día anterior.... estaban haciendo sus trapis…
El hombre que se hacía llamar José
y en un primer momento parco en palabras arranca ese mini coche, pone la música
a todo trapo y empieza a sonar la canción
de devórame otra vez en sus 102 versiones. Pero eso no fue lo mejor ya que cada
vez que daba marcha atrás sonaba a toda pastilla la Lambada.... ¿Estábamos
seguros en ese taxi.? Resulto que sí ya que poco a poco fuimos conociendo al
que sería un personaje que se ha quedado en un rincón de nuestro corazoncito al
que llamamos y recordamos con mucho cariño, Joselito.
Nada más llegar a la entrada de la
reserva nos detuvimos creyendo que era porque había una fila de coches bastante
larga para entrar pero resultó ser que había mucha policía y personal
trabajando en la reserva para llevar un control de quien entraba y salía.
Anotaban el número de matrícula y hasta a Joselito un poli le pidió la
documentación del coche y licencia. Esto nos dejó ya más tranquilos. Ante mi
asombro Joselito a pesar de llevar una pegatina junto a un Piolín y la de un
jugador de fútbol de la algún equipo de la liga de Perú (que fijo le había
tocado en el sobre de un phoskito) llevaba pegada otra pegatina con la última
revisión del coche. Ésta databa del 2011. Aun así, el poli le consideró apto y
cruzamos la barrera de la reserva. Aún me pregunto cómo…
Joselito nos llevó por toda la
Reserva de Paracas y lo pasamos genial. Visitamos la catedral destruida tras un
terremoto hace 4 años, una playa de arena roja, vimos muchísimos pelícanos en
la playa... Fue precioso. Tras esto, nos fuimos los tres a comer dentro de la Reserva
a una terracita, donde José nos cuidaba como si fuéramos sus hijos. Estaba todo
el rato súper pendiente de nosotros. Nos buscó la mejor mesa, nos protegía para
que no nos diera el sol, pregunté por el baño y él mismo fue a buscarlo primero
para luego informarme bien… Resumiendo: un cielo de hombre.
Para comer nos pedimos unos
chicharrones, dos cervezas cuzqueñas Red Larger de malta para nosotros Y una Inka
cola para Joselito porque tenía que conducir le advertí, aun así, este último
hasta que no consiguió que le diéramos un vaso de cerveza, con la excusa de
probarla, jajajajajaja, como si yo digo que si me dan un poco para probar la
Mahou!! reventaba jejeje. A cambio mi marido le pidió un poco de inka cola y
por fin probamos ese líquido amarillento con sabor a chicle boomer de fresa.
(Su sabor para nuestro gusto, bastante
malo).
Durante la comida, hablamos de
futbol, nos contó muchas anécdotas, le contamos cosas sobre España, hablamos de
su familia, de su hijo, de su enamorada.... Nos contó que estos días de atrás había habido muchos
terremotos y movimientos pero por suerte habían parado hacía un par de días. Él
vive en Pisco y también nos comentó la peligrosidad de la ciudad.
Después de la rica comida (con
muchos pelos por cierto) esto se vendrá repitiendo durante todo el viaje (aviso,
la gastronomía peruana a buen precio no es apto para exquisitos ni
escrupulosos). Joselito nos llevó a visitar con su ya característica y temeraria
conducción el museo dentro de la Reserva. Hacia muchísimo calor y la arena del desierto
se nos metía hasta entre los dientes así que decidimos irnos para que nos diera
tiempo a visitar la famosa duna de la Huacachina, donde hay un oasis y se puede
montar en boggies por el desierto.
Teníamos 1 hora de viaje desde Paracas
a Ica, y por lo visto Joselito tenía más prisa que nosotros ya que por la
carretera de un sólo sentido adelantaba con su peazo todoterreno a todo aquel
que osaba circular por su misma vía, pero qué digo y por la contraria!. Una de
las veces a ritmo de la décimo quinta lambada versionada tuvo que salirse de la carretera para que no
chocáramos con el camión que teníamos enfrente o con la furgoneta que venía en
sentido contrario, todo esto al mismo tiempo. Mi marido y yo ya nos habíamos
despedido en ese momento.. Pero una vez más y por suerte no vimos la luz al
final de túnel, solo el arcén y el coche con nosotros dentro atravesado en
mitad de la vía.
Una vez que recogimos el estómago
y el corazón de la garganta y lo colocamos en la parte del cuerpo
correspondiente, continuamos como si fuera la última vez que Joselito iba a
conducir su coche y seguimos dirección Ica. Una media hora después llegamos,
pero resultó que todo Perú había decidido hacer el mismo plan que nosotros.
Había una fila de coches peor que la carretera de Valencia en el puente de San
Isidro. Pero Joselito en ningún momento se dio por vencido. Su tenacidad con
todo lo pequeñajo que era le llevó a avanzar por el carril contrario, porque
los atascos con el no van, así que mientras circulaban coches en la otra
dirección éste iba serpenteando entre los que teníamos delante y los que venían
de frente. Es incontable el número de coches que pudo adelantar en sólo 10
minutos. Él llegó el primero saltándote todas las normas y ética de
circulación. Pero con mal final, ya que al llegar no había sitio para aparcar
como era lógico. Nos ofreció bajarnos para visitar las dunas mientras él en
sentido contrario se iba a buscar sitio. No nos pareció buena idea por lo que
decidimos irnos con él por no dejarle solo. En ese instante se acercó el único Peruano
que existe en toda Sudamérica que medía 4m de alto por 20 de ancho y el cual por la ventanilla del mini coche se asomó y
con toda su mala ostia pregunto a José que qué pretendía hacer. La conversación
fue la siguiente.
El monstruo enorme le preguntó a
Joselito: Dónde pretende ir? Llevo turistas a que visiten la Huacachina, a lo
que el gigante sin mediar palabra pero leímos a través de su mente pensó:
pedazo de gilipollas, tanto tu como las otras 1000 personas que están haciendo
cola en sus coches, pero tan sólo se limitó a contestar, lárgate de aquí ahora
mismo, acompañado de un golpazo enorme en el techo de su coche. Con la fuerza
de ese hombre de un soplido hubiera volado el carro con nosotros tres dentro
pero Joselito que está ya de vuelta de todo, optó por la vía fácil: echar
marcha atrás con lo que eso conllevaba: empezó a sonar la Lambada a todo trapo!!!
Parecía una vacilada por lo que mi
marido y yo una vez más apretamos fuerte nuestras manos y con la mirada nos
dijimos adiós para siempre. Pero por suerte arranco rápido y le dejamos atrás.
Le dimos las gracias por haberlo intentado todo y decidimos salir de allí e
irnos a un supermercado a comprar víveres para las 12 horas que nos esperaban
por delante en un autobús de noche con dirección Arequipa.
José nos llevó a un súper donde
compramos patatas, galletas y empanada de pollo y salchichas, crema solar (estábamos
quemadísimos del sol) y agua. Invitamos a Joselito a comprarse lo que quisiera
pero el decidió comer únicamente una bolsa de nubes de gominola...nos salió
barato y además nos hizo mucha gracia, era como un niño chico.
Se desvivía continuamente porque
estuviéramos bien y saliera todo perfecto. Se portó de 10 con nosotros.
Una vez cargaditos para tan largo
viaje cogimos de nuevo el coche pero ya con destino a la estación y como
andábamos perdidos, Joselito preguntó, sin ninguno de los tres tener idea de dónde
estábamos, a una pareja que andaba por la calle por la dirección exacta de la
estación de autobuses. Estos no supieron dónde estaba y dijeron que a unas
cuantas cuadras… Torcimos y preguntamos a otro tipo por el lugar y nos dijo que
estábamos sólo a 5 calles. Traducido: 1 cuadra es una Calle, 1 calle es un
edificio en línea recta. Total que de chiripa estábamos al lado.
Con mucha pena José nos dejó en la
puerta de la estación. Hasta las 20.30 h no salía nuestro autobús y eran solo
las 18.30h. No nos importó, estábamos muy cansados y queríamos quedarnos ya en
lugar firme y seguro.
Llegó la hora de despedirnos de
José así que tras un día tan intenso decidimos pagarle lo acordado y le dimos
una buena propina (se la había súper ganado). Se puso muy contento y nos dijo
antes de irse que si volvíamos a Perú que por favor fuéramos a buscarle que
estaría encantado de volver a vernos. Lo cierto es que sin duda volveríamos a
verle.
Las estaciones de autobuses no se asemejan
ni una pelín a la estación de autobús de cualquier país al menos europeo. Sólo
había 10 sillas y un vigilante con chaleco antibalas.
Mi marido y yo buscamos por toda
la estación por si había dos más ya que si él lo llevaba sería por algo... Pero
no hubo suerte.
Tras la espera por fin asoma el
autobús así que nos subimos a él. Habíamos reservado la planta de arriba y los
dos primeros asientos delanteros. Qué bien hicimos y que a gusto viajaríamos
tantas horas.
Los sillones se hacían cama y te dejaban
una mantita y una almohada al subir. Como no teníamos a nadie por delante que
diera las típicas pataditas no nos molestaría en toda la noche. Fue un lujo.
Cuando al autobús arrancó nuestro terramozo nos sirvió agua y lo que se suponía
era nuestra cena: Arroz con verduras pasadas y recalentadas y una cosa amarilla
que se hacía llamar patata frita. Ufff menos mal que habíamos comprado cosas
ricas en el súper.
Cenamos y nos quedamos dormidos
enseguida, estábamos requemados y agotados y aunque reconozco que durante el
camino abría el ojillo para mirar la carretera y saber si era ese nuestro final
mi opción final fue cerrar los ojos y dejarlo a la suerte del que creímos era
un único conductor (más tarde deduciríamos que debían ser dos ya que no dejó de
conducir en 11 horas seguidas, aunque nunca lo supimos ni vimos al 2º).
A las 7.30 nuestro ya querido y
simpático terramozo nos sirvió el desayuno. Por el camino los paisajes eran muy
feos y todo estaba muy sucio, lleno de basura y muy descuidado.
Día 3. Arequipa.
30 de Marzo de
2013
10 minutos antes de llegar a
Arequipa nuestro terramozo anunció el fin del trayecto no sin antes deleitarnos
con el slogan de la compañía Oltursa que nos dedicó en formato canción que a mi
marido y a mí nos produjo una risa tremenda de las que llegas a llorar, que
personaje tan genial!!! El autobús por fin llegó al Terrapuerto y ya sólo nos
quedaba recoger las mochilas, pero antes de esto le preguntamos al conductor
del bus donde y cuanto pagar por un taxi hasta la plaza de armas de Arequipa. 5
soles nos dijo y en la puerta los hay oficiales. Después de eso miramos atrás
para hacernos la foto con nuestro autobús y cual fue nuestra sorpresa al ver a
nuestro terramozo agotado y acalorado, resoplando y haciendo quejiditos y
aspavientos por tan insoportable calor
mientras acariciaba sus pómulos con las manos a la inversa, jajajaj una
vez más nos partimos de risa.
15 minutos después recogimos las
mochilas y fuimos a buscar un taxi, que una vez más el conductor del bus nos
advirtió de los peligros, la clase de gente que rondaba por allí y nos dijo que
tuviéramos cuidado con nuestras pertenencias. Aunque nosotros como siempre lo
único que nos preocupaba era mantener a salvo el pasaporte. El Resto… daba
igual.
Al salir de allí y en la misma puerta
había taxis. ¿Cuanto por llevarnos a la plaza de armas? 8 soles, siiiiii hoooombre
si nos han dicho que no paguemos más de 4 o 5 así que nos mandó a la mierda y
paramos a otro con el que al final negociamos por 6 soles que nos dejaría en la
puerta de nuestro B&B (Los Andes) Era muy temprano cuando llegamos, hicimos
el check in y nos habían dado una minúscula habitación con dos camas separadas junto
a la puerta de entrada y a la recepción. Habría mucho ruido pero estábamos tan
agotados que seguro dormiríamos por la noche.
El dolor de cabeza por la altura
empezó a notarse un poco y nos cansábamos solo con mirarnos a la cara. La
sensación era bastante curiosa y un poco molesta, sentías que flotabas un poco,
así que como nos ofrecieron desayunar fuimos corriendo a probar el que sería
nuestro primer mate de coca! Yupí teníamos tantas ganas. Nos tomamos dos cada
uno y nos quedamos un buen rato en la terraza del patio exterior del hotel
tomando coca, comentando las jugadas de Joselito y del terramozo. Fue un
momento indescriptible, éramos absolutamente felices.
Tras los mates de coca y el ratito
de descanso, volvimos a la habitación, nos duchamos, cambiamos de ropa y
salimos a conocer la Ciudad blanca (así es conocida Arequipa). Hermosa ciudad rodeada
de volcanes que se ven desde la plaza de
armas. Nada más salir del B&B nos dirigimos directamente a ésta y yo
obsesionada por comprar caramelos de coca para los próximos días de viaje,
entramos en una tiendecita y compramos dos bolsas de distintos caramelos de
coca y una llama a modo de pin para nuestra colección refrigerada.
No anduvimos ni 20 pasos cuando ya
empezamos a notar un poco el cansancio debido a la altura, íbamos como en una
nube, y aunque recomiendan comer poco y eso con mi marido y conmigo no va,
optamos por meternos en una pastelería a desayunarnos un desayuno criollo con
dos cafés con leche. Previo a esto, intentamos visitar la catedral, pero era
obligatorio llevar un guía por 10 soles y nos daba un poco de pereza.
Igualmente nos ofrecieron por la
calle un tour para ver la ciudad. Pero tampoco quisimos. A lo que iba, madre mía que manjar,
desayunamos en el portalito interior que tenía la cafetería donde había una
mujer tejiendo, era una visión bien hermosa. Nos comimos el ya comentado
criollo consistente en: Una barra de pan, carne asada, choclo y ensalada, y
solo eran las 10 de la mañana jejejejeje.
Nos llamó mucho la atención que en
todo Arequipa, y luego más adelante en Puno, Cuzco, etc, en todos sus lugares
públicos había zonas marcadas con un cartel que anunciaban zona segura de
sismo. Yo siempre andaba cerca de ellas jejeje.
Tras un largo rato, salimos de
nuevo por la ciudad para conocerla y ya desde primera hora cotilleando
restaurantes para saber dónde podríamos comer algún menú típico de cocina
peruana. Anduvimos toda la mañana, a ritmo de tortuga, aprovechamos para cambiar
dinero, ya que andábamos un poco pelados. Nos ofrecieron un muy buen cambio. A
3,25 en la calle Mercaderes.
En nuestra visita a la ciudad
entramos en varias tiendecitas donde vendían ropa y como no, ahí estaba yo la
primera. Terminé adquiriendo un poncho de alpaca (que mi marido me explicó que
el animalito no muere para que yo me ponga ese tan suave y bonito jersey, así
que tras un regateo de 5 minutos con las dueñas de la tienda adquirí mi nueva
prenda por 20 soles, un buen negocio, y un jersey suave y precioso).
Ya contenta y feliz todo el camino
por estas primeras compras, seguimos caminando por la plaza y las callejuelas,
haciendo fotos y buscando algún sitio donde comer. Curiosamente se nos acercó
un niño que vendía láminas preciosas en óleo y que las vendía de forma
ambulante. Me atrajeron mucho las pinturas así que negociamos con él ver más y compramos
una preciosa lámina por 15 soles, que hoy día luce hermosa en la pared del
salón de nuestra casa, la compramos en la calle más bonita de todo Arequipa
donde finalmente comeríamos y conoceríamos a dos personas que más adelante
coincidiríamos con ellos durante dos días.
Tras eso leímos un estupendo y
apetecible menú. Por 15 soles podríamos comer ají de gallina, rocoto de carne,
patata a la huancaína y crema de verduras incluyendo bebida.
Mi marido se lo comió todo como si
esa fuera la última de sus comidas, quizás estaba pensando que no soportaría el
mal de altura y que le quedaban horas de vida… qué barbaridad! No rechupó el
mantel de milagro. Después de comer tan deliciosos manjares vimos que tenían
Hora feliz en Pisco Sour. Yupiiiiiiiii, segundo consejo que nos habían dado: no
beber alcohol en Perú, ya que la altura puede afectar con mayor seguridad.
Pero si a dos españoles sedientos
de probarlo todo le ponen esa oferta pues no podemos rechazarla así que me
ponga por favor 2 Pisco Sour por 1!!!! Que riiiiiiiiiicos, sus ingredientes
son: Azúcar, zumo de limón, clara de huevo, canela y pisco.
Ahora era yo la que arrechupaba la
pajita… como mi marido no se encontraba muy bien, le dolía la cabeza decidimos volver
al B&B a descansar un rato. Lo cierto es que entre el calor, los rayos
perpendiculares que caen desde ese cielo en Arequipa (es una de las ciudades
con la más fuerte radiación solar) y el tute que ya llevábamos era algo normal
estar así. Estuvimos en la habitación descansando otro rato y sobre las 18.30
oímos una procesión en la plaza, nos asomamos por la ventana y nos debatimos si
bajar un rato a verlo, pero estábamos tan cansados que vimos el espectáculo
desde la ventana. Al cabo de un rato nos entró hambre y además como no nos
quedaban aspirinas decidimos ir a una farmacia (Inka farmacia) a comprar unas
pirulas y llenar un poco el buche.
Llegamos a la Inka farmacia y
compramos aspirinas. No sé si sería ilegal o que pero tras previo pago del
medicamento, 2soles nos cobraron, nos entregaron una única tableta de 10
aspirinas sin caja ni instrucciones. Lo mismo estaban hasta caducadas pero las
ingerimos igualmente, que raro es todo aquí…
Tras eso dimos un paseo por la P laza
de Armas de noche que estaba preciosa iluminada y con mucho ambiente. Cenamos
algo ligero en la misma plaza y regresamos a la habitación. Tras la cena nos
quedamos dormidos. A pesar de que en la recepción había mucho jaleo y la habitación
como daba a la calle era un sin parar de coches, pitos y motos yo dormí cual
bebe.
Buenas noches Perú.
Día 4 Cañon del
Colca.
31 de Marzo de
2013
A las 6.00am como ya es más que de
día y entra mucha luz, desperté a mi marido ya que tenía unas ganas locas de
ponerme otra vez en acción. Además a las 7.30 vendrían a recogernos en un autobús
para empezar el recorrido por el Cañón del Colca, y me hacía una ilusión
increíble!. Por primera vez en 4 días estaríamos un poquito más a salvo e iríamos
a ver unos paisajes de ensueño!
Tras una mini regañina porque mi
marido no había dormido bien y le desperté a posta fuimos a desayunar. Era tan
temprano así que aún no habían puesto ni café aun así nos sentamos en la
terracita a esperar. Teníamos ya las mochilas preparadas y el hotel pagado así
que no teníamos ninguna prisa.
Por fin pusieron el desayuno.
Consistió en un café asqueroso y un trozo de pan con mermelada. Y como no,
desayunamos una aspirina porque en unas horas alcanzaríamos los 4910 metros de
altura. Todo un desafío extremo. Apenas comimos y volvimos a la habitación a
recoger las cosas, en seguida apareció el bus que nos llevaría durante dos días
de excursión por Chivay , Yankee y el Colca.
Bajamos corriendo y muy
ilusionados. Éramos los primeros. Afortunados porque nos sentamos en los
primeros asientos y haríamos como siempre la pelota a nuestra guía pero
desafortunados porque tardaríamos 1 hora en ir a recoger al resto de gente. Una
vez colocados en la mejor posición del bus apareció la pareja de escoceses que
conocimos el día anterior haciendo una foto donde comimos. Nos preguntaron cuál
era el mejor sitio del bus y mi marido les aconsejo que la primera fila del lado
izquierdo. Allí se quedaron, justo a nuestro lado. Una vez recogimos a todos e
hicimos una última parada antes de emprender el viaje para comprar agua y hacer
nuestras necesidades.
De camino, saliendo de Arequipa.
Al rato, nuestra guía se presentó. Se llamaba Gaudí y el conductor se llamaba el Sr. Javier, de profesión: mascador oficial de coca.
De camino, saliendo de Arequipa.
Al rato, nuestra guía se presentó. Se llamaba Gaudí y el conductor se llamaba el Sr. Javier, de profesión: mascador oficial de coca.
Gaudí y Sr. Javier nos acompañarían
durante los próximos dos días.
De camino al Colca y pegados a la ventanilla para no perder detalle de nada, vimos el desierto de Atacama mientras la guía nos iba explicando curiosidades sobre los volcanes, los camélidos que íbamos a ver en la reserva, sobre el cóndor y varias cositas más, entre la que por supuesto destacó entre cualquier otro millón de cosas:
La Coca!!!!!. Por fin íbamos a probarla. Gaudí explico cómo se hacía. Coges entre 6 y 7 hojas, en el interior de estas introduces una sustancia alcalino, las doblas varias veces hasta hacerlas peques y las introduces en una de las dos partes donde tenemos los molares. No se puede pasar de un lado a otro como si de un chicle se tratara, y al no estar acostumbrados solo habríamos de mantenerla y masticarla en la boca de 5 a 6 minutos. Los beneficios serían mantenerse despiertos y una sensación como nuestra compañera escocesa sintió luego que se traduce a estar: happy, very happy jeje je. Tras un minuto en la boca, las hojas quizás por los nervios comenzaron a deshacerse en mi boca lo que me llevó a segregar exceso de saliva y me invadió un sabor bastante peculiar y desconocido que me produjo arcadas. Sólo pude mantenerla dos minutos en la boca. Mi marido aguantó los 5 y sentimos como los labios y la boca en general se habían dormido.
De camino al Colca y pegados a la ventanilla para no perder detalle de nada, vimos el desierto de Atacama mientras la guía nos iba explicando curiosidades sobre los volcanes, los camélidos que íbamos a ver en la reserva, sobre el cóndor y varias cositas más, entre la que por supuesto destacó entre cualquier otro millón de cosas:
La Coca!!!!!. Por fin íbamos a probarla. Gaudí explico cómo se hacía. Coges entre 6 y 7 hojas, en el interior de estas introduces una sustancia alcalino, las doblas varias veces hasta hacerlas peques y las introduces en una de las dos partes donde tenemos los molares. No se puede pasar de un lado a otro como si de un chicle se tratara, y al no estar acostumbrados solo habríamos de mantenerla y masticarla en la boca de 5 a 6 minutos. Los beneficios serían mantenerse despiertos y una sensación como nuestra compañera escocesa sintió luego que se traduce a estar: happy, very happy jeje je. Tras un minuto en la boca, las hojas quizás por los nervios comenzaron a deshacerse en mi boca lo que me llevó a segregar exceso de saliva y me invadió un sabor bastante peculiar y desconocido que me produjo arcadas. Sólo pude mantenerla dos minutos en la boca. Mi marido aguantó los 5 y sentimos como los labios y la boca en general se habían dormido.
El resultado final sería similar a
cuando vas al dentista y te pone anestesia. Al final, optamos por comer
caramelos de coca y limón y beber traguitos cortos de agua como aconsejó Gaudí.
Tras esto, hicimos alguna parada
para tomar mate de coca que estaba bien rico por 1 sol y empezamos por fin a divisar
a los primeros camélidos.
Vicuñas, alpacas, llamas, Dios! son unos animales preciosos, muy suaves y esponjosos pero sobretodo muy curiosos.
Un niño se acercó a por un bebe
alpaca para que le pudiéramos acariciar y hacernos fotos achuchándole, eran
adorables.
Nauseas, dolor de cabeza y un poco de mareo, pero eso no impidió que bajáramos del autobús siendo los más arriesgados a probar la sensación y hacer la foto de rigor a 4910 metros de altura. La sensación es indescriptible!, hay que vivirla. Sólo el hecho de levantarte del asiento y bajar el primer peldaño produce una terrible fatiga, el cansancio es extremo, apenas puedes andar y el corazón late muy muy deprisa. 7
Alcanzamos las 93 pulsaciones por
minuto. Sólo aguantamos 4 minutos abajo, notabas al mismo tiempo como si
flotaras sobre las piedras, jeje jeje menudo colocón. Menuda sensación y experiencia.
Tras esto y estabilizarnos el
autobús comenzó a descender y llegamos a Chivay.
Pagamos la entrada y fuimos a comer por 25 soles a un buffete que no me gustó nada aunque a mi marido por lo visto sí ya que una vez más comió como si después de eso le fueran a ejecutar en la silla eléctrica.
Le dejé probar la carne de alpaca (total ya estaba muerta y no podía hacer nada por ella) así que mi marido tan rico como siempre me preguntó si me importaba, pero le dije que no, eso sí, yo ni la probé.
Pagamos la entrada y fuimos a comer por 25 soles a un buffete que no me gustó nada aunque a mi marido por lo visto sí ya que una vez más comió como si después de eso le fueran a ejecutar en la silla eléctrica.
Le dejé probar la carne de alpaca (total ya estaba muerta y no podía hacer nada por ella) así que mi marido tan rico como siempre me preguntó si me importaba, pero le dije que no, eso sí, yo ni la probé.
Al terminar nos llevaron al hotel
que habíamos reservado desde Madrid. El Killawasi Lodge.
Que preciosidad de hotelito, enclavado en mitad del cañon del colca, con una habitación preciosa, enorme y una terraza con unas vistas espectaculares. Era un momento mágico. Tras atracón de fotos bajamos a tomar un mate de coca. Charlamos con la dueña la cual nos dijo que habíamos cometido el gran error de Bajarnos del bus en los 4910. Eso es lo que produce ese taladro infernal en la cabeza, pero... Como no íbamos a hacerlo? Teníamos que ser más guais que Calleja.
Agotados, con un dolor de cabeza
insoportable y sin respiración por la altura, pero siendo conscientes de tener
pocas oportunidades en la vida de hacer este tipo de cosas, no pudimos dejar
escapar la oportunidad de hacer un trekking por el cañon. En el hotel sólo
estábamos alojados la pareja de escoceses, un chico viajando solo, dos perros y
Toby de quien hablaré más adelante. El guía del hotel había tenido un problema
así que nos ofrecieron hacer la excursión con José, el chico para todo que
trabajaba allí mismo. Aceptamos muy gustosamente. La otra pareja no se encontraba bien y se quedó
en el hotel, así que nos fuimos los dos con José a dar una vuelta un par de
horas para conocer el entorno. José era un chico majísimo con quien compartimos
curiosidades de Perú y España. Él se interesaba mucho por nuestro país y forma
de vida al igual que nosotros por la de ellos. Así que fueron muy interesantes las
conversaciones. En la excursión vimos colcas, un volcán plagado de fumarolas y
unas terrazas llenas de choclo impresionantes.
Que preciosidad de hotelito, enclavado en mitad del cañon del colca, con una habitación preciosa, enorme y una terraza con unas vistas espectaculares. Era un momento mágico. Tras atracón de fotos bajamos a tomar un mate de coca. Charlamos con la dueña la cual nos dijo que habíamos cometido el gran error de Bajarnos del bus en los 4910. Eso es lo que produce ese taladro infernal en la cabeza, pero... Como no íbamos a hacerlo? Teníamos que ser más guais que Calleja.
Tras el trekking tan agradable llegamos de nuevo al pueblo y como no, terminamos metiéndonos en una tienda a comprar dos cervezas. Una cuzqueña y una arequipeña para mi, esta última aún más rica que la primera si cabe. Le ofrecimos a José comprarse lo que quisiera después del paseo y para reponer fuerzas a modo de merienda y escogió una chocolatina y una bebida peruana, de color azul. Allí las bebidas son de todos los colores excepto blancas como el agua u oscuras como la coca cola.
Se salvan por tener las cervezas más
fresquitas y ricas del mundo mundial. Tras esto llegamos de nuevo al lodge, nos
sentamos en la terraza a tomarnos nuestras cervezas y a contemplar la belleza
del paisaje. Estando tranquilos y felices aunque con un dolor de cabeza horrible
de repente aparece una imagen bajo nuestra terraza. Era Toby!! una llama
guapísima y divertidísima que andaba siempre rondando por allí comiéndose el
césped del lodge y jugando con los perros. Era simpatiquísima, pero lo más
divertido es que la dueña del hotel nos advirtió que para poder acariciarla
debíamos darla la espalda y acercarnos siempre a ella de esta forma. La razón?
Jeje le daba miedo el ojo humano, jajajaja. Pero si su ojo era más grande que
nuestra cabeza!!!. Aun así, eso hicimos y al acercarte a ella de espaldas ella se
acercaba a ti y te empezaba a olisquear el cuello, el jersey, que cosquillitas
hacía jeje y entonces podías alargar tu brazo y tocarla el cuello.
Estuvimos jugando con ella mucho tiempo hasta que nos avisaron que si queríamos cenar deberíamos encargar la cena pronto.
Así hicimos, crema de verduras de
primero para compartir, espaguetis con pollo y mantequilla para mi marido y para
mi pollo a la plancha con guarnición de arroz y patatas. Finalmente lo regamos
con una copa de vino tinto argentino. Ummmmmm absolutamente increíble. Cenamos
muy agusto con Toby cotilleando toda la cena tras el cristal y después de esto
nos subimos a dormir. Habíamos pasado probablemente uno de los mejores días de
nuestra vida. Buenas noches y gracias Perú.
Día 5 Cañon del
Colca.
1 de Abril de
2013
Tras dormir como un lirón aunque
reconozco que tuve algo de frío excusa para achucharme a mi marido de noche me
desperté a las 5.30am. Tocaba duchita calentita, desayuno rico con Toby y con mi marido también … y teníamos que
darnos prisa ya que Gaudi y el Sr.
Javier vendrían a recogernos a las 6.30. Que desayuno más rico, había café,
crepe, huevos revueltos, fruta, cereales, pan, mantequilla y mermelada que
bueno estaba todo!. Lástima que mi marido esa noche lo pasara fatal. Entre la altura,
el cansancio y por qué no decirlo el plato de tallarines con pollo y
mantequilla que se cenó la noche anterior, que hago un inciso, no sé si
pensaron que Toby, los perros, mi marido, la otra pareja, el chico viajando
solo y yo íbamos a compartir su plato o qué pero es que el pobre estuvo
comiendo dos horas de la cantidad que le pusieron. Bueno al pasar mala noche sólo
desayunó un mate de coca, fruta y un poquito de huevos revueltos que muy
gustosamente José nos preparó. Jejeje el día anterior vestido de casual con un
chubasquero haciendo trekking y por la mañana con su traje de chef y tan
discreto.
Una vez terminamos de desayunar,
subimos a recoger todo y en seguida apareció el bus. Fuimos corriendo porque
éramos los últimos, pero antes fuimos a despedirnos de José, Toby y la dueña y
nos pusimos rumbo a la Cruz del Cóndor. Allí como su nombre indica vuelan
cóndores, pájaro símbolo de los incas que creían que era eterno e inmortal. Aunque
fuimos a los últimos a los que recogieron habían respetado nuestros asientos
yupiii otro día más iríamos de gafas con Gaudí y visionando toda la panorámica
desde los primeros asientos.
Tras un par de paradas, visitar una catedral donde tenían a San Isidro Labrador plagado de ofrendas tales como un botella de inka cola, cuzqueñas y croissants llegamos a la cruz.
Tras un par de paradas, visitar una catedral donde tenían a San Isidro Labrador plagado de ofrendas tales como un botella de inka cola, cuzqueñas y croissants llegamos a la cruz.
Tras visitarlo, seguimos de camino y llegamos a la Cruz del Cóndor. Otro lugar lleno de encanto. Era
una hermosura, unos paisajes increíbles donde cuentan que allí Ciro un chico y
su novia se fueron de excursión y tras al aparecer muerto él hay un camino que
lleva su nombre (Perú como nuestros amigos de Lima nos contaron quedo
trastornado con esta historia, está claro que no conocen la Pedriza). La chica
apareció dos días después y estaba viva. Estuvimos al menos 1 hora y media
contemplando aquel lugar, viendo volar a los cóndores y disfrutando como niños.
Tras esto volvimos al bus y resulto que nos topamos de lleno con lo que es el ya famoso y auténtico soroche o mal de altura.
Tras esto volvimos al bus y resulto que nos topamos de lleno con lo que es el ya famoso y auténtico soroche o mal de altura.
Por desgracia a nuestra compi
escocesa tuvieron que ponerla oxigeno durante todo el camino de vuelta,
pobrecita, la verdad es que daba mucha impresión ver esa situación.
Comimos relajados, ya que teníamos una horita antes de encontrarnos con Gaudí para que nos diera las maletas y cargarlas en el autobús que nos llevaría a Puno. En una horita de descanso comimos relajados, fuimos a comprar agua y automáticamente a la estación de autobuses Mer el cual nos recogería a las 13.30 y nos llevaría de Chivay a Puno en un viaje de algo más de 6 horas. El autobús apareció puntual, pero la que llegó apurada y tarde fue Gaudí, quería despedirse pero nos tenía que dar una noticia bastante triste. La pobre mujer escocesa había terminado siendo hospitalizada, la pedimos que la diera un beso muy grande de nuestra parte y desearla una pronta recuperación. Seguro que sí ya que dicen que si te pega bien el soroche lo primero que necesitas es estar calmado, y seguro que con todo el ánimo de su marido y de Gaudí lo consiguió.
Aunque la noticia nos dejó mal
cuerpo, metimos las maletas en el bus y nos subimos rápido ya que el bus no
esperaba a nadie. Nos tocó la segunda fila, no estaba mal. Nos llevaron dos
conductores, el principal y uno de reserva, por qué?.. Si el de Arequipa
pensamos que llevaba uno por 10 horas de trayecto, este 2 por 6 horas....
Cuantos conductores llevaría uno por trayecto más corto.?. Más adelante lo
comprobamos en Ollaytamtambo, por un recorrido de 1 hora iban tres conductores,
jeje jeje, el Perú del revés.
En esta ocasión nuestra terramoza la
que nos acompañaría durante las próximas horas durante el camino nos iba
contando curiosidades pero la verdad es que ni lo recuerdo porque no la presté
ni la más mínima atención, el agotamiento era extremo y además volveríamos a
pasar por los 4910 metros sobre el nivel del mar, y mis piernas temblaban de
nuevo de sólo pensarlo.
Caramelo de limón y de coca a la boca y tratar de llevarlo lo mejor posible. Prueba superada, esta vez no nos bajamos.
Caramelo de limón y de coca a la boca y tratar de llevarlo lo mejor posible. Prueba superada, esta vez no nos bajamos.
El trayecto se hizo un poquito
largo y además de noche.
Pasamos por Juliaca, una de las ciudades más peligrosas de Perú (según nos dijeron).
Llegamos sobre las 20:00h. a Puno, oh dios mío de nuevo vuelta a la civilización con lo que eso conllevaba, coger un taxi de noche! Preguntamos a la terramoza y nos dijo que por 4 soles nos llevaría un taxi a la Plaza de Armas, lugar donde se encontraba nuestro hotel, el Hacienda Plaza de Armas. Nos aconsejó tener cuidado como siempre y que a la salida nos acribillarían e intentarían seguirnos con la excusa de vender un tour por el lago Titicaca y mientras robarte. Joder otra vez, esto es un sin vivir.
Pasamos por Juliaca, una de las ciudades más peligrosas de Perú (según nos dijeron).
Llegamos sobre las 20:00h. a Puno, oh dios mío de nuevo vuelta a la civilización con lo que eso conllevaba, coger un taxi de noche! Preguntamos a la terramoza y nos dijo que por 4 soles nos llevaría un taxi a la Plaza de Armas, lugar donde se encontraba nuestro hotel, el Hacienda Plaza de Armas. Nos aconsejó tener cuidado como siempre y que a la salida nos acribillarían e intentarían seguirnos con la excusa de vender un tour por el lago Titicaca y mientras robarte. Joder otra vez, esto es un sin vivir.
Comprobamos de primera mano que nuestra
terramoza llevaba toda la razón.
Al bajar del autobús y cruzar la
puerta se tiraron en plancha a por nosotros incluso un tipo nos persiguió unos
metros, pero como somos más chulos que un ocho nos libramos de él.
Al cruzar la otra puerta para
llegar a la calle, un taxi nos ofreció llevarnos. 8 soles dijo, pero que morro
tiene este tío... Así que le dijimos que 5 y nos mandó al pedo por supuesto.
Tras este cogimos otro taxi. Éste
resultó ser el hombre más raro de todo el Perú. Llevaba la Música a todo trapo,
como ya era habitual, conducción temeraria, pitido tras pitido, y mi marido que
el pobre intentó darle conversación sobre
las visitas al lago Titicaca, además de no contestarle, resultó ser
bastante desagradable ya que le ignoró subiendo aún más la música y se puso a
dar palmas como un loco... En fin, que personaje. Llovía y en seguida se llenó
todo de agua y rebosaba las aceras.
Tras un buen rato, nos dejó en la
puerta del hotel. Estaba en plena Plaza de Armas de Puno, que bien!. Hicimos el
check in y en recepción dos chicos nos indicaron como podríamos hacer al día
siguiente la visita al lago por nuestra cuenta.
Subimos a la habitación dejamos
las cosas en el hotel y sin apenas respirar los recepcionistas ya estaban llamando
al teléfono para preguntar si queríamos cenar. Pues no, pero me lo podías haber
preguntado cuando estábamos abajo de todas formas. Apenas podíamos movernos por
culpa de la altura, estábamos otra vez a mucha altitud: Ni más ni menos que
3815 metros de altura. La lengua la teníamos fuera de la boca continuamente.
Ya estábamos instalados y tras
este largo día nos dijimos: Otro día sanos y salvos aunque.... por qué dejarlo aquí?
No teníamos hambre pero había que celebrar que estábamos disfrutando mucho del
viaje, por lo que bajamos a la calle, nos dimos una vuelta por la plaza en
busca de tomarnos una ricas y fresquitas cuzqueñas y así fue como conocimos el
Waikis, el garito más guay probablemente de todo Puno. Tenía dos plantas, un
pedazo de pantalla de plasma, incienso en la barra, buena música y cerveza por 6
soles. Vamos para dentro!!!. El Waikis resultó ser un clásico bar regentado sólo
por gente local peruana pero en ese momento ocupado por dos españoles bien
simpáticos.... En fin, que más podíamos pedir para otro día más que súper
especial. Después de dos cervezas nos fuimos a dormir. Nos lo habíamos ganado y
esa noche caímos rendidos.
Buenas noches Perú
Día 6 Puno.
2 de Abril de
2013
Dormíamos plácidamente ya que la
noche anterior acordamos despertarnos sin horario porque el día nos lo íbamos a
tomar con mucha calma y además la excursión al Titicaca la queríamos de unas 2-
3 horas, no queríamos comer dentro de las islas, así que teníamos tiempo más
que de sobra.
Bueno pues resultó que nuestros planes
no debieron gustar a los personajes de la recepción del hotel ya que (para mi
que estaban aburridos) a las 6.30 de la mañana aporrean nuestro teléfono para
preguntar si íbamos a bajar a desayunar. Peazo de _______ ¡pues claro! (pensó mi
marido en contestar, pero tan bueno como es, les dijo .¿Sí claro por qué?,
hasta que hora está el desayuno?. Hasta las 9.00h.. pues entonces para que das
por saco (volvió a pensar mi marido) pero ellos querían saberlo porque como no
había nadie más alojado y los pocos que había ya habían desayunado querían que
acabásemos lo antes posible. Pues con más parsimonia nos lo tomamos aún jejeje,
nos duchamos, perdimos un poco el tiempo y a las 8.50 bajamos a desayunar. No
quedaba nada, estaba todo roído, y el café y el colacao eran asquerosos.
Me tomé un bocatin de jamón y
queso y mi marido como aún seguía chungo, un mate de coca y un poquito de jamón
y queso. Tanta guerra para desayunar
esta miseria…
Después de desayunar subimos a
cuestas a la habitación, se hacía insoportable el mal de altura y no podías ni
moverte. Incluso por la noche durmiendo para ir al baño suponía un esfuerzo tan
grande como hacerte la ruta del Cares ida y vuelta a la pata coja.
Para colmo esa mañana nos sangraba
la nariz. Encima en ese momento no sabes si eso es bueno o malo. En fin fuera
lo que fuera nos lo íbamos a tomar con calma pero no nos iba a paralizar para
seguir haciendo nuestros planes.
Fuimos a buscar un taxi y por 3
soles nos llevó otro tipo bastante raro que no hablaba español hasta el
embarcadero. El trayecto fue de 5 minutos, y al llegar allí se veía la ciudad
de Puno a espaldas, el lago enorme Titicaca de frente, varias embarcaciones y a
nuestra derecha todo plagado de bares y tiendas donde comprar agua, o incluso
tomarte un ceviche. El ambiente estaba bastante apagado. No había a penas nadie
así que nada más bajar del taxi un señor se nos echó encima para ofrecernos el
tour. 18 soles nos pide por ir ver una familia, estar en una isla y volver. Cómo??
Si nosotros sabíamos que costaba 15 soles con impuestos incluidos. Menuda geta
tienen, así que pasamos un poco de él, compramos agua y fuimos al embarcadero.
Allí nos ofrecían lo mismo por 15 soles, pero no había nadie y los barcos no
partían si no había un mínimo de 8 personas. Nos dimos otra vuelta, volvimos a
hablar con el primer tipo y nos dijo que tenía un grupo de 20 personas y salía
como en 20 minutos.
No nos terminaba de convencer y
más cuando dijo que eran 18 soles. Le pedimos explicaciones por ese precio ya
que en el embarcadero eran 15 y lo sabíamos antes de ir allí ya que lo
consultamos en Lonely Planet. Total nos estaba intentando timar para sacarse
beneficio. Por más que daba explicaciones no hacía más que decir tonterías sin
decir nada. Le dije: no sé cómo hablando el mismo idioma, no entiendo
absolutamente nada de lo que estás diciendo. Se reía así que al final pasamos
de él. Optamos por comprar las entradas en la taquilla del embarcadero pero
había que esperar a que se llenara. Pasaron como unos 20 minutos y ya había
suficientes personas. Así que arrancó. El paisaje no era muy bonito y la
embarcación se caía a trozos. El que pilotaba la barca tenía 2223 años.
Llegamos a la isla que nos tocaba
visitar. Nos sentaron alrededor de una madera y nos explicaron cómo vivían y
como se habían construido las islas. Todo muy artificial y para mi gusto poco
interesante.
Luego te intentaban vender de todo
y tenían hasta un mercadillo en la isla. No nos gustó el ambiente así que
esperamos a que la barca saliera para largarnos rápido de allí. La barca se fue
con una pareja y con nosotros y nos cruzó al otro lado del río. Allí aún era
peor. Menudo turisteo y negocio que tienen. Tiendas que te venden comida,
bebida y no sé ni cuántos puestos que venden ropa, telas y pins. Terrorífico.
Nos dijeron que una barca salía ya hacia Puno que aunque no era la nuestra
podíamos acoplarlos así que sin dudarlo como locos nos metimos corriendo para
llegar ya a la ciudad de nuevo.
Una media hora después ya
estábamos en el embarcadero, hicimos unas fotos y dimos una vuelta por un
montón de puestos de ropa y cositas que había por allí. Compramos unas
calabazas talladas por un hombre que las hacía el mismo y las vendía. Dos
calabazas por 5 soles.
Ya teníamos hambre, debían ser
como las 13.30h. así que cogimos un taxi cholo que teníamos muchas ganas (taxi
cholo es con bici y también las hay con motor).
Cogimos una con motor y nos
costó 1,50 soles hasta la plaza de armas. Con lo poco que le habíamos pagado y
la pereza que le daba al hombre llevarnos hasta la puerta del hotel, nos dejó a
un par de calles en la otra acera, jejejej, menudo personaje. Foto de rigor y
subimos al hotel. Ahí estaban de nuevo los dos recepcionistas más aburridos que
una ostra.
Dejamos las cosas y salimos a
comer algo.
Nos metimos al lado del hotel en un típico lugar local donde éramos los únicos extranjeros y sólo servían comida peruana. Comimos de primero un soltero (estaba buenísimo) por unos 10 soles, mi marido pollo dorado y yo pollo rebozado acompañado con una salsa de ají que picaba lo que no está escrito. Estaba todo buenísimo (una vez más no apto para escrupulosos ni sibaritas).
Nos metimos al lado del hotel en un típico lugar local donde éramos los únicos extranjeros y sólo servían comida peruana. Comimos de primero un soltero (estaba buenísimo) por unos 10 soles, mi marido pollo dorado y yo pollo rebozado acompañado con una salsa de ají que picaba lo que no está escrito. Estaba todo buenísimo (una vez más no apto para escrupulosos ni sibaritas).
Pedimos dos coca colas y ¡ala¡
después de esto al hotel a descansar toda la tarde porque por la noche ya
habíamos fichado un sitio precioso para cenar algo acompañado de unas
cuzqueñas. A las 16.00h. ya estábamos en el hotel, la tele no funcionaba así
que mi marido llamó a los recepcionistas para que subieran a arreglárnosla.
Dijeron que en cuestión de dos minutos, pero ya sabemos cómo es la gente de
Sudamérica, muuuuuuuuuuuuuuucha muuuucha parsimonia para todo. A los 45 minutos
estábamos hartos de esperar así que mi marido volvió a llamar pero esta vez para
decir que no subieran. Al minuto 20 segundos ya estaban llamando a la puerta.
Si es que son tontos o nos están vacilando……… el caso es que nos la arreglaron.
Que agustito, nos quedamos toda la tarde de relax y descanso.
A eso de las 19.00h. salimos a dar
una vuelta por la Plaza y fuimos directos al sitio que habíamos fichado. Nos
sentamos en la terracita de un patio precioso. Para beber, pedimos una cerveza
tres cruces (otra cerve peruana) y mi marido una cuzqueña negra, bastante
curiosa y con un sabor muy dulzón.
Cenamos ahí mismo y tras eso
pensamos… Y ahora dónde vamos? Pues al Waikis
otra vez, jejeje, ahí estaba el camarero esperando por nosotros. Sonrió al
vernos, nos indicó nuestra mesa (es decir la de la noche anterior) y nos puso
nuestras cuzqueñas fresquitas. Al entrar cambió la música, otra vez sesión como
el día anterior… genial, pero en seguida empezó a llenarse el bar por gente de
allí y cambió la música….. ohhhhhh ellos eran más así que no nos importó y ya
estábamos terminando así que pagamos y con mucha pena nos fuimos, ya que no
volveríamos más por allí. Mañana teníamos un trayecto en autobús con turismo Mer
de 9 horas hasta Cuzco. Puff casi nada!
Volvimos al hotel, miramos con
cara de pocos amigos a los recepcionistas a ver si hoy no nos llamaban a las 3
de la mañana para preguntar chorradas y nos acostamos.
Buenas noches Perú.
Día 7 Puno-Cuzco
3 de Abril de
2013
Nos despertamos temprano ya que a
las 7:30h. salía el autobús de la estación que desconocíamos donde estaba.
Desayunamos, mi marido otra vez pasó muy mala noche y a mi la nariz me sangraba
un montón. Por mucho que durmieras nunca estabas descansado..
Recogimos, hicimos el Check out,
nos llamaron a un taxi y pagamos 3 soles porque nos llevara a la estación de
Mer. A las 7:00h. ya estábamos allí, lo que no sabíamos es que hasta las 8:00h.
no salía el autobús (nos habíamos equivocado al leer la hora de salida). Otra
vez a esperar. Aprovechamos a cargar el Ipod en la estación porque el bus tenía
wifi, y el tiempo se pasó rápido. Subimos y los asientos estaban bien y el
autobús aún mejor.
Te servían bebidas después de cada excursión y llevábamos una terramoza y una guía divertidísima que nos hizo las excursiones muy amenas. El autobús serían 9 horas pero pararíamos en varios puntos para visitar catedrales, museos, ruinas y otra para comer.
Te servían bebidas después de cada excursión y llevábamos una terramoza y una guía divertidísima que nos hizo las excursiones muy amenas. El autobús serían 9 horas pero pararíamos en varios puntos para visitar catedrales, museos, ruinas y otra para comer.
La ruta fue la siguiente Puno, Pukara, La Raya, Sicuani, Raqchi, Andahuaylillas y Cusco. Durante toda la ruta la guía se bajaba en estos puntos con nosotros y nos daba explicaciones sobre lo que veíamos.
A mitad de camino paramos en un restaurante con una terraza increíble y un buffet con comida buenísima. Nos acompañó durante la comida en la terracita al solecito una alpaca divertidísima que se emperró en comerse la sopa de verduras de mi marido y también la cinta de la mochila de su cámara. Jejeje que divertida era, no había forma de llevársela de allí.
Al final intervino una mujer
lugareña para separarla de las verduras. Claro la pobre ya estaría harta de tanta
hierba… Comimos fenomenal. Después de la comida fuimos detrás del restaurante
que había un río y también más llamas y alpacas. Como locos fuimos a hacernos
una foto con ellas, pero resultó que a una de las llamas no le debí caer bien,
me coloqué a su lado para hacerme la foto de familia con mi marido y ella y
ésta me escupió en toda la cara. Jjajajaja que tía, vaya mal humor que tienen,
aunque luego bien que dejan que las acaricies.
Llegamos a Cuzco sobre las 18.00
de la tarde. Ya era de noche y nos daba una pereza enorme tener que coger otro
taxi en una ciudad grande. Además al principio Cuzco no tenía nada de buena
pinta y menos su gente.
Le pedimos a la terramoza que nos
cogiera un taxi, pagamos por él 7 soles y nos llevó a la Plaza de Armas donde teníamos
reservado el Hostal El Triunfo. La ciudad ya adoptaba otro color y toda la zona
del centro era preciosa y su plaza sin palabras, nos dejó con la boca abierta.
Era otro mundo.
Hicimos el check in y el hostal
era terrorífico, no había por dónde cogerlo. Una vez más nuestra habitación estaba
justo al lado de la recepción… bueno esa noche tampoco dormiríamos muchas horas
porque por la mañana nos iríamos de excursión al Valle Sagrado, pero eso sí, no
teníamos ni una ligera idea de cómo iríamos hasta allí, esta parte no la habíamos
preparado ni pensado. En fin… ya decidiremos por el camino e improvisaremos.
Dejamos las mochilas en el hostal y
preparamos una pequeña para llevarnos al Valle Sagrado y al Machu Pichu y la
otra la dejaríamos en el hotel. Hotel al que volveríamos en dos días antes de
coger el vuelo de Cuzco a Lima y de ahí a Madrid.
Salimos a dar una vuelta por Cuzco
y necesitábamos cambiar dinero, ya no nos quedaba nada y teníamos aún 3 días
por delante. Preguntamos en varios sitios y al final nos cambiaron por 3,18…. Cambiamos
60 euros y nos fuimos a fotografiar la Catedral, la Plaza, dar una vuelta y ver
donde cenaríamos.
La plaza de armas es espectacular,
con un ambiente increíble y llena de sitios donde tomar algo. Nos dimos una
vuelta y por el camino no hacían más que ofrecernos tours organizados por el
Valle Sagrado. Preguntamos por curiosidad y nos ofrecía una agencia por 50
soles llevarnos al día siguiente por la mañana a las 9.00am a 20 personas y a
nosotros de Cuzco a Pisac y de Pisac a Ollantaytambo. Nos pareció un buen
negocio pero nos daba tanta pereza ir con prisas y con gente así que después de
pensarlo y hablarlo entre nosotros decidimos mejor buscarnos la vida por
nuestra cuenta. En el hotel comentaron que había autobuses públicos que te
llevaban y luego taxis hasta las ruinas y cosas así, nos saldría más caro pero
lo haríamos más agusto.
Nos dimos otra vuelta y vimos Mc
Donald, siiiiiiiiiiiiiiii por favor, no hay otra cosa después del día de hoy y
de tanto ají, casado y rocotto que nos apetezca más. Así que compramos unas
hamburguesas y nos fuimos al hotel a cenar y dormir.
Calzábamos el idioma que hablarían en la zona de Aguas Calientes.
Calzábamos el idioma que hablarían en la zona de Aguas Calientes.
Otro día muy bien hecho. Buenas
noches.
Día 8 Cuzco-Valle
Sagrado-Aguas Calientes.
4 de Abril de
2013
Nos despertamos muy temprano y el
desayuno del hostal daba asquito así que como habíamos visto un Starbucks el
día anterior pensamos ummmmmmmmmmm rico café por fin y desayunito. A las 7:00
am estábamos los primeros en la puerta del Starbucks esperando a que abrieran. No
abrieron hasta las 7.30. Una vez dentro
pedimos desayuno y ojeamos la Loney Planet para ver como podíamos ingeniar el
día y estar a las 18.00 h. sí o sí en Ollaytambo para coger el tren con
dirección a Aguas calientes, pueblo que nos llevaría por la mañana del día
siguiente al Machu Pichu y que salía a las 19.00 h.
Después de desayunar bajamos a la
calle y vimos a un policía. Le preguntamos cómo poder ir a visitar el Valle y
sus ruinas. Nos ofreció dos alternativas: Coger un taxi, en un principio dijo,
por 30-40 soles, o coger taxi, bajar a la estación de Cuzco y coger un bus
hasta Pisac y luego una combi hasta Ollantaytambo. Habíamos leído mucho sobre
los riegos de las combis pero bueno ya quedaba poco y ya nos habíamos hecho (o
eso creíamos) con toda la situación. Así que optamos por la segunda opción que
además salía bien barata (ya no nos quedaba apenas dinero).
Nos dijo el poli que él nos paraba
un taxi para que así estuviéramos tranquilos y de esa forma no nos pasara nada.
Yupiii, que alegrías por el cuerpo nos entraron. Le dijimos que subíamos al
hotel a recoger el resto de cosas, dejar la otra mochila en consigna y que le
buscaríamos en un rato para que nos consiguiera el taxi.
Eso hicimos y 20 minutos después y
tras dar un par de vueltas le localizamos.
Nos acercamos a él y este nos
reconoció rápido, volvimos a preguntar una segunda vez cuanto nos costaría el
taxi y los autobuses y ahora nos daba precios distintos. Si es que no te puedes
fiar de nada ni de nadie (volví a recordar a la niña del perrito en Lima). Se
puso a hablar en bajito con su pinganito y tras 40 segundos de silencio hablé y
nos dijo. Chicos tranquilos que acabo de hacer una llamada a mis compañeros y
viene un furgón de la poli a recogeros y llevaros a la estación para que estéis
más seguros y no os pase nada.
Nuestra cara en ese momento estaba
para foto. Comorrr??? Un furgón de la poli para que nos lleve a la estación??
Uffffffffffff, que mal rollo (recordé entonces al taxista de Pisco). Con una
mirada mi marido y yo ya sabíamos lo que estábamos pensando. Así que rápido le
respondimos: no se moleste, si no pasa nada, cogemos un taxi, si total son 5
soles…. En ese momento me castañeaban los dientes y las uñas de los pies… Él
insistía pero tras insistirle nosotros más respondió que ok y que nos pararía
un taxi oficial.
Oficial????? Pero si el
desgraciado levantó la mano y paró al primero que pasó por la calle!!. Los
oficiales llevan unos cuadraditos en la parte derecha e izquierda del coche en
negro y este por no tener no tenía ni casi ruedas, sólo lleva un cartelito arriba que ponía taxi. Por
dios!!!!!!!! Donde nos estamos metiendo…. Una vez más.
Mi marido jura que oyó al policía que
se acercó por la ventanilla del taxi y le dijo al supuesto taxista que éramos
familia suya turista y que nos cuidara bien. A mi me daba igual, seguía
temblando. Como me podía fiar si primero dice un precio, luego otro luego nos
quería llevar en un furgón de la poli y luego para al primer “taxi” que pasa?.
Total ahí que nos subimos. Mi
marido le dice que nos lleve a la estación para coger un bus y luego la combi
pero él dice que si vamos a Pisac y queremos visitar las ruinas que hay que
pagar otro taxi que si tal que si cual… vamos que nos empieza a enredar para en cuestión de un segundo haber negociado con
él que nos llevara directamente a la entrada de las ruinas de Pisac por 45
soles. Algo caro pero bueno es lo que nos salió en ese momento.
Tras esto da un giro brusco y se
mete por una callejuela empinada y nos dice que vamos a hacer una parada. Bueno
en ese momento sí que pensé que era el último de mis días, no he pasado tanto
terror jamás. Mi marido le pregunta que qué parada es esa y él responde que un
mirador… ya ya y yo como lo sé si ya habíamos pasado por unos cuantos y no
había parado… en ese momento y en mitad de la carretera se para en seco, saca
la mano por la ventanilla y coge el cacharrito que pone la palabra taxi de
encima de su techo y lo guarda en el asiento de al lado bajo una manta. Bueno
ya no describo como estaba en ese momento porque es imposible.
Mi marido le pregunta que por qué
lo quita y juro que le entendí que dijo: para que la policía no lo vea, mi
marido por primera vez coincidió conmigo, escuchó lo mismo así que a los 50
segundos volvió a preguntarle que por qué quitaba el cartel. En ese momento nos
responde que es porque se lo lleva el viento… Yo ya sí que no entiendo nada…
Seguimos avanzando por la
carretera y no veo cartel alguno que ponga Pisac pero mi marido no sé por qué
parece que empieza a relajarse (no sé cómo lo hace) y yo, total, si va a pasar
algo va a pasar igualmente así que lo único que se me ocurre es preguntarle si
tiene familia.
Sí contesta, dos hijos. Uffff me
deja algo más tranquila. Mujer, dos hijos, natural de cuzco… no tiene por qué
hacernos nada no???. Después de esto, le hago un tercer grado y ya me termino
de relajar, parece un buen hombre, Fidel se llama, amante de su país, su comida
y sus costumbres. Le hago la pelota por ahí y el hombre lo agradece. Cuenta que
él ha subido al Machu Pichu, cosa que el resto de personas que hemos ido
conociendo por el camino nunca había estado allí, quizás por lo hiper caro que
es llegar aunque para ellos es más barato… la verdad es que no lo sé….
Nos cuenta que los taxis en lima
son gente mala, que los turistas no estamos seguros, un sinfín de cosas que ya llevábamos
a nuestras espaldas. Al final resultó ser un hombre muy bueno y amable pero del
mirador donde nos iba a llevar ni rastro... Cuando estábamos a punto de llegar
a la subida de Pisac nos comenta que
ésta es bastante complicada, muy empinada, con muchas curvas y además estaba la
carretera llena de piedras enormes, obstáculos y todo derruido por las lluvias de
estos días. La verdad que resultó una subida difícil pero él lo hizo muy
despacito comentando al mismo tiempo que nuestra seguridad estaba por encima de
todo. Más majo…
Al llegar arriba nos despedimos
con mucha pena y le dije que tuviera mucho cuidado al bajar, la carretera de
verdad estaba destrozada, además ese día llovía muchísimo.
Bueno tras las despedidas entramos
en las ruinas y lo que sería un trekking absolutamente genial!. 70 soles nos
costó la entrada para todo el valle sagrado aunque nosotros no podríamos
visitar más que dos (no teníamos más tiempo).
Comenzamos el trekking y teníamos
que parar cada dos segundos para observar semejante belleza. El paisaje era
increíble y la excursión aún mejor. Tras 1 hora llegaríamos a las ruinas. El
trekking había sido todo cuesta abajo y nos daba una pereza enorme tener que
deshacer lo hecho. Preguntamos a un lugareño si se podía seguir bajando la
montaña para llegar al pueblo de Pisac y de ahí coger un medio de trasporte
para llegar a Ollanta. Nos dijo que sí pero el camino estaba indicado de pena
así que nos topamos con otro lugareño que dijo que íbamos mal y que debíamos ir
por otro camino. Por no sabíamos que hacer, cada uno decía una cosa distinta, así
que hicimos un mejunje de las dos respuestas y nos la jugamos. Teníamos más de
1 hora y media de bajada hasta el pueblo por una piedras mojadas y nada
fáciles, pero bueno no nos importaba con tal de que abajo sí estuviera el
pueblo. No nos encontramos ni un alma más por el camino excepto dos mujeres con
sus trajes haciendo pulseras que te pedían de todo menos responderte si el
pueblo o el camino tomado era el acertado. Pensamos que si ellas habían llegado
hasta allí es porque habrían partido de algún sitio.
A rato empezamos a divisar el
pueblo desde arriba. Una hora y media después vemos el fin del camino y el
comienzo de un mercado precioso que nos llevaría al pueblo de Pisac.
Mi marido se compró una camiseta
por 18 soles del Machu Pichu preciosa, no quisimos negociar más porque tenía la
señora un bebé monísimo que si no… y nos dimos una vuelta por el mercado.
Llegamos a la plaza y preguntamos donde había autobuses o lo que fuera que nos
llevaran a Ollantaytambo. Nos dijo un poli que había autobuses hasta un pueblo
(no recuerdo el nombre) y que desde ese podríamos coger la maldita combi para
llegar al final de nuestro destino.
Nos indicó donde se cogían y antes
de ir compramos una empanadilla de pollo y una cocacola para reponer fuerzas.
Nos la comimos en dos bocaditos (3 soles), umm que rica estaba.
Tras esto, gente un poco “peculiar”
empezó a ofrecernos taxis y combis pero no quisimos. Llegamos a lo que
supuestamente era la parada del autobús. No es que no hubiera parada, si no que
nos encontrábamos en mitad de la arena y de la nada donde había un trozo de
madera a modo de banco con una señora que vendía chucherías en un carrito
ambulante. Le preguntamos y nos dijo que sí, que era ahí. Veíamos pasar una y otra vez
autobuses y microbuses espectaculares pero eran todos de agencias privadas… Y
nosotros con una cara de circunstancia y dando una pena horrible mirando hacia
arriba y hacia los lados esperando y esperando a ver qué clase de medio de
transporte aparecía para trasladarnos….
Tras 20 minutos y ganas no me
faltaban en ningún momento de parar un autobús de guiris privado para que nos
llevaran, apareció de repente lo que se suponía era nuestro autobús. ¿¿Nuestro qué??
Era una tartana, toda rota, había más gente dentro de la que cabía. La
pilotaban tres personas que se subían y bajaban en marcha de la furgonetilla,
ni se veían las ruedas. Me negaba a subir en cuanto la ví pero mi marido me
empujó del culo y me obligó a entrar. 2 soles nos dijo que nos costaba el
trayecto de una hora.
Cuando subimos, nos fuimos
directamente a la parte de atrás. Los asientos tenían una inclinación de 60º lo
que resultaba imposible mantenerse sentado sin acabar con el culo en el suelo. En
el interior, sólo había lugareños que desprendían un olor curioso. ¿Olía a
Alpaca??. Todos los viajeros eran peruanos, con sus trajes, sus largas trenzas,
y cargaban con sus enseres. Estábamos morados porque ni respirábamos dentro.
La furgonetilla adelantaba como si
se creyera un trailer, hacía paradas que no estaban ni señalizadas y uno de los
tres chicos que conducían el aparato, se paseaba de vez en cuando a cobrar tu
destino. La gente viajaba de pie, con esos acelerones y parones. Que conducción
a mil por hora con el techo soldado de mala manera a punto de caerse!!!!!!!!
Una hora y 15 minutos después llegaríamos a nuestro destino. Destino que
tuvimos que preguntar porque no teníamos ni la más remota idea de donde
pararía. Nos dijo el chico que nos bajáramos ahí mismo, y eso hicimos, al bajar,
me fijé que la principal y única puerta de la furgoneta estaba destrozada, sólo
con mirarla te rajabas con ese óxido y ni con 20 vacunas del tétano te librabas
de la muerte. Toda una aventura….
Allí nos dejaron plantados en la
arena en mitad de ninguna parte sin saber cómo iríamos a nuestro destino final:
Ollanta.
Anduvimos durante largo rato y
pregunté a una señora que comía plácidamente en un restaurante y me dijo que podíamos
coger un medio de trasporte en la terminal.
Caminamos otro rato y por fin
llegamos a lo que ellos llaman terminal. Ésta se trataba de una puerta con un
pasillo donde estaba plagado de gente y al final unas tiendas que vendían a
modo de kiosko de periódicos: chicles, patatas y cosas así. Y luego una puerta
hacia el lado derecho y otra hacia el izquierdo.
Nada más asomarnos a la puerta de
la derecha se nos echó encima un señor con gafas un pelín peculiar que preguntó
si íbamos a Ollanta. Sí, le respondimos tímidamente. Corriendo nos contestó que
tenía todavía dos sitios en su combi y que subiéramos con él por 2 soles. Él se
metió por la puerta de la derecha y le seguimos hasta la esquina. Al asomarnos
no nos fiamos ni un pelo. Con la mano nos indicó cuál era su furgoneta y
pudimos ver que en el interior había un hombre sentado en la parte delantera al
lado del conductor y otro hombre en la parte trasera. Éste le dijo algo al de
la parte de atrás y se movió a un lado mientras nos gritaba tengo dos sitios
más. Uff me dio un poco de no sé qué. No sé si fue por todo el miedo que nos
habían metido en el cuerpo o por qué, pero tanto mi marido como yo decidimos no acercarnos hasta esa
furgoneta y mucho menos meternos dentro. Le indicamos de lejos y con el dedo
que no queríamos subir así que volvimos al interior de la terminal y
preguntamos a una señora si las combis para viajar hasta Ollanta salían desde
allí. Nos dijo que sí que había combis y que fuéramos justo hacia el lado
contrario de donde estábamos, es decir por la puerta de la izquierda. Madre
mía, decisión acertada, nos fiamos de nuestro instinto.
Tras esto, nos dirigimos hacia la
puerta de la izquierda. Allí era todo caótico y ya no sabíamos ni hacia quien
dirigirnos. Un hombre se acercó a nosotros y nos preguntó dónde queríamos ir. A
Ollanta le dijimos y entonces nos indicó que la furgoneta que había justo al
lado nuestro nos llevaría.
Nos acercamos, en el interior había mucha gente, en principio
no quedaba sitio ya que se estaban subiendo un grupo de chicos y chicas de unos
12-14 años que vestían con el uniforme del colegio. Cuanto es, preguntó mi
marido? 1 sol y medio cada uno, mi marido me empujó una vez más del culo y me
subió a la combi.
Para más seguridad le pregunté a
una niña que viajaba detrás de mi junto con sus compis del cole que si iban a
Ollanta. Ella contestó que si: uffffffffffffffffffff respiré hondo, hondísimo,
sentí un alivio tremendo, creo que ese momento hasta gané 20 kilos de peso
jejejeje…. Que tranquilidad. Más adelante vi que en la combi llevaba un cartel
con la lista de precios por zonas a las que te llevaba. Era totalmente de fiar.
Por el camino iba parando y bajaba y subía gente.
Tras otros 20 minutos, por fin
llegamos a Ollanta. Mi marido pagó al conductor y fuimos a tomar algo, menudo
día llevábamos, estábamos cansadísimos, menudo día llevábamos.
Aún nos quedaba visitar el pueblo,
ver otras ruinas y cogernos el tren que nos llevaría a Aguas Calientes en un
trayecto de dos horas… Aquí tengo que decir que aunque estaba siendo el viaje
de mi vida, con ese día que habíamos vivido, sentía que no volveríamos a vivir
algo así nunca… me da bastante pena la verdad…
Después de esto, dimos una vuelta por el pueblo y nos sentamos en una terracita muy mona a comer. Dos coca-colas y dos pizzas. Todo ello buenísimo, dimos de comer salchichas a un perrito que estaba junto a nuestra mesa y descansamos de lo lindo.
Después de esto, dimos una vuelta por el pueblo y nos sentamos en una terracita muy mona a comer. Dos coca-colas y dos pizzas. Todo ello buenísimo, dimos de comer salchichas a un perrito que estaba junto a nuestra mesa y descansamos de lo lindo.
Después de recordar las batallas y
con el estómago ya asentado y lleno nos fuimos a visitar las ruinas. Estas eran
muy bonitas pero empezaron a llegar muchos autobuses de turistas por lo que se
hacía un poco rollo visitarlas agusto y hacer fotos. Aún así estuvimos como una
hora visitándolas y caminando por ellas. Mereció la pena la verdad. Al terminar
nos fuimos a la plaza del pueblo a cambiar dinero y tomar un café. De repente
recordé que el autobús que sube al Machu Pichu costaba unos 17 dólares por
cabeza y no teníamos dinero. Cambiamos nuestros últimos 30 euros a un regular
cambio, pero no había otra.
Al rato ya salía nuestro tren, así
que tras una caminata de unos 10 minutos por el pueblo, bueno en realidad más
porque nos perdimos un poco, llegamos a la puerta. Estuvimos en la estación
esperando que saliera nuestro tren y una vez dentro alucinamos. Era precioso. Su
interior estaba pintado y decorado muy bonito, los asientos comodísimos y muy
amplios. Tenía terramozo que nos sirvió en un paquetito muy mono presentado una
bolsa de plátanos fritos y una chocolatina.
Al llegar, había un chico con un cartel que indicaba el nombre del hostal esperando en la salida. Dioss que susto nos pegamos, era la primera vez en 10 días que alguien venía a buscarnos, no dábamos crédito, pensamos que no era para nosotros y se habría equivocado…. Siempre viendo como todo el mundo se iba en un coche estupendo o un autobús glamuroso y los dos pobrecitos de nosotros tirados en mitad de la nada esperando un taxi.. en ese momento quería hasta llorar de la alegría. Máxime cuando nos acercamos a él y confirmó que nos estaba esperando a nosotros…. Tú estás seguro, le pregunté? Y me dijo sí… quería abrazarle en ese momento!!!.
Nos llevó hasta el hostal Adeslas.
Estaba ubicado en el centro de Aguas Calientes y además al lado de donde por la
mañana cogeríamos el bus bien temprano para subir al Machu Pichu. Hicimos el
check in y aunque estábamos absolutamente derrotados después de un día como el
que habíamos pasado nos ganamos salir a dar una vuelta y tomarnos unas
cuzqueñas bien fresquitas. Dejamos las cosas en la habitación que estaba bien
para dormir una noche.
Salimos corre que te corre a
buscar un sitio y anduvimos un rato por el pueblo, porque al no ser temporada
alta todos los sitios ya estaban o cerrados o a punto de cerrar.
Eran sólo las 21.30 pero no había
apenas gente. Tras un buen rato dando vueltas acabamos acercándonos a la plaza
del pueblo y allí había un par de terracitas y un pelín más de ambiente. Dos
cuzqueñas por favor!!!!, los precios habían subido mucho, muchísimo con
respecto a los primeros días en Perú. Ahora te pedía por una cerveza 10 soles.
Ya nos lo habían advertido, empieza lo más turístico del país y abusan
muchísimo. De hecho, Aguas Calientes se creó a raíz de poder empezar a visitar
al Machu y la gente de allí vive única y exclusivamente del turismo. Sólo hay
hoteles, restaurantes, tiendas de regalos y un cajero automático.
Terminamos tomándonos tres
cervezas que nos supieron a gloria. Intentaron cobrarnos más, pero no coló. Tras
esto que serían ya las 11 de la noche nos fuimos a dormir. Esa noche caímos
rendidos, pero antes de eso nos aprendimos las normas del hostal.
Bunas noches y Hasta mañana.
Día 9 Machu
Pichu-Cuzco.
5 de Abril de
2013
A la mañana siguiente eran las
5.30 cuando estábamos ya en pie y estábamos nerviositos perdidos. Teníamos un
nudo enorme en el estómago, íbamos a ver el Machu Pichu, con lo que nos había
costado llegar hasta allí!!! Bajamos a desayunar y había sólo alojado un grupo
de americanos. La chica de la cocina nos sacó el desayuno, bastante pobre y muy
malo, nos ofreció unos huevos revueltos, así que dijimos que sí.
Desayunamos más bien rápido y corre que te corre cogimos la mochila y nos
fuimos a la parada del bus. Madre mía eran las 6.30 y nuestro autobús era ya el
número 17. Supongo que habían madrugado los que iban a visitar el Huana Pichu.
Pagamos la entrada del bus, sólo ida, inocentes de nosotros, pensando que luego
nos bajaríamos andando…
Nos montamos en el autobús como
dos adolescentes nerviosísimos y con mucha ilusión. La subida es de aprox. Unos
25 minutos, con todo curvas y por el camino se va viendo la montaña y parte de
la ciudadela de la parte de atrás desde otro ángulo. A medida que subíamos veíamos
la niebla que iba quedando bajo nosotros. El espectáculo era increíble. Una vez
llegamos arriba, salimos pitando para ir directamente a la puerta de entrada.
Al bajar del autobús había un montón de guías que ofrecen sus servicios para
recorrer la montaña y la ciudad, pero ya ni teníamos dinero ni nos apetecía
depender de nadie. Teníamos claro que queríamos disfrutarlo por nuestra cuenta
y hacerlo a nuestra manera. Nada más entrar se divisan las tres montañas y las
ruinas, que escenario más magnífico!!!.
A toda prisa fuimos directamente por el camino que conduce a la subida del guardían, que es donde te haces la foto típica. Antes de esto, y cuando sólo habíamos andado unos metros ya pedimos a dos chicas que nos sacaran 100 fotos, madre nos esperaba un día muy largo por delante buscando la foto perfecta, aunque una vez más descubrimos que en una fotografía es imposible retratar lo que ven tus ojos. Subimos el camino empinado hasta la roca desde donde se ve toda la ciudad. Allí tuvimos que hacer cola para sacarnos la foto. Nos hicieron unas cuantas, y decidimos seguir subiendo por todos los bancales parando cada dos segundos para sacarnos más fotos y contemplar ese espectáculo desde todos y cada uno de sus ángulos y posiciones. Tras mil fotos nos sentamos a contemplar una de las 7 maravillas del mundo. Uff ahí nos quedamos relajados y petrificados.. Nos quedamos así un buen rato, después decidimos ir a visitar el puente inka. Bueno la excursión no tiene nada interesante excepto porque hay un guardia que te apunta nombre, apellidos, nacionalidad y hora de entradas… para qué? Por si no vuelves. El camino está algo complicado y puedes resbalar. La caída es tremenda. Estábamos a 3.800 m de altura. La caminata son unos 20 minutos ida y algo menos la vuelta, donde al salir haces lo mismo, firmas a la hora a la que sales.
A toda prisa fuimos directamente por el camino que conduce a la subida del guardían, que es donde te haces la foto típica. Antes de esto, y cuando sólo habíamos andado unos metros ya pedimos a dos chicas que nos sacaran 100 fotos, madre nos esperaba un día muy largo por delante buscando la foto perfecta, aunque una vez más descubrimos que en una fotografía es imposible retratar lo que ven tus ojos. Subimos el camino empinado hasta la roca desde donde se ve toda la ciudad. Allí tuvimos que hacer cola para sacarnos la foto. Nos hicieron unas cuantas, y decidimos seguir subiendo por todos los bancales parando cada dos segundos para sacarnos más fotos y contemplar ese espectáculo desde todos y cada uno de sus ángulos y posiciones. Tras mil fotos nos sentamos a contemplar una de las 7 maravillas del mundo. Uff ahí nos quedamos relajados y petrificados.. Nos quedamos así un buen rato, después decidimos ir a visitar el puente inka. Bueno la excursión no tiene nada interesante excepto porque hay un guardia que te apunta nombre, apellidos, nacionalidad y hora de entradas… para qué? Por si no vuelves. El camino está algo complicado y puedes resbalar. La caída es tremenda. Estábamos a 3.800 m de altura. La caminata son unos 20 minutos ida y algo menos la vuelta, donde al salir haces lo mismo, firmas a la hora a la que sales.
Al volver nos quedamos otro rato
contemplando el Machu Pichu y ya eran como las 10 de la mañana. Con mucho
hambre y un sol increíble y el cansancio acumulado de días anteriores, salimos
fuera del complejo a comer algo. Que despropósito y que ladrones. 1 sol por ir
al baño y por una coca cola de lata 10 soles. Una vergüenza. Estábamos
advertidos pero tampoco nos dio tiempo a comprar nada el día anterior, así que
nos compramos un perrito cada uno por 10 dólares y acompañado de nuestra
botella de agua, fue lo que comimos para recuperar fuerzas. Tras descansar un
rato, volvimos a entrar pero esta vez para visitar las ruinas. Las fuerzas ya
no me daban para mucho más y las piernas hasta me temblaban del cansancio.
Anduvimos un par de horas por allí, vimos llamas, alpacas… pastando a sus
anchas en el que un día fue una ciudad repleta de gente, y regresamos. A las
16.30 compramos el bus de vuelta (nuestro propósito de bajar andando se
desvaneció) además que la bajada es algo más de 1 hora, así que nos subimos al
autobús y ala vuelta al pueblo.
Cuando llegamos fuimos con
nuestros últimos soles a tomar una Coca-Cola y un bocadillo. Hasta las 18.30 no
salía nuestro tren de regreso a Cuzco pero recogimos la mochila en el hostal y
nos fuimos directamente a la estación a esperar.
1 hora y media después llegó
nuestro tren. Este era algo más antipático que el otro. Más feo y lo peor de
todo es que nos habían dado asientos separados. Jolín lo que nos faltaba.
Encima uno de los asientos era en dirección contraria, es decir viajaríamos de
espaldas. Mi marido ya un experto en negociaciones, consiguió que aún no
sabemos cómo, que viajáramos los dos solos juntitos de frente en un asiento que
era de 4 jejejeje. Lo que ha aprendido estos días!!!! Tras dos horas de viaje y
de servirnos unos cacahuetes dulces y una Coca-Cola el tren se detuvo y nos
indicaron que nos esperaban autobuses para llegar en otro algo más de dos horas
a Cuzco. Estábamos alucinando, encima nadie nos daba explicaciones, hasta que
no volvimos a Madrid no supimos la razón de ese viaje, y es que estaba
derrumbado por las lluvias y el camino del tren cortado.
Vamos, que habíamos pagado una
pasta para terminar otra vez en un autobús de noche a toda velocidad sin luces
largas y adelantando en los peores momentos. Ahora ya sí que teníamos ganas de
volver a casa.
Llegamos a Cuzco sobre las 9 de la
noche y otra vez odisea. Coge un taxi a estas horas y búscate la vida. Al
llegar como siempre cartelitos mil y autobuses tope molones para los demás
menos para nosotros. Nos quedamos plantados en la estación viendo que hacíamos.
Salimos y había en la puerta un taxista que nos indica que es oficial y nos
lleva al hostal por 10 soles. Sí hombre no he pagado 10 soles en todo el viaje,
te los vamos a pagar ahora y que encima ni tenemos ya a estas alturas. Se enfadó
y nos mandó a la porra. Así que nos quedamos colgados. Tras un largo rato mi
marido en su línea ya de experto, paró el primer coche que vio y resultó que
por 4 soles nos dejó en la puerta del hostal.
Dejamos las cosas, en esta ocasión
la habitación estaba un poco mejor. Pedimos que a las 4am nos pidieran un taxi
para llevarnos al aeropuerto y nos comentaron que estaría el nochero y que se
lo dijéramos a él.
Salimos a la plaza de Cuzco, cenamos
y regresamos al hostal, subimos a la habitación, cenamos y sin darnos cuenta ya
estábamos roncando y en el séptimo cielo. Menudo día!!!!.
Snif snif buenas noches….
Día 10
Cuzco-Lima-Madrid.
7 de Abril de
2013
Cariño, Cariño, que hora es?? nos
hemos dormido!!! son las 4.45 de la mañana?? Que, qué??? No puede ser! No
llegamos!!!!!. Corre que te corre me vestí, fui a buscar al nochero como una
loca, que salió de un cuarto quitándose las legañas y con más sueño que yo y le
grito, por favor, por favor, es muy tarde, pide un taxi al aeropuerto. Me dice
en 10 minutos está aquí. ¿¿Cómo?? 10 mituos!! Por dios no llegamos!. Bajo a la
calle y estaba todo aún oscuro. No hacían más que pasar coches y taxis y se
para uno y me dice ha pedido un taxi?? Ufff no lo sé, no lo sé, estoy muy
atacada, y si este tío me ha visto aquí sola de noche y yo que sé, no puedo
pensar, no tengo la mente despierta! Se queda parado frente al hostal en una
callecita por donde sólo puede pasar un coche y empieza a formar una cola de
narices. Subo corriendo y le pregunto al nochero que se había vuelto a quedar
dormido que si el taxi que está abajo es el nuestro. Le hago bajar las escaleras
para que me confirme,. Sí, es Jose, -¿tú estás seguro? Le vuelvo a preguntar. Y
me dice sí, sí. Vuelvo a subir a por mi marido y corre que te corre bajamos
otra vez con las mochilas abajo y nos tiramos en plancha dentro del taxi. Al Aeropuerto
Por dios!. Llegamos sobre las 5.30am, ufffff, había una máquina de facturación
rápida, así que sacamos la tarjeta de embarque, menos mal, si llegamos a tener
que facturar por no haber máquina o ese aeropuerto no es una caja de cerillas y
no llegamos ni en broma.
A toda prisa nos vamos a la cola
de embarque pasando previamente por inmigración. Yupiiiii Llegamos!!!!! Sin
desayunar, hechos polvo, sin saber si habíamos cogido todo, pero al menos
estábamos en el aeropuerto. En tan sólo 5 minutos anuncian el vuelo, embarcamos y a volar. Ya estábamos dentro!
El vuelo fue de 1 hora y
sobrevolamos los Andes, fue una pasada.
Nos dieron de desayunar un zumito
y un pack con galletitas y chocolates. Es una gran compañía aérea. Que
diferencia de aviones y de servicio entre LAN y Air Europa (abismal). La
próxima vez, si la hubiera, sin duda cogeríamos esta compañía. Después de una
hora llegamos a Lima. Ahora nos tocaba otra vez sacar la tarjeta de embarque,
esperar 1 hora y media y volar 12 horas con Air Europa en dos asientos
minúsculos sin ventanilla y al lado del baño. Que horror!!!!!!!!!!!!!!!!!.
Decidimos ir a buscar la maquinita
para sacar rápido las tarjetas y así desayunar y tomar algo calentito. Pero cuál
fue nuestra sorpresa cuando vemos que no tienen, pero cómo?? Una cola de 100
personas para sacar la tarjeta y no teníamos tanto tiempo. Preguntamos mil
veces porque no nos lo creíamos, y a la 1.001 ya confirmando que tenemos que
esperar la cola nos colocamos lejísimos de los mostradores de la cantidad de
gente que había y mientras para amenizar la espera los policías se paseaban con
sus perros y nos olían las maletas, la ropa y todo lo que pudieran (en varias
ocasiones)
Por fin llegamos al mostrador. Le
suplico que nos cambie de asientos y nos dice que es tardísimo, que ya están
embarcando y que el avión va lleno, así que no puede darnos otros asientos.
Alaaaaaaa otra vez a correr por todo el aeropuerto de Lima. Inmigración,
policía, pasillos, más pasillos, controles y encima estaban con el cambio de
turno así que estuvimos esperando 20 minutos a que nos sellaran la salida de Perú.
Llegamos otra vez raspaditos rápidamente
embarcamos.
Nos vamos directitos a nuestros
sitios claustrofóbicos y sólo esperamos poder dormir porque si no el viaje va a
ser un absoluto infierno. Una vez sentados y medio acoplados comprobamos que
nuestras teles encima no funcionan. Mi marido se lo comenta a la azafata y esta
nos dice que no toquemos nada que va a reiniciar el sistema. Pues va a ser que
no, no funciona ni con el apaga y vuelve a encender, jolín menudo rollo!.
Al ratito se acerca y nos dice en
bajito, chicos hay dos sit…………… no terminó la frase cuando cúal coyote y
correcaminos salimos escopetados y ya estábamos acoplados los dos en los
asientos de emergencia y con el cinturón de seguridad abrochado cortando
nuestros estómagos de lo fuerte que los habíamos enganchado por si acaso se arrepentía
y nos hacía levantarnos y así le resultara más complicado…
Viene la pobre azafata detrás, ya
que la habíamos ganado en espacio y tiempo con nuestra velocidad y nos dice,
chicos os habéis dejado el abrigo.. ah vale gracias, al rato… os habéis dejado
el bolso.. ah vale gracias… al rato, os
habéis dejado también el ipod, ah vale gracias… jejeje sin movernos de nuestro
asiento por si las moscas al ir a por nuestras cosas alguien osaba a quitarnos
esos 100 metros de asiento que teníamos para cada uno con nuestra ventanillita
y tele individual. Ay que agustito, ahora sí que sí, nos trae además dos
mantitas de más para que no tengamos frío…era una mami azafata. Así daba gusto
viajar con Air Europa. Apenas dormimos pero daba igual porque así despiertos
podíamos disfrutar las 12 horas de saber dónde estábamos sentados…
Antes de cenar nos dieron una
coca-cola que acompañamos con más galletitas de chocolate que teníamos de LAN,
y nos dormimos un poquito. En seguida nos trajeron la comida ummmm que rico,
nos pedimos pasta los dos. De primero una ensaladita muy buena de verduras y de
segundo macarrones con champiñones, bechamel y mantequilla gratinadito. De
postre una tarta de queso... Todo acompañado yo de un vino tinto buenísimo de
Marqués de Viana y mi marido una coca-cola…
Me lo pasé leyendo revistas de
cotilleos todo el camino. Una hora antes de llegar es decir a las 3.30 am hora
española nos sirven el desayuno. Ummmmm otro rico bocadillo calentito esta vez
de jamón serrano y un vaso de agua. 1
Hora más y aterrizamos en Barajas. Ya estábamos en casa. El piloto anunció que
hacía 5º en Madrid.. ¿pero cómo es posible si veníamos en manga corta y más
morenos que si hubiéramos estado en Hawai!!!!!!!. Pues así fue, salimos y hacía
un frío horrible. Además como eran sólo las 4.30 de la madrugada no había ni
personal en el aeropuerto y estuvimos dando vueltas por los hangares por lo
menos 20 minutos. Nos dejaron en mitad de una pista y cogimos un autobús que
nos llevó a la terminal. Salimos del aeropuerto y cogimos un taxi dirección
nuestra casita.
Día 11 Madrid.
7 de Abril de
2013
Tras 15 minutos, llegamos a casita
y todo seguía en su sitio. Nos duchamos, nos tomamos dos cafelitos bien
calentitos y nos fuimos a dormir. A las 15.30 h. nos despertamos. Ya estábamos
en Madrid y comenzaba de nuevo la rutina de todos los días……..para colmo al día
siguiente trabajábamos…
Tristes y melancólicos pero muy
felices por toda la experiencia que nos llevábamos, de los momentos vividos y
de las ilusiones de haber podido visitar otro país, comenzamos de nuevo el día
a día madrileño… sólo nos queda decir….
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