sábado, 1 de febrero de 2014

Y de repente Perú 2013


LO MEJOR: Vivir la experiencia de viajar de mochileros, integrarnos con la gente local, Hacer un trekking por Pisac, acariciar llamas, vicuñas y alpacas. Sentir la cultura desde dentro. Isla Ballestas y Paracas.

LO PEOR: El poco cuidado del medioambiente. Lo excesivamente caro, explotación y mala organización del turismo en Machu Pichu. Ver cientos de perros abandonados y tanta pobreza.

LO MÁS DIVERTIDO: La excursión de día entero en Isla Balletas y Paracas. Las cervezas en el Waikys (un bar de Puno).

A DESTACAR: Sensación de soroche o mal de altura.

Ayuda para organizar el viaje: Loney Planet, Foro viajeros, Rumbo y Booking.

Ruta: Madrid- Lima- Paracas- Isla Ballestas- Ica- Arequipa - Cañon del Colca- Puno- Lago Titicaca- Cuzco- Valle Sagrado-Aguascalientes- Machu Pichu- Cuzco-Madrid.


Día 0. Madrid-Lima
Miércoles 27 de marzo de 2013.

- Se puede saber que se nos ha perdido a nosotros en Perú???. Pues visitar el Machu Pichu y los paisajes no???. Uffffffff no sé yo, con lo bien que estamos aquí en Madrid, tan tranquilitos…. - Que he leído que Lima es peligroso: hay secuestros, robos, hay múltiples accidentes de coche y autocar. – Esta misma mañana he mirado las noticias en Perú y el volcán Misti está con una actividad sísmica inusual, y ¿los terremotos?… Ay madre!!!!
- Es igual, ya tenemos todo preparado y además la vida son dos días no?. Acaso preferimos estar en la oficina trabajando? La respuesta indudablemente es: NO. Así que ala, nos vamos a PERÚ!.

A las 21.00 h. ya estábamos en el aeropuerto de Madrid-Barajas con la tarjeta de embarque impresa desde por la mañana, por lo que íbamos con tiempo de sobra y además no íbamos a facturar. Lo primero que hacemos en la T1 es cambiar de Euros a Soles (moneda Peruana). Hay dos casas de cambio en la terminal. El cambio en ese momento estaba así: 1 euro: 3,30 soles. Nos parece correcto así que aceptamos y cambiamos 100€. Preferimos ir directamente con algunos soles desde Madrid por lo que podamos necesitar nada más llegar.

Pasamos el control correspondiente y nos dirigimos a la puerta de embarque. Como aún nos sobra algo de tiempo y no hemos cenado nos tomamos algo en la misma terminal. Al rato anuncian la salida y nos ponemos en la fila de embarque. Subimos al avión, y a pesar de haber reservado uno de los mejores asientos (indicado según la web de Air Europa teniendo en cuenta el modelo de avión) nos encontramos con que estos asientos no tienen ventanilla y están justo enfrente del baño... Uff menudo viajecito de noche que nos espera.

El avión, da aspecto de viejo y sucio. Teníamos un buen recuerdo de esta compañía pero se nos cayó por el suelo al ver como un avión transoceánico podía estar en esas condiciones. Debían ser cerca ya de las 00.30h. cuando nos sirven la cena, nos dan a elegir: pollo o pasta, así que cada uno elige una de las dos opciones. La comida estaba más bien mala. Nos tomamos una dormidina y a cerrar los ojos para intentar dormir lo máximo posible. Nos esperan 12 horas por delante de vuelo nocturno. Pasamos la noche como podemos pero logramos dormir unas 4 horitas. Justo 1 hora antes de llegar, (sobre las 5 am), nos sirven el desayuno: un rico sándwich de jamón y queso calentito y un zumo.


Día 1. Lima-Pisco-Paracas
Jueves 28 de Marzo de 2013

Comienza el descenso y aterrizamos en Lima sobre las 6 am. Nos dirigimos al mostrador de inmigración a por nuestro nuevo sellito en el pasaporte. La cola va bastante rápida. Tras esto, nos dirigimos directamente a la casa de cambio del aeropuerto. Por suerte el cambio estaba más bajo que en Barajas, así que es recomendable cambiar en el Aeropuerto de España. Como sólo llevamos una mochila, salimos en primera posición y vamos directamente a pasar por un control de maletas. En esta ocasión, tenemos que pulsar un botón que nos saldrá verde o rojo para ver si nos toca registro de mochilas... Como no podía ser de otra forma, nos sale rojo.. Ala! a pasar por otro control de escáner... Por suerte es rápido y como no llevamos nada peligroso ni ilegal nos vamos directamente a buscar un taxi.

Dentro de la terminal hay una compañía de taxis que nos pide 145 soles por llevarnos al centro, dice ser Taxi Executive. -Pero que dice este chalao!!!!!. Ya estábamos advertidos que habría taxis oficinales y no oficiales y los precios que nos marcaría cada uno de ellos oscilaría bastante pero el precio que había pedido el Executive, para mi gusto,  se le había ido la cabeza!. Nosotros buscábamos algo intermedio.

Cruzamos la terminal y nos aborda un hombre de la compañía Taxi Green que nos ofrece llevarnos a la estación de Soyuz por 35 soles. Perfecto, había leído que son oficiales y el precio para ser nuestro primer día en tierras desconocidas y antes de hacernos con los mandos, nos parecía adecuado.

El taxista fue muy agradable, al subir, cerró el coche y nos empezó a comentar que la inseguridad ha crecido muchísimo en Lima últimamente. Nos dijo que las cosas estaban muy mal: continuos secuestros a turistas y locales, robos e infinidad de riesgos. Hablamos también sobre cuanto tiempo íbamos a estar en Perú, de la comida típica peruana, del ceviche, del pisco sur y como no, de la situación actual e inmobiliaria de España. Su mujer acababa de volver de España por toda la crisis, así que allí estaban bastante al tanto de la situación... De hecho más adelante comprobaríamos que lo siguen muy de cerca y sentían mucha curiosidad por el tema y me atrevería a decir que algunos momentos sentían hasta pena. El taxista nos comentó que Perú va por el mismo camino en temas inmobiliarios. 20 minutos después y tras observar a través de la ventanilla como es la ciudad, ésta no nos deja indiferente. Mucha basura, pobreza, suciedad, desorganización, perros abandonados corriendo de un lado a otro y por qué no decirlo, gente muy variopinta. 


Tras un trayecto de 20 minutos nos deja en la estación de Soyuz. Al llegar, comprobamos que había una cola de por lo menos 200 personas, todos ellos locales y nosotros los únicos blanquitos (como ellos más adelante nos enteraríamos que nos llaman) haciendo cola sin saber dónde, ni como acabaríamos. Nuestra intención era llegar a Paracas antes de comer pero dada la situación, lo dudábamos. El taxista comprueba y confirma muy amablemente antes de irse que estábamos en la cola adecuada así que le pagamos lo acordado, nos despedimos de él y nos quedamos allí plantados. Tendríamos unos 45 minutos aproximadamente de espera hasta alcanzar la taquilla.

Para reconfirmar que estábamos en el lugar adecuado le pregunto a una chica que estaba delante de nosotros que portaba un lindo perrito en su bolso, si había autobús con destino Paracas y si se cogía ahí. Ella muy amable a la par que asombrada nos advierte que no hay parada en Paracas y que tenemos que bajarnos en el cruce de Pisco. Por nosotros perfecto, pensamos, luego cogeríamos un taxi desde allí, pero a la chica no le gustó la idea. Nos miró detenidamente y nos pidió por favor que no descuidáramos nuestras cosas porque había muchos robos por esa zona, pero lo más importante de todo es que tuviéramos mucho, muchísimo cuidado en el cruce de Pisco, nos dijo. -Por qué? Preguntamos. Pisco, nos dice, es la ciudad más peligrosa de Perú. Nos advierte que no debemos fiarnos de nada ni de nadie. Igualmente nos aconseja que no hablemos con nadie, que desconfiemos de todo el mundo y que tengamos especial cuidado con los taxistas ya que muchos son clandestinos y no buscan nada bueno. Nos da un último consejo que aplicaríamos durante todo el viaje: Mirar y volver a mirar bien a vuestro alrededor, observarlo todo y a todo el mundo y fiaros única y exclusivamente de vuestro propio instinto. Por Dios!! los huevos de corbata nos puso en un segundo!!!... Se guardó a su perrito en la bolsa y nosotros nos quedamos petrificados en el sitio, sin comentar nada ni entre nosotros, las miradas lo decían todo.

Por fin llegamos a la taquilla y compramos los billetes (amarrados en todo momento a nuestras pertenencias como ya nos había advertido). 45 soles por cabeza nos cobran en un billete de ida. Madre mía! pero si dos días antes desde Madrid habíamos visto en su web que constaban 25 Soles. Resultó que era feriado largo (puente y festivo) y habían subido los precios. Intentamos comprar el asiento Executive por 5 soles más pero ya no quedaban. Menos mal que no quedaban libres porque luego descubriríamos que ese autobús tendría de todo menos asientos Executive. Esperamos una hora a que saliera el autobús y mientras tanto compramos un par de botellas de agua mientras comentábamos la situación.

Por fin anuncian nuestro autobús. Para nuestro asombro al subir, vemos que estaba un poco cochambroso e iba hasta los topes. Tomamos asiento donde nos asignaron y en los que apenas cabíamos. Suben a vender de forma ambulante bebida y comida para hacer más placentero el viaje pero hacía un calor terrible y la ventana estaba rota y no se podía abrir. No corría el aire y nos esperaban casi 5 horas de camino hasta el terrorífico cruce de Pisco. El trayecto normalmente se hace en 2 horas y media, si acaso 3, pero había un tráfico horrible ese día. El recorrido se haría por la principal y única carretera de un sólo sentido llamada carretera Panamericana.


Por fin arranca y comienza nuestra primera toma de contacto con Perú. A través de la ventanilla el paisaje se hace muy feo, vemos demasiada pobreza, suciedad, muchos perros abandonados y cientos de casas a medio construir en mitad del desierto y de la nada. Descubriríamos en los primeros dos minutos lo que nos esperaba en los siguientes 12 días de viaje.. la temible conducción peruana!. Allí no conocen los cinturones de seguridad, ni los pasos de cebra, ni el control de velocidad, su regla fundamental es: Los adelantos se realizarán siempre y cuando venga un coche de frente...y a mayor tamaño y mayor velocidad, mucho mejor. En fin tras esto sólo nos quedaba rezar.


Tras varias paradas en muchos pueblos y en los famosos paraderos llegaríamos muertos de sed y calor al fatal cruce de Pisco. Ya llevábamos más de 20 horas de viaje desde que dejamos Madrid y emprendimos esta locura de viaje.

Cuando llegamos a Pisco tuvimos que preguntar a una chica que se sentaba delante de nosotros si nos bajábamos allí ya que no indicaban nada. Como tenía cara de buena niña la preguntamos si ella se bajaba también. Con cara de susto respondió:- vosotros sí, yo no!!!.... uff tras esa respuesta, la suerte estaba echada.

Nada más bajar del autobús nos arrollan dos tipos  y nos preguntan si vamos a Paracas. Cuando yo digo no lo sé con la voz entrecortada, mi marido ya había hasta regateado con ellos y nos llevaría uno de ellos hasta Paracas por 25 soles en lo que se suponía era un coche y además un taxi. Resultó ser un carro (como ellos llaman a los coches) tuneado y maquinero, y un poco de todo, pero de la palabra taxi no había ni rastro.

Nos subimos al carro y yo que estoy muy bien enseñada y tengo la idea de que mi vida vale mucho y tras haber visto como conducen, lo primero que hago es tirarme como loca a ponerme el cinturón de seguridad. Cuál es mi sorpresa que tras varios intentos y ver que no tenía ni cuerda me dice el taxista que no pasa nada y que el cinturón está sobrevalorado. Por Dios supliqué mil veces al cielo, sólo quiero que lleguemos a lugar seguro y sobretodo vivos.

El taxista arranca y lo primero que hace es acercarse a una gasolinera a echar gasolina... Al principio estaba algo inquieta con tanta advertencia y consejos. Pero tras llenar el depósito, arrancar e ir de camino a Paracas, el taxista muy curioso nos pregunta que de dónde somos, si vamos a Paracas a ver Isla Ballestas, que cuanto tiempo íbamos a pasar en su país.. En fin, típicas preguntas a turistas. De pronto veo un cartel que pone destino Paracas  y en ese momento gira en esa dirección por lo que me empiezo a relajar cuando de pronto el taxista nos suelta de buenas a primeras: Chicos tengo que advertiros que tengáis mucho cuidado, que no os fiéis de nada ni de nadie, que tengáis especial cuidado con los taxistas a los que paréis o se paren delante de vosotros sin buscarles, podrían llevaros, nos dice, a cualquier lado para robarnos, secuestrarnos, violarnos y hacernos cualquier cosa que se les ocurra incluso a plena luz del día. Ahora que iba relajada por fin y me empiezan otra vez a temblar partes desconocidas de mí. Ya no tengo ni saliva que tragar... Nos comenta que la policía es corrupta, que los taxis a veces llevan compinches o que paran en cualquier sitio a recoger a un segundo o un tercero para robarte.... A todo esto y durante la charla nos cruzamos con un poli y nos dice que no nos fiemos de él ni de ningún otro que ande por Pisco o Paracas... eso sí, muy amable nos da el mismo consejo que la chica de la fila de Soyuz: Desconfiar de todo el mundo y guiaros sólo de vuestro instinto. Y si lo tengo atrofiado qué?? Por Dios! Que nos diga alguien cosas bonitas ya!!!!!!!!

Tras 20 minutos de trayecto y de tintinearme los dientes, nos deja en el hotel San Agustín de Paracas. Nos bajamos del coche y sólo puedo pensar... O le hemos caído genial u hoy no tiene ganas de guerra porque vamos menuda información nos ha facilitado....


Nos despedimos muy agradecimos por no habernos hecho nada, le pagamos lo acordado y le pregunto si él nos llevaría de tour al día siguiente por Paracas, a lo que responde con un rotundo No. Jolín el tío… Bueno... Igual mañana si hubiera tenido ganas de guerra así que mejor lo dejamos ahí.

Hacemos el check in y subimos a nuestra habitación. Ésta tiene una terracita con unas vistas al Océano Pacífico increíbles. Dejamos las cosas y corre que te corre nos vamos a ver si comemos algo. Eran ya las 13.30h.

Paracas, es el lugar más turístico para la gente del Perú. Estaba repleto de personas, de tiendas, de sitios para comer y agencias con las que contratar tours a las Islas.


Paracas por desgracia quedó destruida hace 4 años por un terremoto que se originó en el Pacífico y que arrasó la ciudad entera. Se localiza sobre una de las fallas más activas de la Tierra, en concreto La de Nazca. En ese momento se encontraban aún reconstruyendo y levantando nuevos edificios aunque como ellos mismos nos comentaron, las placas están en pleno auge y probablemente vuelva a destruirse dentro de poco.

Nos sentamos en una terraza a comer después de tantas horas y nos pedimos ceviche, arroz con marisco y probamos la que sería nuestra primera cerveza peruana: La Cuzqueña. Que rica y que fresquita estaba pero lo mejor de todo es que eran botellas de 620 ml por tan sólo 3 soles... Madre mía no sabíamos que durante toda nuestra estancia en Perú daríamos buena cuenta de esa cerveza tan rica.

Terminamos de comer y al pedirle a la camarera postre y café nos mira indignada comentando al mismo tiempo que no hay. Nuestra cara de póker era para verla y obviamente la preguntamos que por qué no había. Su explicación fue la siguiente: resulta que como está Paracas hasta arriba por el ya comentado feriado largo pues no sirven ni café ni postre, que si vamos otro día que sí nos lo sirven... Nosotros alucinábamos!!!. Bueno pues en ese caso nos traes la cuenta, y cabizbajos pagamos y nos fuimos.

Agotados, nos vamos a dar una vuelta por el pueblo para contratar el tour del día siguiente a Isla Ballestas y a La Reserva de Paracas, además de saber cómo iríamos desde allí hasta Ica, pues saldría por la noche un autobús que ya habíamos reservado desde Madrid con destino Arequipa.


Tras varios regateos y todas las agencias encima de nosotros, acordamos por 42 soles excursión a Isla Ballestas a las 8.30 am con la compañía Xplorer (agencia recomendada en Lonely Planet). (Los precios estaban por las nubes). Después de eso, preguntamos cómo podríamos ir a Visitar la Reserva y después llegar hasta Ica. Nos informan que si queríamos hacer eso, debíamos volver al temible cruce de Pisco y coger otra vez el autobús de La compañía Soyuz para ir de nuevo por la Carretera Panamericana.


Obviamente nos negamos en rotundo, así que buscamos otra forma de desplazarnos. En ese momento se acerca un “taxista” que se hacía llamar César, que se ofrece a hacer todo eso con nosotros por 120 soles. A mí me da buena espina pero a mi marido no demasiada, y en ese preciso instante, Juan Carlos, un peruano pícaro y con mucha geta nos ofrece lo mismo pero asegurándonos que él es un taxi oficial y que nuestra seguridad es muy importante, por lo  que promete dejarnos en Ica en el mismo estado en el que estábamos en ese momento, es decir vivos.

Mi marido se fía más porque dice trabajar para la agencia Overland  así que acordamos los 120 soles con él por recogernos en la plaza de Paracas a las 11 am, llevarnos a la reserva, visitarla, llevarnos a comer, después a visitar la Huacachina y por último dejarnos en la estación de autobuses de Ica. Le dejamos 20 soles en concepto de reserva y nos vamos al hotel a descansar. Ya eran algo más de las 18.30 h. Yo me voy con la mosca detrás de la oreja porque no me ha terminado de dar buen rollo el taxista pero como a mi marido sí, lo dejamos estar.


Subimos a la habitación con el firme propósito de dormir un par de horas y salir después a dar una vuelta y cenar.... Nunca más supimos nada hasta el día siguiente que nos despertamos a las 6 de la mañana. Nos quedamos dormidos con la ropa y las zapatillas puestas jeje. El jet lag había hecho de las suyas.

No pudimos dar las buenas noches….

Dia 2. Paracas-Isla Ballestas-Reserva Natural- Huacachina-Ica- Autobús Oltursa.
29 de Marzo de 2013


Nos despertamos a las 6.00 am y bajamos a desayunar. Un buffet  libre que incluía hasta sushi. Como este tipo de comida a nosotros no nos va, desayunamos pan con mantequilla y huevos revueltos y nos fuimos a las 8.00 am a la puerta de la agencia como nos habían dicho el día anterior para llegar hasta al muelle y coger el barco que nos llevaría a las Islas. Mientras esperábamos, conocimos a una pareja muy simpática de Lima que nos comentaron que habían dormido en el coche por falta de hotel. Si es que estaba Paracas a reventar y esto era muy común cada año por estas fechas.


Su curiosidad les llevó a preguntarnos de dónde éramos y como habíamos llegado hasta allí. No daban crédito cuando les contamos que cogimos un vuelo de 9 horas de Madrid a Lima, en Lima cogimos un taxi que a su vez nos llevó a la parada de autobuses, donde cogimos uno con destino el cruce de Pisco y por último un taxi hasta Paracas. Ahora eran ellos los que estaban blanquitos al oírnos contar el palizón que nos dimos, porque nos dijeron que todo eso había sido peligroso y más en turistas, que como se nos había ocurrido… Jolín que susto nos dieron! Menuda regañina. Pues igual estábamos muy locos pero a nosotros todo nos había parecido “normal”.

Charlamos con ellos y al igual que las anteriores personas con las que habíamos tenido contacto nos avisan que tuviéramos mucho cuidado y que desconfiáramos de todo el mundo (ya nos había quedado clarísimo). Nos dijeron que hay mirones en todas partes y que tras observarte durante un rato, te persiguen para robarte....-Madre mía, esto era un suplicio!. 1 hora de espera y de conversaciones y por fin nos subimos en el barco y arrancó rumbo al famoso candelabro. El barco volvió a arrancar y tras 30 minutos por el Pacifico llegamos a Isla Ballestas. Lugar increíble repleto de leones marinos, pingüinos, pelícanos, cormoranes... Todo un espectáculo.





Tras una hora de visita nos trajeron de vuelta a la playa.

Nos íbamos a despedir de nuestros amigos limeños cuando de pronto nos dimos  cuenta de que no habíamos pagado el tour.  Nuestros amigos nos dijeron que cualquiera en su país no pagaría pero como nosotros somos muy españoles, muy honrados, pero sobretodo y más importante es que no queríamos una persecución por todo el país ni a la autoridad en el aeropuerto tipo control de aduanas por 70 míseros soles decidimos pagarlo. Así que mi marido se fue a pagarlos y el dueño de la agencia  muy agradecido a la par que asombradísimo, le comentó que cualquier otro se habría ido sin pagar. Bueno sólo esperábamos que esta buena acción nos diera suerte en los próximos días.

Nos despedimos de la pareja y aprendimos que en Perú sólo dan un beso, jejeje, menudo careto de pez se me puso la primera vez cuando me quedé con todo el morro al aire para dar el segundo beso. Regresamos al hotel a por nuestras mochilas porque Juan Carlos nos estaba supuestamente esperando en la plaza a las 11.00h. tal y como habíamos acordado el día anterior, y se nos había hecho algo tarde.

Al llegar a la plaza, ahí estaba. Respiramos al verle y al acercarnos nos dice que le ha surgido un problema en su coche y que nos va a llevar otro tipo. Nos presenta a nuestro nuevo y supuesto taxista. Dice ser un taxista oficial y sobretodo profesional. Varón, de nacionalidad Peruana, 1,40 de altura (quizás menos, tez morena y con una camisa que ponía algo de taxi. Nos enseña muy sonriente una plaquita de plástico que llevaba colgada al cuello donde ponía su nombre).

En un primer momento, al pobre le miramos con cara de asco, pero aceptamos a subirnos con él, no teníamos más alternativa. Cruzamos la calle porque tenía el taxi aparcado enfrente y un policía se le acerca y le comenta algo: lo que mi marido escucha: -cuida bien de estos turistas… lo que yo escucho: -cuadra bien el carro (traducido aparca bien el coche) lo que el taxista nos traduce, ha dicho que aianajanaananzns. En fin que ahí que nos subimos, cada uno que se quede con lo que quiera. Ya no teníamos elección.

Gran sorpresa al observar que éste se trataba de un carro sacado de la casa de pin y pon todo tuneado y en su interior decorado con grandes pegatinas de Piolín.


Arranca y a los 20 metros para de golpe, da un frenazo en seco. Por la ventanilla del coche aparece Juan Carlos para decirnos que si estábamos bien, que este hombre nos iba a cuidar y que nos veríamos en Ica... Ein ¿.. en Ica?? Pero que dice éste?? Si es que mienten más que hablan. El nuevo taxista le da unas monedas a Juan Carlos y éste a su vez los 20 soles que le dimos el día anterior.... estaban haciendo sus trapis…

El hombre que se hacía llamar José y en un primer momento parco en palabras arranca ese mini coche, pone la música a todo trapo  y empieza a sonar la canción de devórame otra vez en sus 102 versiones. Pero eso no fue lo mejor ya que cada vez que daba marcha atrás sonaba a toda pastilla la Lambada.... ¿Estábamos seguros en ese taxi.? Resulto que sí ya que poco a poco fuimos conociendo al que sería un personaje que se ha quedado en un rincón de nuestro corazoncito al que llamamos y recordamos con mucho cariño, Joselito.
  
Nada más llegar a la entrada de la reserva nos detuvimos creyendo que era porque había una fila de coches bastante larga para entrar pero resultó ser que había mucha policía y personal trabajando en la reserva para llevar un control de quien entraba y salía. Anotaban el número de matrícula y hasta a Joselito un poli le pidió la documentación del coche y licencia. Esto nos dejó ya más tranquilos. Ante mi asombro Joselito a pesar de llevar una pegatina junto a un Piolín y la de un jugador de fútbol de la algún equipo de la liga de Perú (que fijo le había tocado en el sobre de un phoskito) llevaba pegada otra pegatina con la última revisión del coche. Ésta databa del 2011. Aun así, el poli le consideró apto y cruzamos la barrera de la reserva. Aún me pregunto cómo…



Joselito nos llevó por toda la Reserva de Paracas y lo pasamos genial. Visitamos la catedral destruida tras un terremoto hace 4 años, una playa de arena roja, vimos muchísimos pelícanos en la playa... Fue precioso. Tras esto, nos fuimos los tres a comer dentro de la Reserva a una terracita, donde José nos cuidaba como si fuéramos sus hijos. Estaba todo el rato súper pendiente de nosotros. Nos buscó la mejor mesa, nos protegía para que no nos diera el sol, pregunté por el baño y él mismo fue a buscarlo primero para luego informarme bien… Resumiendo: un cielo de hombre. 


Para comer nos pedimos unos chicharrones, dos cervezas cuzqueñas Red Larger de malta para nosotros Y una Inka cola para Joselito porque tenía que conducir le advertí, aun así, este último hasta que no consiguió que le diéramos un vaso de cerveza, con la excusa de probarla, jajajajajaja, como si yo digo que si me dan un poco para probar la Mahou!! reventaba jejeje. A cambio mi marido le pidió un poco de inka cola y por fin probamos ese líquido amarillento con sabor a chicle boomer de fresa. (Su sabor para  nuestro gusto, bastante malo).


Durante la comida, hablamos de futbol, nos contó muchas anécdotas, le contamos cosas sobre España, hablamos de su familia, de su hijo, de su enamorada.... Nos contó  que estos días de atrás había habido muchos terremotos y movimientos pero por suerte habían parado hacía un par de días. Él vive en Pisco y también nos comentó la peligrosidad de la ciudad.


Después de la rica comida (con muchos pelos por cierto) esto se vendrá repitiendo durante todo el viaje (aviso, la gastronomía peruana a buen precio no es apto para exquisitos ni escrupulosos). Joselito nos llevó a visitar con su ya característica y temeraria conducción el museo dentro de la Reserva. Hacia muchísimo calor y la arena del desierto se nos metía hasta entre los dientes así que decidimos irnos para que nos diera tiempo a visitar la famosa duna de la Huacachina, donde hay un oasis y se puede montar en boggies por el desierto.

Teníamos 1 hora de viaje desde Paracas a Ica, y por lo visto Joselito tenía más prisa que nosotros ya que por la carretera de un sólo sentido adelantaba con su peazo todoterreno a todo aquel que osaba circular por su misma vía, pero qué digo y por la contraria!. Una de las veces a ritmo de la décimo quinta lambada versionada  tuvo que salirse de la carretera para que no chocáramos con el camión que teníamos enfrente o con la furgoneta que venía en sentido contrario, todo esto al mismo tiempo. Mi marido y yo ya nos habíamos despedido en ese momento.. Pero una vez más y por suerte no vimos la luz al final de túnel, solo el arcén y el coche con nosotros dentro atravesado en mitad de la vía.  

Una vez que recogimos el estómago y el corazón de la garganta y lo colocamos en la parte del cuerpo correspondiente, continuamos como si fuera la última vez que Joselito iba a conducir su coche y seguimos dirección Ica. Una media hora después llegamos, pero resultó que todo Perú había decidido hacer el mismo plan que nosotros. Había una fila de coches peor que la carretera de Valencia en el puente de San Isidro. Pero Joselito en ningún momento se dio por vencido. Su tenacidad con todo lo pequeñajo que era le llevó a avanzar por el carril contrario, porque los atascos con el no van, así que mientras circulaban coches en la otra dirección éste iba serpenteando entre los que teníamos delante y los que venían de frente. Es incontable el número de coches que pudo adelantar en sólo 10 minutos. Él llegó el primero saltándote todas las normas y ética de circulación. Pero con mal final, ya que al llegar no había sitio para aparcar como era lógico. Nos ofreció bajarnos para visitar las dunas mientras él en sentido contrario se iba a buscar sitio. No nos pareció buena idea por lo que decidimos irnos con él por no dejarle solo. En ese instante se acercó el único Peruano que existe en toda Sudamérica que medía 4m de alto por 20 de ancho y el cual  por la ventanilla del mini coche se asomó y con toda su mala ostia pregunto a José que qué pretendía hacer. La conversación fue la siguiente.


El monstruo enorme le preguntó a Joselito: Dónde pretende ir? Llevo turistas a que visiten la Huacachina, a lo que el gigante sin mediar palabra pero leímos a través de su mente pensó: pedazo de gilipollas, tanto tu como las otras 1000 personas que están haciendo cola en sus coches, pero tan sólo se limitó a contestar, lárgate de aquí ahora mismo, acompañado de un golpazo enorme en el techo de su coche. Con la fuerza de ese hombre de un soplido hubiera volado el carro con nosotros tres dentro pero Joselito que está ya de vuelta de todo, optó por la vía fácil: echar marcha atrás con lo que eso conllevaba: empezó a sonar la Lambada a todo trapo!!!

Parecía una vacilada por lo que mi marido y yo una vez más apretamos fuerte nuestras manos y con la mirada nos dijimos adiós para siempre. Pero por suerte arranco rápido y le dejamos atrás. Le dimos las gracias por haberlo intentado todo y decidimos salir de allí e irnos a un supermercado a comprar víveres para las 12 horas que nos esperaban por delante en un autobús de noche con dirección Arequipa.



José nos llevó a un súper donde compramos patatas, galletas y empanada de pollo y salchichas, crema solar (estábamos quemadísimos del sol) y agua. Invitamos a Joselito a comprarse lo que quisiera pero el decidió comer únicamente una bolsa de nubes de gominola...nos salió barato y además nos hizo mucha gracia, era como un niño chico.

Se desvivía continuamente porque estuviéramos bien y saliera todo perfecto. Se portó de 10 con nosotros.

Una vez cargaditos para tan largo viaje cogimos de nuevo el coche pero ya con destino a la estación y como andábamos perdidos, Joselito preguntó, sin ninguno de los tres tener idea de dónde estábamos, a una pareja que andaba por la calle por la dirección exacta de la estación de autobuses. Estos no supieron dónde estaba y dijeron que a unas cuantas cuadras… Torcimos y preguntamos a otro tipo por el lugar y nos dijo que estábamos sólo a 5 calles. Traducido: 1 cuadra es una Calle, 1 calle es un edificio en línea recta. Total que de chiripa estábamos al lado.

Con mucha pena José nos dejó en la puerta de la estación. Hasta las 20.30 h no salía nuestro autobús y eran solo las 18.30h. No nos importó, estábamos muy cansados y queríamos quedarnos ya en lugar firme y seguro.

Llegó la hora de despedirnos de José así que tras un día tan intenso decidimos pagarle lo acordado y le dimos una buena propina (se la había súper ganado). Se puso muy contento y nos dijo antes de irse que si volvíamos a Perú que por favor fuéramos a buscarle que estaría encantado de volver a vernos. Lo cierto es que sin duda volveríamos a verle.

Las estaciones de autobuses no se asemejan ni una pelín a la estación de autobús de cualquier país al menos europeo. Sólo había 10 sillas y un vigilante con chaleco antibalas.

Mi marido y yo buscamos por toda la estación por si había dos más ya que si él lo llevaba sería por algo... Pero no hubo suerte.
Tras la espera por fin asoma el autobús así que nos subimos a él. Habíamos reservado la planta de arriba y los dos primeros asientos delanteros. Qué bien hicimos y que a gusto viajaríamos tantas horas.

Los sillones se hacían cama y te dejaban una mantita y una almohada al subir. Como no teníamos a nadie por delante que diera las típicas pataditas no nos molestaría en toda la noche. Fue un lujo. Cuando al autobús arrancó nuestro terramozo nos sirvió agua y lo que se suponía era nuestra cena: Arroz con verduras pasadas y recalentadas y una cosa amarilla que se hacía llamar patata frita. Ufff menos mal que habíamos comprado cosas ricas en el súper.

Cenamos y nos quedamos dormidos enseguida, estábamos requemados y agotados y aunque reconozco que durante el camino abría el ojillo para mirar la carretera y saber si era ese nuestro final mi opción final fue cerrar los ojos y dejarlo a la suerte del que creímos era un único conductor (más tarde deduciríamos que debían ser dos ya que no dejó de conducir en 11 horas seguidas, aunque nunca lo supimos ni vimos al 2º).

A las 7.30 nuestro ya querido y simpático terramozo nos sirvió el desayuno. Por el camino los paisajes eran muy feos y todo estaba muy sucio, lleno de basura y muy descuidado.

Día 3. Arequipa.
30 de Marzo de 2013

10 minutos antes de llegar a Arequipa nuestro terramozo anunció el fin del trayecto no sin antes deleitarnos con el slogan de la compañía Oltursa que nos dedicó en formato canción que a mi marido y a mí nos produjo una risa tremenda de las que llegas a llorar, que personaje tan genial!!! El autobús por fin llegó al Terrapuerto y ya sólo nos quedaba recoger las mochilas, pero antes de esto le preguntamos al conductor del bus donde y cuanto pagar por un taxi hasta la plaza de armas de Arequipa. 5 soles nos dijo y en la puerta los hay oficiales. Después de eso miramos atrás para hacernos la foto con nuestro autobús y cual fue nuestra sorpresa al ver a nuestro terramozo agotado y acalorado, resoplando y haciendo quejiditos y aspavientos por tan insoportable calor  mientras acariciaba sus pómulos con las manos a la inversa, jajajaj una vez más nos partimos de risa.

15 minutos después recogimos las mochilas y fuimos a buscar un taxi, que una vez más el conductor del bus nos advirtió de los peligros, la clase de gente que rondaba por allí y nos dijo que tuviéramos cuidado con nuestras pertenencias. Aunque nosotros como siempre lo único que nos preocupaba era mantener a salvo el pasaporte. El Resto… daba igual.

Al salir de allí y en la misma puerta había taxis. ¿Cuanto por llevarnos a la plaza de armas? 8 soles, siiiiii hoooombre si nos han dicho que no paguemos más de 4 o 5 así que nos mandó a la mierda y paramos a otro con el que al final negociamos por 6 soles que nos dejaría en la puerta de nuestro B&B (Los Andes) Era muy temprano cuando llegamos, hicimos el check in y nos habían dado una minúscula habitación con dos camas separadas junto a la puerta de entrada y a la recepción. Habría mucho ruido pero estábamos tan agotados que seguro dormiríamos por la noche.



El dolor de cabeza por la altura empezó a notarse un poco y nos cansábamos solo con mirarnos a la cara. La sensación era bastante curiosa y un poco molesta, sentías que flotabas un poco, así que como nos ofrecieron desayunar fuimos corriendo a probar el que sería nuestro primer mate de coca! Yupí teníamos tantas ganas. Nos tomamos dos cada uno y nos quedamos un buen rato en la terraza del patio exterior del hotel tomando coca, comentando las jugadas de Joselito y del terramozo. Fue un momento indescriptible, éramos absolutamente felices.


Tras los mates de coca y el ratito de descanso, volvimos a la habitación, nos duchamos, cambiamos de ropa y salimos a conocer la Ciudad blanca (así es conocida Arequipa). Hermosa ciudad rodeada de  volcanes que se ven desde la plaza de armas. Nada más salir del B&B nos dirigimos directamente a ésta y yo obsesionada por comprar caramelos de coca para los próximos días de viaje, entramos en una tiendecita y compramos dos bolsas de distintos caramelos de coca y una llama a modo de pin para nuestra colección refrigerada.

No anduvimos ni 20 pasos cuando ya empezamos a notar un poco el cansancio debido a la altura, íbamos como en una nube, y aunque recomiendan comer poco y eso con mi marido y conmigo no va, optamos por meternos en una pastelería a desayunarnos un desayuno criollo con dos cafés con leche. Previo a esto, intentamos visitar la catedral, pero era obligatorio llevar un guía por 10 soles y nos daba un poco de pereza.



 Igualmente nos ofrecieron por la calle un tour para ver la ciudad. Pero tampoco quisimos.  A lo que iba, madre mía que manjar, desayunamos en el portalito interior que tenía la cafetería donde había una mujer tejiendo, era una visión bien hermosa. Nos comimos el ya comentado criollo consistente en: Una barra de pan, carne asada, choclo y ensalada, y solo eran las 10 de la mañana jejejejeje.

Nos llamó mucho la atención que en todo Arequipa, y luego más adelante en Puno, Cuzco, etc, en todos sus lugares públicos había zonas marcadas con un cartel que anunciaban zona segura de sismo. Yo siempre andaba cerca de ellas jejeje.


Tras un largo rato, salimos de nuevo por la ciudad para conocerla y ya desde primera hora cotilleando restaurantes para saber dónde podríamos comer algún menú típico de cocina peruana. Anduvimos toda la mañana, a ritmo de tortuga, aprovechamos para cambiar dinero, ya que andábamos un poco pelados. Nos ofrecieron un muy buen cambio. A 3,25 en la calle Mercaderes.

En nuestra visita a la ciudad entramos en varias tiendecitas donde vendían ropa y como no, ahí estaba yo la primera. Terminé adquiriendo un poncho de alpaca (que mi marido me explicó que el animalito no muere para que yo me ponga ese tan suave y bonito jersey, así que tras un regateo de 5 minutos con las dueñas de la tienda adquirí mi nueva prenda por 20 soles, un buen negocio, y un jersey suave y precioso).


Ya contenta y feliz todo el camino por estas primeras compras, seguimos caminando por la plaza y las callejuelas, haciendo fotos y buscando algún sitio donde comer. Curiosamente se nos acercó un niño que vendía láminas preciosas en óleo y que las vendía de forma ambulante. Me atrajeron mucho las pinturas así que negociamos con él ver más y compramos una preciosa lámina por 15 soles, que hoy día luce hermosa en la pared del salón de nuestra casa, la compramos en la calle más bonita de todo Arequipa donde finalmente comeríamos y conoceríamos a dos personas que más adelante coincidiríamos con ellos durante dos días.

Tras eso leímos un estupendo y apetecible menú. Por 15 soles podríamos comer ají de gallina, rocoto de carne, patata a la huancaína y crema de verduras incluyendo bebida.

Mi marido se lo comió todo como si esa fuera la última de sus comidas, quizás estaba pensando que no soportaría el mal de altura y que le quedaban horas de vida… qué barbaridad! No rechupó el mantel de milagro. Después de comer tan deliciosos manjares vimos que tenían Hora feliz en Pisco Sour. Yupiiiiiiiii, segundo consejo que nos habían dado: no beber alcohol en Perú, ya que la altura puede afectar con mayor seguridad.

Pero si a dos españoles sedientos de probarlo todo le ponen esa oferta pues no podemos rechazarla así que me ponga por favor 2 Pisco Sour por 1!!!! Que riiiiiiiiiicos, sus ingredientes son: Azúcar, zumo de limón, clara de huevo, canela y pisco.

Ahora era yo la que arrechupaba la pajita… como mi marido no se encontraba muy bien, le dolía la cabeza decidimos volver al B&B a descansar un rato. Lo cierto es que entre el calor, los rayos perpendiculares que caen desde ese cielo en Arequipa (es una de las ciudades con la más fuerte radiación solar) y el tute que ya llevábamos era algo normal estar así. Estuvimos en la habitación descansando otro rato y sobre las 18.30 oímos una procesión en la plaza, nos asomamos por la ventana y nos debatimos si bajar un rato a verlo, pero estábamos tan cansados que vimos el espectáculo desde la ventana. Al cabo de un rato nos entró hambre y además como no nos quedaban aspirinas decidimos ir a una farmacia (Inka farmacia) a comprar unas pirulas y llenar un poco el buche.

Llegamos a la Inka farmacia y compramos aspirinas. No sé si sería ilegal o que pero tras previo pago del medicamento, 2soles nos cobraron, nos entregaron una única tableta de 10 aspirinas sin caja ni instrucciones. Lo mismo estaban hasta caducadas pero las ingerimos igualmente, que raro es todo aquí…

Tras eso dimos un paseo por la P laza de Armas de noche que estaba preciosa iluminada y con mucho ambiente. Cenamos algo ligero en la misma plaza y regresamos a la habitación. Tras la cena nos quedamos dormidos. A pesar de que en la recepción había mucho jaleo y la habitación como daba a la calle era un sin parar de coches, pitos y motos yo dormí cual bebe.
Buenas noches Perú.

Día 4 Cañon del Colca.
31 de Marzo de 2013 



A las 6.00am como ya es más que de día y entra mucha luz, desperté a mi marido ya que tenía unas ganas locas de ponerme otra vez en acción. Además a las 7.30 vendrían a recogernos en un autobús para empezar el recorrido por el Cañón del Colca, y me hacía una ilusión increíble!. Por primera vez en 4 días estaríamos un poquito más a salvo e iríamos a ver unos paisajes de ensueño!

Tras una mini regañina porque mi marido no había dormido bien y le desperté a posta fuimos a desayunar. Era tan temprano así que aún no habían puesto ni café aun así nos sentamos en la terracita a esperar. Teníamos ya las mochilas preparadas y el hotel pagado así que no teníamos ninguna prisa.

Por fin pusieron el desayuno. Consistió en un café asqueroso y un trozo de pan con mermelada. Y como no, desayunamos una aspirina porque en unas horas alcanzaríamos los 4910 metros de altura. Todo un desafío extremo. Apenas comimos y volvimos a la habitación a recoger las cosas, en seguida apareció el bus que nos llevaría durante dos días de excursión por Chivay , Yankee y el Colca.
  
Bajamos corriendo y muy ilusionados. Éramos los primeros. Afortunados porque nos sentamos en los primeros asientos y haríamos como siempre la pelota a nuestra guía pero desafortunados porque tardaríamos 1 hora en ir a recoger al resto de gente. Una vez colocados en la mejor posición del bus apareció la pareja de escoceses que conocimos el día anterior haciendo una foto donde comimos. Nos preguntaron cuál era el mejor sitio del bus y mi marido les aconsejo que la primera fila del lado izquierdo. Allí se quedaron, justo a nuestro lado. Una vez recogimos a todos e hicimos una última parada antes de emprender el viaje para comprar agua y hacer nuestras necesidades.

De camino, saliendo de Arequipa.

Al rato, nuestra guía se presentó. Se llamaba Gaudí y el conductor se llamaba el Sr. Javier, de profesión: mascador oficial de coca.


Gaudí y Sr. Javier nos acompañarían durante los próximos dos días.


De camino al Colca y pegados a la ventanilla para no perder detalle de nada, vimos el desierto de Atacama mientras la guía nos iba explicando curiosidades sobre los volcanes, los camélidos que íbamos a ver en la reserva, sobre el cóndor y varias cositas más, entre la que por supuesto destacó entre cualquier otro millón de cosas: 


La Coca!!!!!. Por fin íbamos a probarla. Gaudí explico cómo se hacía. Coges entre 6 y 7 hojas, en el interior de estas introduces una sustancia alcalino, las doblas varias veces hasta hacerlas peques y las introduces en una de las dos partes donde tenemos los molares. No se puede pasar de un lado a otro como si de un chicle se tratara, y al no estar acostumbrados solo habríamos de mantenerla y masticarla en la boca de 5 a 6 minutos. Los beneficios serían mantenerse despiertos y una sensación como nuestra compañera escocesa sintió luego que se traduce a estar: happy, very happy jeje je. Tras un minuto en la boca, las hojas quizás por los nervios comenzaron a deshacerse en mi boca lo que me llevó a segregar exceso de saliva y me invadió un sabor bastante peculiar y desconocido que me produjo arcadas. Sólo pude mantenerla dos minutos en la boca. Mi marido aguantó los 5 y sentimos como los labios y la boca en general se habían dormido.

El resultado final sería similar a cuando vas al dentista y te pone anestesia. Al final, optamos por comer caramelos de coca y limón y beber traguitos cortos de agua como aconsejó Gaudí.


Tras esto, hicimos alguna parada para tomar mate de coca que estaba bien rico por 1 sol y empezamos por fin a divisar a los primeros camélidos.


Vicuñas, alpacas, llamas, Dios! son unos animales preciosos, muy suaves y esponjosos pero sobretodo muy curiosos. 


Un niño se acercó a por un bebe alpaca para que le pudiéramos acariciar y hacernos fotos achuchándole, eran adorables.




Tras esto, subimos al autobús y cada vez cogiendo más altura, lo que supuso empezar  a asomar los primeros síntomas del soroche.


Nauseas, dolor de cabeza y un poco de mareo, pero eso no impidió que bajáramos del autobús siendo los más arriesgados a probar la sensación y hacer la foto de rigor a 4910 metros de altura. La sensación es indescriptible!, hay que vivirla. Sólo el hecho de levantarte del asiento y bajar el primer peldaño produce una terrible fatiga, el cansancio es extremo, apenas puedes andar y el corazón late muy muy deprisa. 7


Alcanzamos las 93 pulsaciones por minuto. Sólo aguantamos 4 minutos abajo, notabas al mismo tiempo como si flotaras sobre las piedras, jeje jeje menudo colocón. Menuda sensación y experiencia.

Tras esto y estabilizarnos el autobús comenzó a descender y llegamos a Chivay.


Pagamos la entrada y fuimos a comer por 25 soles a un buffete que no me gustó nada aunque a mi marido por lo visto sí ya que una vez más comió como si después de eso le fueran a ejecutar en la silla eléctrica.


 Le dejé probar la carne de alpaca (total ya estaba muerta y no podía hacer nada por ella) así que mi marido tan rico como siempre me preguntó si me importaba, pero le dije que no, eso sí, yo ni la probé.

Al terminar nos llevaron al hotel que habíamos reservado desde Madrid. El Killawasi Lodge. 


Que preciosidad de hotelito, enclavado en mitad del cañon del colca, con una habitación preciosa, enorme y una terraza con unas vistas espectaculares. Era un momento mágico. Tras atracón de fotos bajamos a tomar un mate de coca. Charlamos con la dueña la cual nos dijo que habíamos cometido el gran error de Bajarnos del bus en los 4910. Eso es lo que produce ese taladro infernal en la cabeza, pero... Como no íbamos a hacerlo? Teníamos que ser más guais que Calleja.


Agotados, con un dolor de cabeza insoportable y sin respiración por la altura, pero siendo conscientes de tener pocas oportunidades en la vida de hacer este tipo de cosas, no pudimos dejar escapar la oportunidad de hacer un trekking por el cañon. En el hotel sólo estábamos alojados la pareja de escoceses, un chico viajando solo, dos perros y Toby de quien hablaré más adelante. El guía del hotel había tenido un problema así que nos ofrecieron hacer la excursión con José, el chico para todo que trabajaba allí mismo. Aceptamos muy gustosamente.  La otra pareja no se encontraba bien y se quedó en el hotel, así que nos fuimos los dos con José a dar una vuelta un par de horas para conocer el entorno. José era un chico majísimo con quien compartimos curiosidades de Perú y España. Él se interesaba mucho por nuestro país y forma de vida al igual que nosotros por la de ellos. Así que fueron muy interesantes las conversaciones. En la excursión vimos colcas, un volcán plagado de fumarolas y unas terrazas llenas de choclo impresionantes.



Tras el trekking tan agradable llegamos de nuevo al pueblo y como no, terminamos metiéndonos en una tienda a comprar dos cervezas. Una cuzqueña y una arequipeña para mi, esta última aún más rica que la primera si cabe. Le ofrecimos a José comprarse lo que quisiera después del paseo y para reponer fuerzas a modo de merienda y escogió una chocolatina y una bebida peruana, de color azul. Allí las bebidas son de todos los colores excepto blancas como el agua u oscuras como la coca cola.


Se salvan por tener las cervezas más fresquitas y ricas del mundo mundial. Tras esto llegamos de nuevo al lodge, nos sentamos en la terraza a tomarnos nuestras cervezas y a contemplar la belleza del paisaje. Estando tranquilos y felices aunque con un dolor de cabeza horrible de repente aparece una imagen bajo nuestra terraza. Era Toby!! una llama guapísima y divertidísima que andaba siempre rondando por allí comiéndose el césped del lodge y jugando con los perros. Era simpatiquísima, pero lo más divertido es que la dueña del hotel nos advirtió que para poder acariciarla debíamos darla la espalda y acercarnos siempre a ella de esta forma. La razón? Jeje le daba miedo el ojo humano, jajajaja. Pero si su ojo era más grande que nuestra cabeza!!!. Aun así, eso hicimos y al acercarte a ella de espaldas ella se acercaba a ti y te empezaba a olisquear el cuello, el jersey, que cosquillitas hacía jeje y entonces podías alargar tu brazo y tocarla el cuello.


Estuvimos jugando con ella mucho tiempo hasta que nos avisaron que si queríamos cenar deberíamos encargar la cena pronto.


Así hicimos, crema de verduras de primero para compartir, espaguetis con pollo y mantequilla para mi marido y para mi pollo a la plancha con guarnición de arroz y patatas. Finalmente lo regamos con una copa de vino tinto argentino. Ummmmmm absolutamente increíble. Cenamos muy agusto con Toby cotilleando toda la cena tras el cristal y después de esto nos subimos a dormir. Habíamos pasado probablemente uno de los mejores días de nuestra vida. Buenas noches y  gracias Perú.

Día 5 Cañon del Colca.
1 de Abril de 2013

Tras dormir como un lirón aunque reconozco que tuve algo de frío excusa para achucharme a mi marido de noche me desperté a las 5.30am. Tocaba duchita calentita, desayuno rico con Toby  y con mi marido también … y teníamos que darnos prisa ya que Gaudi  y el Sr. Javier vendrían a recogernos a las 6.30. Que desayuno más rico, había café, crepe, huevos revueltos, fruta, cereales, pan, mantequilla y mermelada que bueno estaba todo!. Lástima que mi marido esa noche lo pasara fatal. Entre la altura, el cansancio y por qué no decirlo el plato de tallarines con pollo y mantequilla que se cenó la noche anterior, que hago un inciso, no sé si pensaron que Toby, los perros, mi marido, la otra pareja, el chico viajando solo y yo íbamos a compartir su plato o qué pero es que el pobre estuvo comiendo dos horas de la cantidad que le pusieron. Bueno al pasar mala noche sólo desayunó un mate de coca, fruta y un poquito de huevos revueltos que muy gustosamente José nos preparó. Jejeje el día anterior vestido de casual con un chubasquero haciendo trekking y por la mañana con su traje de chef y tan discreto.


Una vez terminamos de desayunar, subimos a recoger todo y en seguida apareció el bus. Fuimos corriendo porque éramos los últimos, pero antes fuimos a despedirnos de José, Toby y la dueña y nos pusimos rumbo a la Cruz del Cóndor. Allí como su nombre indica vuelan cóndores, pájaro símbolo de los incas que creían que era eterno e inmortal. Aunque fuimos a los últimos a los que recogieron habían respetado nuestros asientos yupiii otro día más iríamos de gafas con Gaudí y visionando toda la panorámica desde los primeros asientos.

Tras un par de paradas, visitar una catedral donde tenían a San Isidro Labrador plagado de ofrendas tales como un botella de inka cola, cuzqueñas y croissants llegamos a la cruz.



Tras visitarlo, seguimos de camino y llegamos a la Cruz del Cóndor. Otro lugar lleno de encanto. Era una hermosura, unos paisajes increíbles donde cuentan que allí Ciro un chico y su novia se fueron de excursión y tras al aparecer muerto él hay un camino que lleva su nombre (Perú como nuestros amigos de Lima nos contaron quedo trastornado con esta historia, está claro que no conocen la Pedriza). La chica apareció dos días después y estaba viva. Estuvimos al menos 1 hora y media contemplando aquel lugar, viendo volar a los cóndores y disfrutando como niños. 






Tras esto volvimos al bus y resulto que nos topamos de lleno con lo que es el ya famoso y auténtico soroche o mal de altura.

Por desgracia a nuestra compi escocesa tuvieron que ponerla oxigeno durante todo el camino de vuelta, pobrecita, la verdad es que daba mucha impresión ver esa situación.



Llegamos de nuevo a Chivay donde todo el mundo fue a comer otro bufete pero mi marido y yo preferimos ir por libre a la plaza a comer algo más light. Encontramos una terraza muy cuca donde nos sirvieron la pizza de verduras más rica del mundo y la hamburguesa más apestosa también del mundo. Todo esto regado por dos coca colas zero caducadas desde hacía cinco meses. Tras comentarlo a la camarera del restaurante, una mujer grandota don cara de pocos amigos, nos informó que las traían así. A lo que nos preguntamos. Quien las trae? ¿¿???Conclusión, a los próximos que se sentaran se las iba a encasquetar, jeje.



Comimos relajados, ya que teníamos una horita antes de encontrarnos con Gaudí para que nos diera las maletas y cargarlas en el autobús que nos llevaría a Puno. En una horita de descanso comimos relajados, fuimos a comprar agua y automáticamente a la estación de autobuses Mer el cual nos recogería a las 13.30 y nos llevaría de Chivay a Puno en un viaje de algo más de 6 horas. El autobús apareció puntual, pero la que llegó apurada y tarde fue Gaudí, quería despedirse pero nos tenía que dar una noticia bastante triste. La pobre mujer escocesa había terminado siendo hospitalizada, la pedimos que la diera un beso muy grande de nuestra parte y desearla una pronta recuperación. Seguro que sí ya que dicen que si te pega bien el soroche lo primero que necesitas es estar calmado, y seguro que con todo el ánimo de su marido y de Gaudí lo consiguió.

Aunque la noticia nos dejó mal cuerpo, metimos las maletas en el bus y nos subimos rápido ya que el bus no esperaba a nadie. Nos tocó la segunda fila, no estaba mal. Nos llevaron dos conductores, el principal y uno de reserva, por qué?.. Si el de Arequipa pensamos que llevaba uno por 10 horas de trayecto, este 2 por 6 horas.... Cuantos conductores llevaría uno por trayecto más corto.?. Más adelante lo comprobamos en Ollaytamtambo, por un recorrido de 1 hora iban tres conductores, jeje jeje, el Perú del revés.


En esta ocasión nuestra terramoza la que nos acompañaría durante las próximas horas durante el camino nos iba contando curiosidades pero la verdad es que ni lo recuerdo porque no la presté ni la más mínima atención, el agotamiento era extremo y además volveríamos a pasar por los 4910 metros sobre el nivel del mar, y mis piernas temblaban de nuevo de sólo pensarlo. 


Caramelo de limón y de coca a la boca y tratar de llevarlo lo mejor posible. Prueba superada, esta vez no nos bajamos.

El trayecto se hizo un poquito largo y además de noche.

Pasamos por Juliaca, una de las ciudades más peligrosas de Perú (según nos dijeron).


Llegamos sobre las 20:00h. a Puno, oh dios mío de nuevo vuelta a la civilización con lo que eso conllevaba, coger un taxi de noche! Preguntamos a la terramoza y nos dijo que por 4 soles nos llevaría un taxi a la Plaza de Armas, lugar donde se encontraba nuestro hotel, el Hacienda Plaza de Armas. Nos aconsejó tener cuidado como siempre y que a la salida nos acribillarían e intentarían seguirnos con la excusa de vender un tour por el lago Titicaca y mientras robarte. Joder otra vez, esto es un sin vivir.


Comprobamos de primera mano que nuestra terramoza llevaba toda la razón.

Al bajar del autobús y cruzar la puerta se tiraron en plancha a por nosotros incluso un tipo nos persiguió unos metros, pero como somos más chulos que un ocho nos libramos de él.

Al cruzar la otra puerta para llegar a la calle, un taxi nos ofreció llevarnos. 8 soles dijo, pero que morro tiene este tío... Así que le dijimos que 5 y nos mandó al pedo por supuesto.

Tras este cogimos otro taxi. Éste resultó ser el hombre más raro de todo el Perú. Llevaba la Música a todo trapo, como ya era habitual, conducción temeraria, pitido tras pitido, y mi marido que el pobre intentó darle conversación sobre  las visitas al lago Titicaca, además de no contestarle, resultó ser bastante desagradable ya que le ignoró subiendo aún más la música y se puso a dar palmas como un loco... En fin, que personaje. Llovía y en seguida se llenó todo de agua y rebosaba las aceras.

Tras un buen rato, nos dejó en la puerta del hotel. Estaba en plena Plaza de Armas de Puno, que bien!. Hicimos el check in y en recepción dos chicos nos indicaron como podríamos hacer al día siguiente la visita al lago por nuestra cuenta.


Subimos a la habitación dejamos las cosas en el hotel y sin apenas respirar los recepcionistas ya estaban llamando al teléfono para preguntar si queríamos cenar. Pues no, pero me lo podías haber preguntado cuando estábamos abajo de todas formas. Apenas podíamos movernos por culpa de la altura, estábamos otra vez a mucha altitud: Ni más ni menos que 3815 metros de altura. La lengua la teníamos fuera de la boca continuamente.

Ya estábamos instalados y tras este largo día nos dijimos: Otro día sanos y salvos aunque.... por qué dejarlo aquí? No teníamos hambre pero había que celebrar que estábamos disfrutando mucho del viaje, por lo que bajamos a la calle, nos dimos una vuelta por la plaza en busca de tomarnos una ricas y fresquitas cuzqueñas y así fue como conocimos el Waikis, el garito más guay probablemente de todo Puno. Tenía dos plantas, un pedazo de pantalla de plasma, incienso en la barra, buena música y cerveza por 6 soles. Vamos para dentro!!!. El Waikis resultó ser un clásico bar regentado sólo por gente local peruana pero en ese momento ocupado por dos españoles bien simpáticos.... En fin, que más podíamos pedir para otro día más que súper especial. Después de dos cervezas nos fuimos a dormir. Nos lo habíamos ganado y esa noche caímos rendidos.

Buenas noches Perú

Día 6 Puno.
2 de Abril de 2013

Dormíamos plácidamente ya que la noche anterior acordamos despertarnos sin horario porque el día nos lo íbamos a tomar con mucha calma y además la excursión al Titicaca la queríamos de unas 2- 3 horas, no queríamos comer dentro de las islas, así que teníamos tiempo más que de sobra.

Bueno pues resultó que nuestros planes no debieron gustar a los personajes de la recepción del hotel ya que (para mi que estaban aburridos) a las 6.30 de la mañana aporrean nuestro teléfono para preguntar si íbamos a bajar a desayunar. Peazo de _______ ¡pues claro! (pensó mi marido en contestar, pero tan bueno como es, les dijo .¿Sí claro por qué?, hasta que hora está el desayuno?. Hasta las 9.00h.. pues entonces para que das por saco (volvió a pensar mi marido) pero ellos querían saberlo porque como no había nadie más alojado y los pocos que había ya habían desayunado querían que acabásemos lo antes posible. Pues con más parsimonia nos lo tomamos aún jejeje, nos duchamos, perdimos un poco el tiempo y a las 8.50 bajamos a desayunar. No quedaba nada, estaba todo roído, y el café y el colacao eran asquerosos.

Me tomé un bocatin de jamón y queso y mi marido como aún seguía chungo, un mate de coca y un poquito de jamón y queso.  Tanta guerra para desayunar esta miseria…


Después de desayunar subimos a cuestas a la habitación, se hacía insoportable el mal de altura y no podías ni moverte. Incluso por la noche durmiendo para ir al baño suponía un esfuerzo tan grande como hacerte la ruta del Cares ida y vuelta a la pata coja.

Para colmo esa mañana nos sangraba la nariz. Encima en ese momento no sabes si eso es bueno o malo. En fin fuera lo que fuera nos lo íbamos a tomar con calma pero no nos iba a paralizar para seguir haciendo nuestros planes.


Fuimos a buscar un taxi y por 3 soles nos llevó otro tipo bastante raro que no hablaba español hasta el embarcadero. El trayecto fue de 5 minutos, y al llegar allí se veía la ciudad de Puno a espaldas, el lago enorme Titicaca de frente, varias embarcaciones y a nuestra derecha todo plagado de bares y tiendas donde comprar agua, o incluso tomarte un ceviche. El ambiente estaba bastante apagado. No había a penas nadie así que nada más bajar del taxi un señor se nos echó encima para ofrecernos el tour. 18 soles nos pide por ir ver una familia, estar en una isla y volver. Cómo?? Si nosotros sabíamos que costaba 15 soles con impuestos incluidos. Menuda geta tienen, así que pasamos un poco de él, compramos agua y fuimos al embarcadero. Allí nos ofrecían lo mismo por 15 soles, pero no había nadie y los barcos no partían si no había un mínimo de 8 personas. Nos dimos otra vuelta, volvimos a hablar con el primer tipo y nos dijo que tenía un grupo de 20 personas y salía como en 20 minutos.

No nos terminaba de convencer y más cuando dijo que eran 18 soles. Le pedimos explicaciones por ese precio ya que en el embarcadero eran 15 y lo sabíamos antes de ir allí ya que lo consultamos en Lonely Planet. Total nos estaba intentando timar para sacarse beneficio. Por más que daba explicaciones no hacía más que decir tonterías sin decir nada. Le dije: no sé cómo hablando el mismo idioma, no entiendo absolutamente nada de lo que estás diciendo. Se reía así que al final pasamos de él. Optamos por comprar las entradas en la taquilla del embarcadero pero había que esperar a que se llenara. Pasaron como unos 20 minutos y ya había suficientes personas. Así que arrancó. El paisaje no era muy bonito y la embarcación se caía a trozos. El que pilotaba la barca tenía 2223 años.

Llegamos a la isla que nos tocaba visitar. Nos sentaron alrededor de una madera y nos explicaron cómo vivían y como se habían construido las islas. Todo muy artificial y para mi gusto poco interesante.




Luego te intentaban vender de todo y tenían hasta un mercadillo en la isla. No nos gustó el ambiente así que esperamos a que la barca saliera para largarnos rápido de allí. La barca se fue con una pareja y con nosotros y nos cruzó al otro lado del río. Allí aún era peor. Menudo turisteo y negocio que tienen. Tiendas que te venden comida, bebida y no sé ni cuántos puestos que venden ropa, telas y pins. Terrorífico. Nos dijeron que una barca salía ya hacia Puno que aunque no era la nuestra podíamos acoplarlos así que sin dudarlo como locos nos metimos corriendo para llegar ya a la ciudad de nuevo.



Una media hora después ya estábamos en el embarcadero, hicimos unas fotos y dimos una vuelta por un montón de puestos de ropa y cositas que había por allí. Compramos unas calabazas talladas por un hombre que las hacía el mismo y las vendía. Dos calabazas por 5 soles.



Ya teníamos hambre, debían ser como las 13.30h. así que cogimos un taxi cholo que teníamos muchas ganas (taxi cholo es con bici y también las hay con motor). 


Cogimos una con motor y nos costó 1,50 soles hasta la plaza de armas. Con lo poco que le habíamos pagado y la pereza que le daba al hombre llevarnos hasta la puerta del hotel, nos dejó a un par de calles en la otra acera, jejejej, menudo personaje. Foto de rigor y subimos al hotel. Ahí estaban de nuevo los dos recepcionistas más aburridos que una ostra.

Dejamos las cosas y salimos a comer algo. 

Nos metimos al lado del hotel en un típico lugar local donde éramos los únicos extranjeros y sólo servían comida peruana. Comimos de primero un soltero (estaba buenísimo) por unos 10 soles,  mi marido pollo dorado y yo pollo rebozado acompañado con una salsa de ají que picaba lo que no está escrito. Estaba todo buenísimo (una vez más no apto para escrupulosos ni sibaritas).

Pedimos dos coca colas y ¡ala¡ después de esto al hotel a descansar toda la tarde porque por la noche ya habíamos fichado un sitio precioso para cenar algo acompañado de unas cuzqueñas. A las 16.00h. ya estábamos en el hotel, la tele no funcionaba así que mi marido llamó a los recepcionistas para que subieran a arreglárnosla. Dijeron que en cuestión de dos minutos, pero ya sabemos cómo es la gente de Sudamérica, muuuuuuuuuuuuuuucha muuuucha parsimonia para todo. A los 45 minutos estábamos hartos de esperar así que mi marido volvió a llamar pero esta vez para decir que no subieran. Al minuto 20 segundos ya estaban llamando a la puerta. Si es que son tontos o nos están vacilando……… el caso es que nos la arreglaron. Que agustito, nos quedamos toda la tarde de relax y descanso.

A eso de las 19.00h. salimos a dar una vuelta por la Plaza y fuimos directos al sitio que habíamos fichado. Nos sentamos en la terracita de un patio precioso. Para beber, pedimos una cerveza tres cruces (otra cerve peruana) y mi marido una cuzqueña negra, bastante curiosa y con un sabor muy dulzón.



Cenamos ahí mismo y tras eso pensamos…  Y ahora dónde vamos? Pues al Waikis otra vez, jejeje, ahí estaba el camarero esperando por nosotros. Sonrió al vernos, nos indicó nuestra mesa (es decir la de la noche anterior) y nos puso nuestras cuzqueñas fresquitas. Al entrar cambió la música, otra vez sesión como el día anterior… genial, pero en seguida empezó a llenarse el bar por gente de allí y cambió la música….. ohhhhhh ellos eran más así que no nos importó y ya estábamos terminando así que pagamos y con mucha pena nos fuimos, ya que no volveríamos más por allí. Mañana teníamos un trayecto en autobús con turismo Mer de 9 horas hasta Cuzco. Puff casi nada!

Volvimos al hotel, miramos con cara de pocos amigos a los recepcionistas a ver si hoy no nos llamaban a las 3 de la mañana para preguntar chorradas y nos acostamos.
Buenas noches Perú.

Día 7 Puno-Cuzco
3 de Abril de 2013

Nos despertamos temprano ya que a las 7:30h. salía el autobús de la estación que desconocíamos donde estaba. Desayunamos, mi marido otra vez pasó muy mala noche y a mi la nariz me sangraba un montón. Por mucho que durmieras nunca estabas descansado..

Recogimos, hicimos el Check out, nos llamaron a un taxi y pagamos 3 soles porque nos llevara a la estación de Mer. A las 7:00h. ya estábamos allí, lo que no sabíamos es que hasta las 8:00h. no salía el autobús (nos habíamos equivocado al leer la hora de salida). Otra vez a esperar. Aprovechamos a cargar el Ipod en la estación porque el bus tenía wifi, y el tiempo se pasó rápido. Subimos y los asientos estaban bien y el autobús aún mejor.


Te servían bebidas después de cada excursión y llevábamos una terramoza y una guía divertidísima que nos hizo las excursiones muy amenas. El autobús serían 9 horas pero pararíamos en varios puntos para visitar catedrales, museos, ruinas y otra para comer.





La ruta fue la siguiente Puno, Pukara, La Raya, Sicuani, Raqchi, Andahuaylillas y Cusco. Durante toda la ruta la guía se bajaba en estos puntos con nosotros y nos daba explicaciones sobre lo que veíamos. 


A mitad de camino paramos en un restaurante con una terraza increíble y un buffet con comida buenísima. Nos acompañó durante la comida en la terracita al solecito una alpaca divertidísima que se emperró en comerse la sopa de verduras de mi marido y también la cinta de la mochila de su cámara. Jejeje que divertida era, no había forma de llevársela de allí.



Al final intervino una mujer lugareña para separarla de las verduras. Claro la pobre ya estaría harta de tanta hierba… Comimos fenomenal. Después de la comida fuimos detrás del restaurante que había un río y también más llamas y alpacas. Como locos fuimos a hacernos una foto con ellas, pero resultó que a una de las llamas no le debí caer bien, me coloqué a su lado para hacerme la foto de familia con mi marido y ella y ésta me escupió en toda la cara. Jjajajaja que tía, vaya mal humor que tienen, aunque luego bien que dejan que las acaricies.



Llegamos a Cuzco sobre las 18.00 de la tarde. Ya era de noche y nos daba una pereza enorme tener que coger otro taxi en una ciudad grande. Además al principio Cuzco no tenía nada de buena pinta y menos su gente.

Le pedimos a la terramoza que nos cogiera un taxi, pagamos por él 7 soles y nos llevó a la Plaza de Armas donde teníamos reservado el Hostal El Triunfo. La ciudad ya adoptaba otro color y toda la zona del centro era preciosa y su plaza sin palabras, nos dejó con la boca abierta. Era otro mundo.

Hicimos el check in y el hostal era terrorífico, no había por dónde cogerlo. Una vez más nuestra habitación estaba justo al lado de la recepción… bueno esa noche tampoco dormiríamos muchas horas porque por la mañana nos iríamos de excursión al Valle Sagrado, pero eso sí, no teníamos ni una ligera idea de cómo iríamos hasta allí, esta parte no la habíamos preparado ni pensado. En fin… ya decidiremos por el camino e improvisaremos.

Dejamos las mochilas en el hostal y preparamos una pequeña para llevarnos al Valle Sagrado y al Machu Pichu y la otra la dejaríamos en el hotel. Hotel al que volveríamos en dos días antes de coger el vuelo de Cuzco a Lima y de ahí a Madrid.

Salimos a dar una vuelta por Cuzco y necesitábamos cambiar dinero, ya no nos quedaba nada y teníamos aún 3 días por delante. Preguntamos en varios sitios y al final nos cambiaron por 3,18…. Cambiamos 60 euros y nos fuimos a fotografiar la Catedral, la Plaza, dar una vuelta y ver donde cenaríamos.



La plaza de armas es espectacular, con un ambiente increíble y llena de sitios donde tomar algo. Nos dimos una vuelta y por el camino no hacían más que ofrecernos tours organizados por el Valle Sagrado. Preguntamos por curiosidad y nos ofrecía una agencia por 50 soles llevarnos al día siguiente por la mañana a las 9.00am a 20 personas y a nosotros de Cuzco a Pisac y de Pisac a Ollantaytambo. Nos pareció un buen negocio pero nos daba tanta pereza ir con prisas y con gente así que después de pensarlo y hablarlo entre nosotros decidimos mejor buscarnos la vida por nuestra cuenta. En el hotel comentaron que había autobuses públicos que te llevaban y luego taxis hasta las ruinas y cosas así, nos saldría más caro pero lo haríamos más agusto.

Nos dimos otra vuelta y vimos Mc Donald, siiiiiiiiiiiiiiii por favor, no hay otra cosa después del día de hoy y de tanto ají, casado y rocotto que nos apetezca más. Así que compramos unas hamburguesas y nos fuimos al hotel a cenar y dormir.

Calzábamos el idioma que hablarían en la zona de Aguas Calientes.

Otro día muy bien hecho. Buenas noches.

Día 8 Cuzco-Valle Sagrado-Aguas Calientes.
4 de Abril de 2013




Nos despertamos muy temprano y el desayuno del hostal daba asquito así que como habíamos visto un Starbucks el día anterior pensamos ummmmmmmmmmm rico café por fin y desayunito. A las 7:00 am estábamos los primeros en la puerta del Starbucks esperando a que abrieran. No abrieron hasta  las 7.30. Una vez dentro pedimos desayuno y ojeamos la Loney Planet para ver como podíamos ingeniar el día y estar a las 18.00 h. sí o sí en Ollaytambo para coger el tren con dirección a Aguas calientes, pueblo que nos llevaría por la mañana del día siguiente al Machu Pichu y que salía a las 19.00 h.

Después de desayunar bajamos a la calle y vimos a un policía. Le preguntamos cómo poder ir a visitar el Valle y sus ruinas. Nos ofreció dos alternativas: Coger un taxi, en un principio dijo, por 30-40 soles, o coger taxi, bajar a la estación de Cuzco y coger un bus hasta Pisac y luego una combi hasta Ollantaytambo. Habíamos leído mucho sobre los riegos de las combis pero bueno ya quedaba poco y ya nos habíamos hecho (o eso creíamos) con toda la situación. Así que optamos por la segunda opción que además salía bien barata (ya no nos quedaba apenas dinero).

Nos dijo el poli que él nos paraba un taxi para que así estuviéramos tranquilos y de esa forma no nos pasara nada. Yupiii, que alegrías por el cuerpo nos entraron. Le dijimos que subíamos al hotel a recoger el resto de cosas, dejar la otra mochila en consigna y que le buscaríamos en un rato para que nos consiguiera el taxi.

Eso hicimos y 20 minutos después y tras dar un par de vueltas le localizamos.
Nos acercamos a él y este nos reconoció rápido, volvimos a preguntar una segunda vez cuanto nos costaría el taxi y los autobuses y ahora nos daba precios distintos. Si es que no te puedes fiar de nada ni de nadie (volví a recordar a la niña del perrito en Lima). Se puso a hablar en bajito con su pinganito y tras 40 segundos de silencio hablé y nos dijo. Chicos tranquilos que acabo de hacer una llamada a mis compañeros y viene un furgón de la poli a recogeros y llevaros a la estación para que estéis más seguros y no os pase nada.

Nuestra cara en ese momento estaba para foto. Comorrr??? Un furgón de la poli para que nos lleve a la estación?? Uffffffffffff, que mal rollo (recordé entonces al taxista de Pisco). Con una mirada mi marido y yo ya sabíamos lo que estábamos pensando. Así que rápido le respondimos: no se moleste, si no pasa nada, cogemos un taxi, si total son 5 soles…. En ese momento me castañeaban los dientes y las uñas de los pies… Él insistía pero tras insistirle nosotros más respondió que ok y que nos pararía un taxi oficial.

Oficial????? Pero si el desgraciado levantó la mano y paró al primero que pasó por la calle!!. Los oficiales llevan unos cuadraditos en la parte derecha e izquierda del coche en negro y este por no tener no tenía ni casi ruedas, sólo lleva  un cartelito arriba que ponía taxi. Por dios!!!!!!!! Donde nos estamos metiendo…. Una vez más.

Mi marido jura que oyó al policía que se acercó por la ventanilla del taxi y le dijo al supuesto taxista que éramos familia suya turista y que nos cuidara bien. A mi me daba igual, seguía temblando. Como me podía fiar si primero dice un precio, luego otro luego nos quería llevar en un furgón de la poli y luego para al primer “taxi” que pasa?.

Total ahí que nos subimos. Mi marido le dice que nos lleve a la estación para coger un bus y luego la combi pero él dice que si vamos a Pisac y queremos visitar las ruinas que hay que pagar otro taxi que si tal que si cual… vamos que nos empieza a enredar para  en cuestión de un segundo haber negociado con él que nos llevara directamente a la entrada de las ruinas de Pisac por 45 soles. Algo caro pero bueno es lo que nos salió en ese momento.

Tras esto da un giro brusco y se mete por una callejuela empinada y nos dice que vamos a hacer una parada. Bueno en ese momento sí que pensé que era el último de mis días, no he pasado tanto terror jamás. Mi marido le pregunta que qué parada es esa y él responde que un mirador… ya ya y yo como lo sé si ya habíamos pasado por unos cuantos y no había parado… en ese momento y en mitad de la carretera se para en seco, saca la mano por la ventanilla y coge el cacharrito que pone la palabra taxi de encima de su techo y lo guarda en el asiento de al lado bajo una manta. Bueno ya no describo como estaba en ese momento porque es imposible.

Mi marido le pregunta que por qué lo quita y juro que le entendí que dijo: para que la policía no lo vea, mi marido por primera vez coincidió conmigo, escuchó lo mismo así que a los 50 segundos volvió a preguntarle que por qué quitaba el cartel. En ese momento nos responde que es porque se lo lleva el viento… Yo ya sí que no entiendo nada…

Seguimos avanzando por la carretera y no veo cartel alguno que ponga Pisac pero mi marido no sé por qué parece que empieza a relajarse (no sé cómo lo hace) y yo, total, si va a pasar algo va a pasar igualmente así que lo único que se me ocurre es preguntarle si tiene familia.

Sí contesta, dos hijos. Uffff me deja algo más tranquila. Mujer, dos hijos, natural de cuzco… no tiene por qué hacernos nada no???. Después de esto, le hago un tercer grado y ya me termino de relajar, parece un buen hombre, Fidel se llama, amante de su país, su comida y sus costumbres. Le hago la pelota por ahí y el hombre lo agradece. Cuenta que él ha subido al Machu Pichu, cosa que el resto de personas que hemos ido conociendo por el camino nunca había estado allí, quizás por lo hiper caro que es llegar aunque para ellos es más barato… la verdad es que no lo sé….

Nos cuenta que los taxis en lima son gente mala, que los turistas no estamos seguros, un sinfín de cosas que ya llevábamos a nuestras espaldas. Al final resultó ser un hombre muy bueno y amable pero del mirador donde nos iba a llevar ni rastro... Cuando estábamos a punto de llegar a la subida  de Pisac nos comenta que ésta es bastante complicada, muy empinada, con muchas curvas y además estaba la carretera llena de piedras enormes, obstáculos y todo derruido por las lluvias de estos días. La verdad que resultó una subida difícil pero él lo hizo muy despacito comentando al mismo tiempo que nuestra seguridad estaba por encima de todo. Más majo…

Al llegar arriba nos despedimos con mucha pena y le dije que tuviera mucho cuidado al bajar, la carretera de verdad estaba destrozada, además ese día llovía muchísimo.

Bueno tras las despedidas entramos en las ruinas y lo que sería un trekking absolutamente genial!. 70 soles nos costó la entrada para todo el valle sagrado aunque nosotros no podríamos visitar más que dos (no teníamos más tiempo).







Comenzamos el trekking y teníamos que parar cada dos segundos para observar semejante belleza. El paisaje era increíble y la excursión aún mejor. Tras 1 hora llegaríamos a las ruinas. El trekking había sido todo cuesta abajo y nos daba una pereza enorme tener que deshacer lo hecho. Preguntamos a un lugareño si se podía seguir bajando la montaña para llegar al pueblo de Pisac y de ahí coger un medio de trasporte para llegar a Ollanta. Nos dijo que sí pero el camino estaba indicado de pena así que nos topamos con otro lugareño que dijo que íbamos mal y que debíamos ir por otro camino. Por no sabíamos que hacer, cada uno decía una cosa distinta, así que hicimos un mejunje de las dos respuestas y nos la jugamos. Teníamos más de 1 hora y media de bajada hasta el pueblo por una piedras mojadas y nada fáciles, pero bueno no nos importaba con tal de que abajo sí estuviera el pueblo. No nos encontramos ni un alma más por el camino excepto dos mujeres con sus trajes haciendo pulseras que te pedían de todo menos responderte si el pueblo o el camino tomado era el acertado. Pensamos que si ellas habían llegado hasta allí es porque habrían partido de algún sitio.

A rato empezamos a divisar el pueblo desde arriba. Una hora y media después vemos el fin del camino y el comienzo de un mercado precioso que nos llevaría al pueblo de Pisac.




Mi marido se compró una camiseta por 18 soles del Machu Pichu preciosa, no quisimos negociar más porque tenía la señora un bebé monísimo que si no… y nos dimos una vuelta por el mercado. Llegamos a la plaza y preguntamos donde había autobuses o lo que fuera que nos llevaran a Ollantaytambo. Nos dijo un poli que había autobuses hasta un pueblo (no recuerdo el nombre) y que desde ese podríamos coger la maldita combi para llegar al final de nuestro destino.

Nos indicó donde se cogían y antes de ir compramos una empanadilla de pollo y una cocacola para reponer fuerzas. Nos la comimos en dos bocaditos (3 soles), umm que rica estaba.


Tras esto, gente un poco “peculiar” empezó a ofrecernos taxis y combis pero no quisimos. Llegamos a lo que supuestamente era la parada del autobús. No es que no hubiera parada, si no que nos encontrábamos en mitad de la arena y de la nada donde había un trozo de madera a modo de banco con una señora que vendía chucherías en un carrito ambulante. Le preguntamos y nos dijo que sí, que  era ahí. Veíamos pasar una y otra vez autobuses y microbuses espectaculares pero eran todos de agencias privadas… Y nosotros con una cara de circunstancia y dando una pena horrible mirando hacia arriba y hacia los lados esperando y esperando a ver qué clase de medio de transporte aparecía para trasladarnos….


Tras 20 minutos y ganas no me faltaban en ningún momento de parar un autobús de guiris privado para que nos llevaran, apareció de repente lo que se suponía era nuestro autobús. ¿¿Nuestro qué?? Era una tartana, toda rota, había más gente dentro de la que cabía. La pilotaban tres personas que se subían y bajaban en marcha de la furgonetilla, ni se veían las ruedas. Me negaba a subir en cuanto la ví pero mi marido me empujó del culo y me obligó a entrar. 2 soles nos dijo que nos costaba el trayecto de una hora.

Cuando subimos, nos fuimos directamente a la parte de atrás. Los asientos tenían una inclinación de 60º lo que resultaba imposible mantenerse sentado sin acabar con el culo en el suelo. En el interior, sólo había lugareños que desprendían un olor curioso. ¿Olía a Alpaca??. Todos los viajeros eran peruanos, con sus trajes, sus largas trenzas, y cargaban con sus enseres. Estábamos morados porque ni respirábamos dentro.

La furgonetilla adelantaba como si se creyera un trailer, hacía paradas que no estaban ni señalizadas y uno de los tres chicos que conducían el aparato, se paseaba de vez en cuando a cobrar tu destino. La gente viajaba de pie, con esos acelerones y parones. Que conducción a mil por hora con el techo soldado de mala manera a punto de caerse!!!!!!!! Una hora y 15 minutos después llegaríamos a nuestro destino. Destino que tuvimos que preguntar porque no teníamos ni la más remota idea de donde pararía. Nos dijo el chico que nos bajáramos ahí mismo, y eso hicimos, al bajar, me fijé que la principal y única puerta de la furgoneta estaba destrozada, sólo con mirarla te rajabas con ese óxido y ni con 20 vacunas del tétano te librabas de la muerte. Toda una aventura….

Allí nos dejaron plantados en la arena en mitad de ninguna parte sin saber cómo iríamos a nuestro destino final: Ollanta.

Anduvimos durante largo rato y pregunté a una señora que comía plácidamente en un restaurante y me dijo que podíamos coger un medio de trasporte en la terminal.

Caminamos otro rato y por fin llegamos a lo que ellos llaman terminal. Ésta se trataba de una puerta con un pasillo donde estaba plagado de gente y al final unas tiendas que vendían a modo de kiosko de periódicos: chicles, patatas y cosas así. Y luego una puerta hacia el lado derecho y otra hacia el izquierdo.

Nada más asomarnos a la puerta de la derecha se nos echó encima un señor con gafas un pelín peculiar que preguntó si íbamos a Ollanta. Sí, le respondimos tímidamente. Corriendo nos contestó que tenía todavía dos sitios en su combi y que subiéramos con él por 2 soles. Él se metió por la puerta de la derecha y le seguimos hasta la esquina. Al asomarnos no nos fiamos ni un pelo. Con la mano nos indicó cuál era su furgoneta y pudimos ver que en el interior había un hombre sentado en la parte delantera al lado del conductor y otro hombre en la parte trasera. Éste le dijo algo al de la parte de atrás y se movió a un lado mientras nos gritaba tengo dos sitios más. Uff me dio un poco de no sé qué. No sé si fue por todo el miedo que nos habían metido en el cuerpo o por qué, pero tanto mi marido  como yo decidimos no acercarnos hasta esa furgoneta y mucho menos meternos dentro. Le indicamos de lejos y con el dedo que no queríamos subir así que volvimos al interior de la terminal y preguntamos a una señora si las combis para viajar hasta Ollanta salían desde allí. Nos dijo que sí que había combis y que fuéramos justo hacia el lado contrario de donde estábamos, es decir por la puerta de la izquierda. Madre mía, decisión acertada, nos fiamos de nuestro instinto.

Tras esto, nos dirigimos hacia la puerta de la izquierda. Allí era todo caótico y ya no sabíamos ni hacia quien dirigirnos. Un hombre se acercó a nosotros y nos preguntó dónde queríamos ir. A Ollanta le dijimos y entonces nos indicó que la furgoneta que había justo al lado nuestro nos llevaría.

Nos acercamos,  en el interior había mucha gente, en principio no quedaba sitio ya que se estaban subiendo un grupo de chicos y chicas de unos 12-14 años que vestían con el uniforme del colegio. Cuanto es, preguntó mi marido? 1 sol y medio cada uno, mi marido me empujó una vez más del culo y me subió a la combi.

Para más seguridad le pregunté a una niña que viajaba detrás de mi junto con sus compis del cole que si iban a Ollanta. Ella contestó que si: uffffffffffffffffffff respiré hondo, hondísimo, sentí un alivio tremendo, creo que ese momento hasta gané 20 kilos de peso jejejeje…. Que tranquilidad. Más adelante vi que en la combi llevaba un cartel con la lista de precios por zonas a las que te llevaba. Era totalmente de fiar. Por el camino iba parando y bajaba y subía gente.

Tras otros 20 minutos, por fin llegamos a Ollanta. Mi marido pagó al conductor y fuimos a tomar algo, menudo día llevábamos, estábamos cansadísimos, menudo día llevábamos.



Aún nos quedaba visitar el pueblo, ver otras ruinas y cogernos el tren que nos llevaría a Aguas Calientes en un trayecto de dos horas… Aquí tengo que decir que aunque estaba siendo el viaje de mi vida, con ese día que habíamos vivido, sentía que no volveríamos a vivir algo así nunca… me da bastante pena la verdad…

Después de esto, dimos una vuelta por el pueblo y nos sentamos en una terracita muy mona a comer. Dos coca-colas y dos pizzas. Todo ello buenísimo, dimos de comer salchichas a un perrito que estaba junto a nuestra mesa y descansamos de lo lindo.

Después de recordar las batallas y con el estómago ya asentado y lleno nos fuimos a visitar las ruinas. Estas eran muy bonitas pero empezaron a llegar muchos autobuses de turistas por lo que se hacía un poco rollo visitarlas agusto y hacer fotos. Aún así estuvimos como una hora visitándolas y caminando por ellas. Mereció la pena la verdad. Al terminar nos fuimos a la plaza del pueblo a cambiar dinero y tomar un café. De repente recordé que el autobús que sube al Machu Pichu costaba unos 17 dólares por cabeza y no teníamos dinero. Cambiamos nuestros últimos 30 euros a un regular cambio, pero no había otra.

Al rato ya salía nuestro tren, así que tras una caminata de unos 10 minutos por el pueblo, bueno en realidad más porque nos perdimos un poco, llegamos a la puerta. Estuvimos en la estación esperando que saliera nuestro tren y una vez dentro alucinamos. Era precioso. Su interior estaba pintado y decorado muy bonito, los asientos comodísimos y muy amplios. Tenía terramozo que nos sirvió en un paquetito muy mono presentado una bolsa de plátanos fritos y una chocolatina.




Al llegar, había un chico con un cartel que indicaba el nombre del hostal esperando en la salida. Dioss que susto nos pegamos, era la primera vez en 10 días que alguien venía a buscarnos, no dábamos crédito, pensamos que no era para nosotros y se habría equivocado…. Siempre viendo como todo el mundo se iba en un coche estupendo o un autobús glamuroso y los dos pobrecitos de nosotros tirados en mitad de la nada esperando un taxi.. en ese momento quería hasta llorar de la alegría. Máxime cuando nos acercamos a él y confirmó que nos estaba esperando a nosotros…. Tú estás seguro, le pregunté? Y me dijo sí… quería abrazarle en ese momento!!!.

Nos llevó hasta el hostal Adeslas. Estaba ubicado en el centro de Aguas Calientes y además al lado de donde por la mañana cogeríamos el bus bien temprano para subir al Machu Pichu. Hicimos el check in y aunque estábamos absolutamente derrotados después de un día como el que habíamos pasado nos ganamos salir a dar una vuelta y tomarnos unas cuzqueñas bien fresquitas. Dejamos las cosas en la habitación que estaba bien para dormir una noche.


Salimos corre que te corre a buscar un sitio y anduvimos un rato por el pueblo, porque al no ser temporada alta todos los sitios ya estaban o cerrados o a punto de cerrar.

Eran sólo las 21.30 pero no había apenas gente. Tras un buen rato dando vueltas acabamos acercándonos a la plaza del pueblo y allí había un par de terracitas y un pelín más de ambiente. Dos cuzqueñas por favor!!!!, los precios habían subido mucho, muchísimo con respecto a los primeros días en Perú. Ahora te pedía por una cerveza 10 soles. Ya nos lo habían advertido, empieza lo más turístico del país y abusan muchísimo. De hecho, Aguas Calientes se creó a raíz de poder empezar a visitar al Machu y la gente de allí vive única y exclusivamente del turismo. Sólo hay hoteles, restaurantes, tiendas de regalos y un cajero automático.

Terminamos tomándonos tres cervezas que nos supieron a gloria. Intentaron cobrarnos más, pero no coló. Tras esto que serían ya las 11 de la noche nos fuimos a dormir. Esa noche caímos rendidos, pero antes de eso nos aprendimos las normas del hostal.


Bunas noches y Hasta mañana.

Día 9 Machu Pichu-Cuzco.
5 de Abril de 2013

A la mañana siguiente eran las 5.30 cuando estábamos ya en pie y estábamos nerviositos perdidos. Teníamos un nudo enorme en el estómago, íbamos a ver el Machu Pichu, con lo que nos había costado llegar hasta allí!!! Bajamos a desayunar y había sólo alojado un grupo de americanos. La chica de la cocina nos sacó el desayuno, bastante pobre y muy malo, nos ofreció unos huevos revueltos, así que dijimos que sí.

Desayunamos más bien rápido y  corre que te corre cogimos la mochila y nos fuimos a la parada del bus. Madre mía eran las 6.30 y nuestro autobús era ya el número 17. Supongo que habían madrugado los que iban a visitar el Huana Pichu. Pagamos la entrada del bus, sólo ida, inocentes de nosotros, pensando que luego nos bajaríamos andando…

Nos montamos en el autobús como dos adolescentes nerviosísimos y con mucha ilusión. La subida es de aprox. Unos 25 minutos, con todo curvas y por el camino se va viendo la montaña y parte de la ciudadela de la parte de atrás desde otro ángulo. A medida que subíamos veíamos la niebla que iba quedando bajo nosotros. El espectáculo era increíble. Una vez llegamos arriba, salimos pitando para ir directamente a la puerta de entrada. Al bajar del autobús había un montón de guías que ofrecen sus servicios para recorrer la montaña y la ciudad, pero ya ni teníamos dinero ni nos apetecía depender de nadie. Teníamos claro que queríamos disfrutarlo por nuestra cuenta y hacerlo a nuestra manera. Nada más entrar se divisan las tres montañas y las ruinas, que escenario más magnífico!!!.



A toda prisa fuimos directamente por el camino que conduce a la subida del guardían, que es donde te haces la foto típica. Antes de esto, y cuando sólo habíamos andado unos metros ya pedimos a dos chicas que nos sacaran 100 fotos, madre nos esperaba un día muy largo por delante buscando la foto perfecta, aunque una vez más descubrimos que en una fotografía es imposible retratar lo que ven tus ojos. Subimos el camino empinado hasta la roca desde donde se ve toda la ciudad. Allí tuvimos que hacer cola para sacarnos la foto. Nos hicieron unas cuantas, y decidimos seguir subiendo por todos los bancales parando cada dos segundos para sacarnos más fotos y contemplar ese espectáculo desde todos y cada uno de sus ángulos y posiciones. Tras mil fotos nos sentamos a contemplar una de las 7 maravillas del mundo. Uff ahí nos quedamos relajados y petrificados.. Nos quedamos así un buen rato, después decidimos ir a visitar el puente inka. Bueno la excursión no tiene nada interesante excepto porque hay un guardia que te apunta nombre, apellidos, nacionalidad y hora de entradas… para qué? Por si no vuelves. El camino está algo complicado y puedes resbalar. La caída es tremenda. Estábamos  a 3.800 m de altura. La caminata son unos 20 minutos ida y algo menos la vuelta, donde al salir haces lo mismo, firmas a la hora a la que sales.





Al volver nos quedamos otro rato contemplando el Machu Pichu y ya eran como las 10 de la mañana. Con mucho hambre y un sol increíble y el cansancio acumulado de días anteriores, salimos fuera del complejo a comer algo. Que despropósito y que ladrones. 1 sol por ir al baño y por una coca cola de lata 10 soles. Una vergüenza. Estábamos advertidos pero tampoco nos dio tiempo a comprar nada el día anterior, así que nos compramos un perrito cada uno por 10 dólares y acompañado de nuestra botella de agua, fue lo que comimos para recuperar fuerzas. Tras descansar un rato, volvimos a entrar pero esta vez para visitar las ruinas. Las fuerzas ya no me daban para mucho más y las piernas hasta me temblaban del cansancio. Anduvimos un par de horas por allí, vimos llamas, alpacas… pastando a sus anchas en el que un día fue una ciudad repleta de gente, y regresamos. A las 16.30 compramos el bus de vuelta (nuestro propósito de bajar andando se desvaneció) además que la bajada es algo más de 1 hora, así que nos subimos al autobús y ala vuelta al pueblo.

 
Cuando llegamos fuimos con nuestros últimos soles a tomar una Coca-Cola y un bocadillo. Hasta las 18.30 no salía nuestro tren de regreso a Cuzco pero recogimos la mochila en el hostal y nos fuimos directamente a la estación a esperar.

1 hora y media después llegó nuestro tren. Este era algo más antipático que el otro. Más feo y lo peor de todo es que nos habían dado asientos separados. Jolín lo que nos faltaba. Encima uno de los asientos era en dirección contraria, es decir viajaríamos de espaldas. Mi marido ya un experto en negociaciones, consiguió que aún no sabemos cómo, que viajáramos los dos solos juntitos de frente en un asiento que era de 4 jejejeje. Lo que ha aprendido estos días!!!! Tras dos horas de viaje y de servirnos unos cacahuetes dulces y una Coca-Cola el tren se detuvo y nos indicaron que nos esperaban autobuses para llegar en otro algo más de dos horas a Cuzco. Estábamos alucinando, encima nadie nos daba explicaciones, hasta que no volvimos a Madrid no supimos la razón de ese viaje, y es que estaba derrumbado por las lluvias y el camino del tren cortado.


Vamos, que habíamos pagado una pasta para terminar otra vez en un autobús de noche a toda velocidad sin luces largas y adelantando en los peores momentos. Ahora ya sí que teníamos ganas de volver a casa.

Llegamos a Cuzco sobre las 9 de la noche y otra vez odisea. Coge un taxi a estas horas y búscate la vida. Al llegar como siempre cartelitos mil y autobuses tope molones para los demás menos para nosotros. Nos quedamos plantados en la estación viendo que hacíamos. Salimos y había en la puerta un taxista que nos indica que es oficial y nos lleva al hostal por 10 soles. Sí hombre no he pagado 10 soles en todo el viaje, te los vamos a pagar ahora y que encima ni tenemos ya a estas alturas. Se enfadó y nos mandó a la porra. Así que nos quedamos colgados. Tras un largo rato mi marido en su línea ya de experto, paró el primer coche que vio y resultó que por 4 soles nos dejó en la puerta del hostal.

Dejamos las cosas, en esta ocasión la habitación estaba un poco mejor. Pedimos que a las 4am nos pidieran un taxi para llevarnos al aeropuerto y nos comentaron que estaría el nochero y que se lo dijéramos a él.

Salimos a la plaza de Cuzco, cenamos y regresamos al hostal, subimos a la habitación, cenamos y sin darnos cuenta ya estábamos roncando y en el séptimo cielo. Menudo día!!!!.

Snif snif buenas noches….


Día 10 Cuzco-Lima-Madrid.
7 de Abril de 2013

Cariño, Cariño, que hora es?? nos hemos dormido!!! son las 4.45 de la mañana?? Que, qué??? No puede ser! No llegamos!!!!!. Corre que te corre me vestí, fui a buscar al nochero como una loca, que salió de un cuarto quitándose las legañas y con más sueño que yo y le grito, por favor, por favor, es muy tarde, pide un taxi al aeropuerto. Me dice en 10 minutos está aquí. ¿¿Cómo?? 10 mituos!! Por dios no llegamos!. Bajo a la calle y estaba todo aún oscuro. No hacían más que pasar coches y taxis y se para uno y me dice ha pedido un taxi?? Ufff no lo sé, no lo sé, estoy muy atacada, y si este tío me ha visto aquí sola de noche y yo que sé, no puedo pensar, no tengo la mente despierta! Se queda parado frente al hostal en una callecita por donde sólo puede pasar un coche y empieza a formar una cola de narices. Subo corriendo y le pregunto al nochero que se había vuelto a quedar dormido que si el taxi que está abajo es el nuestro. Le hago bajar las escaleras para que me confirme,. Sí, es Jose, -¿tú estás seguro? Le vuelvo a preguntar. Y me dice sí, sí. Vuelvo a subir a por mi marido y corre que te corre bajamos otra vez con las mochilas abajo y nos tiramos en plancha dentro del taxi. Al Aeropuerto Por dios!. Llegamos sobre las 5.30am, ufffff, había una máquina de facturación rápida, así que sacamos la tarjeta de embarque, menos mal, si llegamos a tener que facturar por no haber máquina o ese aeropuerto no es una caja de cerillas y no llegamos ni en broma.

A toda prisa nos vamos a la cola de embarque pasando previamente por inmigración. Yupiiiii Llegamos!!!!! Sin desayunar, hechos polvo, sin saber si habíamos cogido todo, pero al menos estábamos en el aeropuerto. En tan sólo 5 minutos anuncian el vuelo,  embarcamos y a volar. Ya estábamos dentro!

El vuelo fue de 1 hora y sobrevolamos los Andes, fue una pasada.



Nos dieron de desayunar un zumito y un pack con galletitas y chocolates. Es una gran compañía aérea. Que diferencia de aviones y de servicio entre LAN y Air Europa (abismal). La próxima vez, si la hubiera, sin duda cogeríamos esta compañía. Después de una hora llegamos a Lima. Ahora nos tocaba otra vez sacar la tarjeta de embarque, esperar 1 hora y media y volar 12 horas con Air Europa en dos asientos minúsculos sin ventanilla y al lado del baño. Que horror!!!!!!!!!!!!!!!!!.

Decidimos ir a buscar la maquinita para sacar rápido las tarjetas y así desayunar y tomar algo calentito. Pero cuál fue nuestra sorpresa cuando vemos que no tienen, pero cómo?? Una cola de 100 personas para sacar la tarjeta y no teníamos tanto tiempo. Preguntamos mil veces porque no nos lo creíamos, y a la 1.001 ya confirmando que tenemos que esperar la cola nos colocamos lejísimos de los mostradores de la cantidad de gente que había y mientras para amenizar la espera los policías se paseaban con sus perros y nos olían las maletas, la ropa y todo lo que pudieran (en varias ocasiones)

Por fin llegamos al mostrador. Le suplico que nos cambie de asientos y nos dice que es tardísimo, que ya están embarcando y que el avión va lleno, así que no puede darnos otros asientos. Alaaaaaaa otra vez a correr por todo el aeropuerto de Lima. Inmigración, policía, pasillos, más pasillos, controles y encima estaban con el cambio de turno así que estuvimos esperando 20 minutos a que nos sellaran la salida de Perú.

Llegamos otra vez raspaditos rápidamente embarcamos.

Nos vamos directitos a nuestros sitios claustrofóbicos y sólo esperamos poder dormir porque si no el viaje va a ser un absoluto infierno. Una vez sentados y medio acoplados comprobamos que nuestras teles encima no funcionan. Mi marido se lo comenta a la azafata y esta nos dice que no toquemos nada que va a reiniciar el sistema. Pues va a ser que no, no funciona ni con el apaga y vuelve a encender, jolín menudo rollo!.

Al ratito se acerca y nos dice en bajito, chicos hay dos sit…………… no terminó la frase cuando cúal coyote y correcaminos salimos escopetados y ya estábamos acoplados los dos en los asientos de emergencia y con el cinturón de seguridad abrochado cortando nuestros estómagos de lo fuerte que los habíamos enganchado por si acaso se arrepentía y nos hacía levantarnos y así le resultara más complicado…

Viene la pobre azafata detrás, ya que la habíamos ganado en espacio y tiempo con nuestra velocidad y nos dice, chicos os habéis dejado el abrigo.. ah vale gracias, al rato… os habéis dejado el bolso.. ah vale gracias… al rato,  os habéis dejado también el ipod, ah vale gracias… jejeje sin movernos de nuestro asiento por si las moscas al ir a por nuestras cosas alguien osaba a quitarnos esos 100 metros de asiento que teníamos para cada uno con nuestra ventanillita y tele individual. Ay que agustito, ahora sí que sí, nos trae además dos mantitas de más para que no tengamos frío…era una mami azafata. Así daba gusto viajar con Air Europa. Apenas dormimos pero daba igual porque así despiertos podíamos disfrutar las 12 horas de saber dónde estábamos sentados…

Antes de cenar nos dieron una coca-cola que acompañamos con más galletitas de chocolate que teníamos de LAN, y nos dormimos un poquito. En seguida nos trajeron la comida ummmm que rico, nos pedimos pasta los dos. De primero una ensaladita muy buena de verduras y de segundo macarrones con champiñones, bechamel y mantequilla gratinadito. De postre una tarta de queso... Todo acompañado yo de un vino tinto buenísimo de Marqués de Viana y mi marido una coca-cola…

Me lo pasé leyendo revistas de cotilleos todo el camino. Una hora antes de llegar es decir a las 3.30 am hora española nos sirven el desayuno. Ummmmm otro rico bocadillo calentito esta vez de jamón serrano y un  vaso de agua. 1 Hora más y aterrizamos en Barajas. Ya estábamos en casa. El piloto anunció que hacía 5º en Madrid.. ¿pero cómo es posible si veníamos en manga corta y más morenos que si hubiéramos estado en Hawai!!!!!!!. Pues así fue, salimos y hacía un frío horrible. Además como eran sólo las 4.30 de la madrugada no había ni personal en el aeropuerto y estuvimos dando vueltas por los hangares por lo menos 20 minutos. Nos dejaron en mitad de una pista y cogimos un autobús que nos llevó a la terminal. Salimos del aeropuerto y cogimos un taxi dirección nuestra casita.

Día 11 Madrid.
7 de Abril de 2013

Tras 15 minutos, llegamos a casita y todo seguía en su sitio. Nos duchamos, nos tomamos dos cafelitos bien calentitos y nos fuimos a dormir. A las 15.30 h. nos despertamos. Ya estábamos en Madrid y comenzaba de nuevo la rutina de todos los días……..para colmo al día siguiente trabajábamos…

Tristes y melancólicos pero muy felices por toda la experiencia que nos llevábamos, de los momentos vividos y de las ilusiones de haber podido visitar otro país, comenzamos de nuevo el día a día madrileño… sólo nos queda decir….

Muchas gracias y Hasta siempre Perú.















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