lunes, 10 de febrero de 2014

Asante Sana… Tanzania 2012


LO MEJOR: El amanecer en Serengeti, ver a una leona a punto de cazar una presa, el cráter del Gngorongoro, el contacto con la fauna africana desde tan cerca, dormir en un lodge en mitad de la sabana. La organización.

LO PEOR: Los falsos masais que viven del turismo, ver de lejos a un guepardo y un rinoceronte.

LO MÁS DIVERTIDO: Encontrarnos con nuestros amigos que viajábamos con la misma agencia, los avisos por radio entre los conductores, los momentos de relax en los hoteles con una safari beer.

A DESTACAR: La calidad de los hoteles, poco turismo en septiembre, la peligrosidad en la conducción. El carácter parco en palabras de los Tanzanos. Quedarse sin luz el aeropuerto entero de Kilimanjaro.


ITINERARIO DEL SAFARI 12/09 Arusha – Alojamiento en Olasiti Lodge. 13/09 Lago Manyara – Alojamiento en Ngorongoro Farm House. 14/09 Serengeti (visita Garganta de Olduvai y poblado Masai). Alojamiento en Serengeti Sopa Lodge. 15/09 Serengeti / Serengeti Sopa Lodge. 16/09 Salida de Serengeti hacia el Área de Conservación de Ngorongoro. Descenso al Cráter de Ngorongoro  Alojamiento en NGORONGORO Farm House. 17/09 Tarangire. Alojamiento en Maramboi Tented Camp . 18/09 Regreso.

El hotel Serengueti Sopa lodge fue sustituido por el Bilila Lodge.

Ayuda Preparación del Viaje: Loney Planet, foro viajeros, diario de viajes, rumbo y booking, agencia Viajes Bolívar.

Meses antes…

-Joooo ya sabes que me encanta la fotografía y uno de mis sueños es ir a África y hacer un Safari fotográfico….- Pues no tienes más que pedirlo… allí que nos vamos.

En esta ocasión los preparativos fueron mayores que en cualquier otro viaje.
Vacunación fiebre amarilla, tétanos, pastillas de la malaria, hepatitis A, Hepatitis B,  entre otros múltiples artículos de botiquín.
Ropa clara, calzado cómodo, gorro para el sol y dólares.

Ya preparados nos pusimos manos a la obra.

Tras mirar y mirar, descartamos hacer combinado a Kenia y Tanzania, o Tanzania y Zanzíbar. Teníamos claro que nuestro primer contacto con África tenía que ser único  en un solo país o zona de África para no perder tiempo en desplazamientos y sobretodo que coincidiera la época para ver más animales.

El destino elegido: Tanzania en 9 días.



Día 1. Madrid-Kilimanjaro
Miércoles 12 de septiembre de 2012.

Que ilusión nos vamos por fin. A las 8.35 de la mañana salía nuestro primer vuelo de KLM con destino a Ámsterdam. Allí haríamos escala para tras 9 horas de vuelo más aterrizar en Kilimanjaro.

Los vuelos fueron estupendos, con tele individual y buena compañía aérea. La ilusión que llevábamos era enorme pero también nos invadía una sensación de miedo e incertidumbre tremenda. Íbamos a África, ese enorme continente tan desconocido para nosotros y donde el ministerio de asuntos exteriores te recomendaba viajar con precaución. Antes de elegir destino siempre lo consultamos y gracias a ella no hicimos un viaje a Madagascar por cómo estaba en ese momento la situación política y de turismo allí.


Cansados pero felices, aterrizamos de noche en el aeropuerto de Kilimanjaro. Mientras mi marido hacía cola para el visado yo me fui a fotografiar el aeropuerto. Para mí todo era nuevo y me generaba mucha curiosidad estar en país tan diferente al resto que conocía. Pagado el visado y hecho el control, cruzamos la puerta y buscamos a la persona con la que íbamos a pasar los próximos días en Tanzania y en sus parques. Allí estaba, un chico de 29 años muy delgado pero con un montón de dientes grandes, separados y blancos que resaltaba con el color de su piel. Hola soy Guga. Guga había aprendido español gracias a una vecina suya durante muchos años que era española y vivía en Arusha. Se comprometieron entre ellos a aprender cada uno el idioma del otro. Y así hicieron. Guga hablaba más o menos bien el castellano y antes de hablarlo trabajaba en una oficina de comercial pero tras aprender y ver que prefería ganarse la vida al aire libre sin estar en una oficina se metió a guía. Llevaba solo 3 años haciendo esto pero ya había trabajo con National Geographic haciendo reportajes.. qué envidia!!! -Hola Guga, encantados. Nos subimos a su jeep y nos dirigimos directamente a Arusha donde pasaríamos la primera noche. Por desgracia era tarde y estaba muy oscuro así que durante las algo más de dos horas que duró el trayecto no pudimos ver ni el volcán ni ningún paisaje de camino.

Nuestro primer contacto fue horrible. Tuvimos que sujetarnos fuertes las manos ya que parecía que íbamos de rally en lugar de Safari. La conducción agresiva y temeraria de Guga podríamos decir que era peor que la peruana que descubriríamos un año después. Por Dios, que velocidades, frenazos, adelantamientos. No se puede contar, eso es para vivirlo. Por el camino nuestra curiosidad por ese país era tan grande que no hacíamos más que bombardearle a preguntas. Ya nos habían avisado que eran parcos en palabras y lo fuimos comprobando con el tiempo. Si tú le preguntabas, él encantado te respondía a todo y te contaba anécdotas sobre animales, política, costumbres, religión y gastronomía de su país e incluso cosas de su vida más privada pero si no, él siempre andaba callado.


Alrededores de Arusha  de día.

Tras dos horas de locura en La carretera nos adentramos en Arusha. Había que cerrar el coche por dentro así como las ventanillas, no asomar cámaras o cualquier objeto de valor. Arusha no tenía buena fama y al recorrer la cuidad por dentro y de noche la verdad es que generaba mucho, muchísimo respeto.

Tras esquivar e introducir el coche en mil grietas de arena que están por toda la ciudad y estar pegados a la ventanilla curioseando absolutamente todo lo que se nos ponía por delante llegamos a la puerta del hotel. Estaba cerrado y protegido a cal y canto por vallas muy altas y opacas. La puerta te la abre un masai que está de guardia toda la noche al igual que en el resto de hoteles de Tanzania. Avanzamos con el coche y al llegar a la puerta de la recepción dos hombres muy sonrientes nos abrieron la puerta del coche y nos ayudaron a bajar con un saludo para nosotros hasta ese momento totalmente desconocido. -JAMBO, JAMBO. - JAMBO, JAMBO les respondimos. Guga nos explicó que eso significa hola en Tanzano. -KARIBU, bienvenidos significa. -ASANTE SANA gracias les respondimos, ya que Guga nos lo chivo jejeje. Esta frase se repetiría a lo largo de todo el viaje.

Al llegar nos quedamos boquiabiertos, el hotel era precioso decorado al más estilo africano. Hablaban muy bien ingles así que nos indicaron que podíamos cenar en la terraza lo que nos apeteciera. Pues vamos para allá. Nos despedimos de Guga que vendría mañana a por nosotros a las 7.30 am para visitar nuestro primer parque y ver los primeros animales, Dejamos las maletas en una espectacular y enorme habitación sin cristales donde hacia un poco de frio y te despertaban a las 5 am con sus rezos desde la mezquita, pero era una preciosidad. Fuimos corriendo a cenar. Pedimos dos cervezas Tanzanas, deliciosas por cierto, cuantos momentos como ese volveríamos a tener...por suerte, hubo muchos. Había una especie de buffete dónde nos tomamos una sopa y carne (ya buscaríamos bajas al día siguiente). Delicioso. Descansamos de tan largo viaje, disfrutamos de ese momento y nos fuimos a dormir.

Buenas noches Arusha.

Día 2. Arusha-Lago Manyara
Jueves 13 de septiembre de 2012.

Nos despertamos con los rezos y rápidamente nos duchamos y bajamos a desayunar, cada vez estábamos más cerca de ver los extensos parques de África y sus animales.
El desayuno estuvo estupendo, el hotel era una maravilla. A la hora convenida hizimos el check out y Guga ya nos estaba esperando fuera con su jeep. -Buenos días Kuga, Buba, digo Guga!! Por Dios con lo simple que es su nombre y lo que me cuesta recordarlo….

Nos subimos al coche y nos preguntó sobre el itinerario que teníamos previsto (ver muchos, muchos, muchísimos animales le gritamos) jajajaja -eso ya lo sé, me refiero a que si estábamos de acuerdo con la ruta establecida y hoteles…- pues sí, por qué??? Porque os voy a cambiar el hotel de Serengueti por uno superior… -Pero por el mismo precio?? -Sí claro, os va a gustar muchísimo más, es espectacular. Ah pues en ese caso perfecto, muchas gracias. Que majo Guga, así da gusto viajar. Salimos del hotel cruzando las vallas que separan el hotel de la ciudad, nos despedimos del masai vigilante de la puerta y atravesamos Arusha de nuevo, esta vez de día, y la verdad se venía diferente, nos generaba tanta tanta curiosidad pero sus gentes, como viven, como están hechos los edificios… era impresionante!!!!. 




Tras unas horas de viaje llegamos al Lago Manyara. Nuestro primer parque de África. Hicimos una parada para abrir el techo del jeep y hacer unas gestiones antes de entrar en el parque.




Nuestros primeros animales: Había monos por todas partes!!!!!!!!,


Que graciosos y que trastos son. Nos subimos al coche preguntando si había algún peligro por ir con la cabeza y medio cuerpo por fuera del coche (éramos unos principiantes, no sabíamos). –No, dijo Guga, pero depende de en qué  zonas y con qué animales nos fuéramos encontrando. Ala! que emoción y que peligro!, habría que estar con todos los sentidos puestos. Arrancamos y empezamos a ver los primeros babuinos, jirafas, restos de búfalo comidos por algún león, huesos, hipopótamos, cebras, ñus!!!.




Es indescriptible definir lo que se siente al ver esos paisajes y a todos esos animales reunidos en los mismos sitios. Cebras y ñus van a todas partes juntos, se protegen y ayudan, las jirafas casi no tienen miedo de nada, con esos largos cuellos que llegan a cualquier rama donde nosotros ni con largas escaleras, los elefantes tan seguros y firmes con esas enormes trompas y a la vez tan silenciosos... Recorrimos durante todo el día el parque observando esos animales tan increíbles, en su hábitat, donde nosotros somos los intrusos. Al mismo tiempo, buscábamos algún carnívoro, pero ese día no hubo suerte. Lo cierto es que no nos importó porque fue tan impresionante disfrutar tanto de aquel paisaje, de la fauna, estar en ese jeep con medio cuerpo fuera, respirando el aire y sintiéndote casi tan en libertad como esos animales…

Tuvimos nuestro primer encuentro con una manada de elefantes. Podías acariciarlos de lo cerca que estaban…



Son unos animales alucinantes, parecen tan dóciles pero con esos tamaños imponen un enorme respeto. Guga nos pidió que mantuviéramos silencio, no hiciéramos ningún movimiento brusco ni ningún ruido ya que no se sabe cómo pueden reaccionar.

De hecho los tuvimos a menos de medio metro mirando de reojo nuestro coche y a través de la ventanilla. Fue una experiencia única. Tras este subidón de adrenalina, paramos en una zona para tomar un picnic. Aquí en los Safaris en la hora del almuerzo se funciona con picnic. Cada mañana en los hoteles te preparan una cajita con un sándwich, un huevo duro, un bollo, una pieza de fruta y una botellita de agua.

Menos mal que salimos de Madrid con nuestro ya habitual jamón, chorizo, queso, salchichón y pan bimbo porque si no, tras tanta emoción y desgaste hubiéramos pasado mucha hambre. Comimos en el picnic área, una zona habilitada para ello y con suerte al estar en esta época había muy poco turismo, así que se estaba en mitad del parque con aquellas vistas, observando cebras, ñus y a lo lejos elefantes como en un sueño.. la diferencia es que.. esta vez era realidad.


Pastillita de malarone cada día en la hora de la comida. Guga ya nos contó que él había tenido tres veces malaria, pero bueno, ellos tienen sus propios remedios pero nosotros nos ahogaríamos si nos ocurriera.



Cuantos cuantísimos documentales de la 2 habíamos visto y tras muchos años se había hecho realidad, estábamos dentro de esos documentales.

Allí en mitad de un parque en Tanzania, comiéndonos un sándwich, contemplando la fauna y a un punto de casi rozar a esas “fieras”.

Después de comer, subimos de nuevo al jeep para recorrer más zonas del parque. Tuvimos suerte y vimos más jirafas y un montón de flamencos. Los escenarios cada vez eran mejores y se veía todo más hermoso que en los documentales.




A partir de las 18.00 h. no te dejan estar en los parques y está prohibido circular por ellos de noche así que sobre las 17.30 y tras un día cargado de sensaciones y emociones Guga nos llevó  a nuestro  hotel. De camino atravesamos un pueblo donde ya se podían empezar a contemplar los primeros masais, a los niños pastoreando con sus vacas. Era todo un espectáculo.

Al llegar al hotel y como en el jeep teníamos nevera le pedimos a Guga si nos dejaba tener el embutido ahí, en ese momento nos dimos cuenta de que era musulmán. Su cara lo dijo todo aunque accedió. Al llegar a cada hotel te recibían con una toallita húmeda que se agradecía porque volvíamos con arena hasta en los dientes, con la cabeza sacada por fuera y a las velocidades a las que en algunos momentos Guga nos llevaba teníamos polvo hasta en la ropa interior.

Una bebida fresquita, hicimos el check in y una persona del hotel nos acompañó a nuestra habitación. Madre mía aquello era espectacular, teníamos una terraza enorme desde donde pudimos contemplar  uno de los atardeceres más bellos que alguien puede imaginar.



Nos duchamos cambiamos de ropa y fuimos a cenar al hotel. Había un buffet libre delicioso, nos tomamos una cerveza antes de cenar y un empleado nos estuvo preguntando por el fútbol, nos pidió que le dijéramos alguna cosa en español ya que él estaba aprendiendo el idioma, le encantaba la gente española. Él  hablaba un inglés perfecto, así que le enseñamos una frase en español y la elegida fue.. -Qué pasa tronco!!!! Jejeje, era para verle, a partir de ese momento a todo español que aparecía por el restaurante le saludaba con un… qué pasa tronco!!!!. Igual teníamos que haberle enseñado una frase un poco más polite jejejeje, aunque los españoles se meaban de risa.


De pronto estábamos cenando cuando escucho. Holaaaaa!!! Pero como es posible? Unos amigos estaban allí, alojados en el mismo hotel que nosotros. Hacía sólo 4 días habíamos estado en su boda y aunque sabíamos que iban a Tanzania no imaginábamos que íbamos a coincidir en el mismo hotel y lo mejor de todo, con la misma empresa (Kibo Safaris) cuyos conductores se conocían y eran amigos. Estuvimos cenando con ellos, charlando sobre la boda, lo que habíamos visto estos días en Tanzania (ellos ya llevaban 2 días más que nosotros) y los parques que nos quedaban por visitar. Pues no debimos aclararnos porque esa noche ya nos despedimos creyendo que no volveríamos a coincidir y resultó que teníamos más o menos el mismo itinerario por lo que los siguientes 3 días, volveríamos a coincidir y estuvimos de safari juntos, en los picnic juntos, en los mismos hoteles jejejee, la verdad es que fue un puntazo.

Nos tomamos un par de cervezas (Safari y Serengueti, absolutamente recomendables) y nos fuimos a dormir, siempre acompañados por un masai o algún empleado del hotel, con linternas y lanzas.

Buenas noches Tanzania, que emociones tan increíbles has causado sólo en el primer día en nosotros.

Día 3. Arusha-Parque Nacional del Serengueti.
Jueves 14 de septiembre de 2012.

Buenos días África, buenos días mi amor, que pasote donde estamos verdad???. Esto tiene que ser un sueño, despiértame porque no puede ser verdad….

Ducha, y una vez comprobado que era cierto fuimos a desayunar. Hola chicos, coincidimos en el desayuno esa mañana y llegada la hora de ir de nuevo de safari, recogimos nuestro picnic y fuimos a buscar a Guga.

-Buenos días Guga que tal??, que hiciste ayer? – Pues estuve de barbacoa.- Jolín como te lo montas eh??. Sus barbacoas como más adelante nos contó no se parecen en nada a las nuestras. Hay ausencia totalmente de carne y sobre todo de cerdo (recordemos que es musulmán). Además no bebe alcohol, sólo coca cola. Coca cola que le comprábamos para la hora del picnic y que abría la chapa con esos dientes entre blancos y amarillentos mientras nosotros nos las veíamos y deseábamos para encontrar un palo o una piedra para poder abrirlas jejeje. Están hechos de otra pasta.



Subimos al coche y de camino al Serengueti fuimos hablando de la situación política de Tanzania, Kenya, de los conflictos en África del Oeste, de lo delicado es todo allí, de la pobreza, del turismo en África. Nos llamaba mucho la atención ver que durante todo el recorrido en coche veníamos cientos de casas a medio construir. Guga nos contó que la gente cuando ganaba algo de dinero empezaba a construir su casa pero en cuanto se quedaba sin dinero ahí se quedaban esos ladrillos a medias.

Tras tanta información llegamos a la entrada del Serengueti. Hicimos las gestiones pertinentes y allí estaban de nuevo nuestros amigos. Nosotros iríamos a ver primero el cráter del Gnorongoro y ellos irían directos a ver el Serengueti.




Una vez hechos los trámites Guga nos llevó a ver lo que a mi juicio debería ser considerada como la octava maravilla del mundo. El cráter de Gnorongoro. Aún no hay adjetivos que definan lo que sentí al ver aquella belleza. Un cráter lleno de animales donde viven todo el año, no emigran, con múltiples pueblos masais y de una magnitud y un color hermosísimo. Ninguna foto ni del mejor fotógrafo del mundo (mi marido) puede plasmar la belleza de ese lugar.



Me quedé petrificada, ya no quería ir a ningún sitio más, me hubiera quedado eternamente allí pero nos esperaba un largo día en busca de nuestro primer carnívoro.

Ese día comenzaba la búsqueda de los Big Five, y hasta el momento sólo habíamos visto hipopótamos y de lejos, así que teníamos mucha tarea por delante y Guga no pararía hasta que viéramos al menos en el día de hoy los 3 primeros.

Nos subimos de nuevo al coche y antes de llegar al Serengueti Guga nos llevó a un poblado Masai. Éramos muy reacios a hacer esto, habíamos leído que están preparados para el turismo y que es una farsa, a nosotros sólo nos gusta ver y disfrutar lo que es real y la verdad teníamos poco tiempo para buscar más animales e íbamos a perder mucho tiempo en el poblado.



Debe ser algo obligatorio porque por mucho que le dijimos que no, Guga nos llevó, y es más, nos invitó, ya que encima tienes que pagar cerca de 60 dólares por entrar a verlos. Fue muy amable, supongo que él por alguna razón tenía que hacerlo pero es cierto que no nos quiso cobrar nada. Al llegar, nos recibieron a mis las mujeres con su característica vestimenta y collares, me agarraron una de la mano, me colocaron un collar y tuve que bailar y “cantar” con ellas mientras agitaba el enorme collar con óxido en los alambres hacia delante y hacia atrás. Mientras tanto, a mi marido le entregaron una especie de cetro y tuvo que hacer la danza típica en la que se salta muy alto junto al jefe de la tribu y unos 8 masais más. Jejeje la verdad es que sólo por las fantásticas fotografías que Guga nos sacó ya mereció la pena.

Y de pronto, quien estaba allí?? De nuevo nuestros amigos. Ellos ya habían hecho también el ritual. El jefe de la tribu nos cogió por banda y nos metió en la que era su choza-cabaña donde vivía con su mujer y sus dos preciosos hijos. Allí, a oscuras, con olor a caca de vaca y plagado de moscas nos tuvo cerca de 20 minutos hablando en inglés contándonos sus tradiciones y estilo de vida, lo que comen, a que se dedican, como duermen , y un largo etc….


Tras ese rato y ver la cara de curiosidad de sus hijos salimos de nuevo fuera y ahí empezaba de nuevo el paripé. Tenían una especie de mercadillo donde vendían pulseras, collares y esas típicas cosas en las que te sentías en la obligación de comprarles algo. Así que compramos unas pulseras y cumplimos. Después nos llevaron a ver las cabras y vacas de las que se alimentan. Resultó que había una cabrita recién nacida y que pude tener en los brazos, aún tenía los ojitos cerrados, era tan tierna.

Después, nos llevaron a ver la “escuela” donde enseñan a leer y escribir a los niños. 



Allí nos estaban todos esperando sentados en un pupitre y en la pizarra escrito el abecedario y los números del uno al diez. Todos al unísono los decían como cantando. En fin… había una caja donde dejar tu donación para la escuela y se acababa el paripé.





Tras eso, volvimos al coche y a la entrada al Parque. Allí paramos de nuevo para comer el picnic del día más nuestro malarone, y volvimos a encontrarnos con nuestros amigos. Comimos juntos, intercambiamos las opiniones sobre el pueblo masai y su escuela de pega y tras 30 minutos por fin entrábamos al parque (Serengueti).

Guga se retrasó y mientras esperábamos, oímos a un elefante bebé llorar y llorar, probablemente se había perdido y buscaba desesperadamente a su madre y a su manada. Nos dio mucha pena y ojalá que al final la encontrara pronto. Nosotros tuvimos que irnos y por fin entramos en tierras del Serengueti. Empezaban a divisarse los primeros animales, avestruces, coyotes, zorros, cebras, ñus, etc…. Lo primero que haríamos sería ir en busca de algún Big 5. Por fin, teníamos a un búfalo delante de nosotros.



Nos encontramos con enormes hipopótamos, elefantes, y ahí estaban dos leonas sobre una roca descansando plácidamente. Bua!!! Que sensación, daban ganas de bajar del coche y acercarte a acariciarlas, que locura verdad? Pero era lo que me apetecía en ese momento. Claro que si lo hubiera hecho hoy no tendría con qué escribir este diario jejejeje.




Tras contemplarlas durante un buen rato, seguimos por el Serengueti dando vueltas en busca de algún león, guepardo, leopardo o incluso por qué no un rinoceronte.

No tuvimos demasiada suerte, pudimos ver algún cachorro de león, y hienas!!!!! Que simpáticas, como un animal carroñero nos podía parecer tan divertido e increíble. Son muy fotogénicas y la verdad es que son graciosísimas cuando andan con ese cuerpo tan amorfo que tienen. 




Vimos nuestros primeros pumbas, que moooooooonos, vimos suricatos, y más y más cebras, ñus, tanto bebes como adultos. Vimos Antílopes y la famosa gacela Thomson, Mi marido siempre hablaba de ella y yo siempre pensé que ese nombre se lo había inventado. Eras muy bonitas!!!!!.









Seguimos dando vueltas en busca de algún guepardo y seguíamos sin suerte (era mi máxima obsesión). Eso sí, vimos a una leona preparándose para cazar y emprender la carrera hacia un enorme antílope que tenía a menos de 200 metros, camuflada entre las altas y amarillas hierbas, pero un coche llegó con gente hablando muy alto y se descentró. Guga ya había metido motor a tope en ese momento para que pudiéramos hacer la carrera a la par que ella y ver la cacería en primera persona pero por desgracia (y suerte para el antílope) se truncó. Estuvimos esperando un largo rato por si volvía a animarse, pero los antílopes ya se dieron cuenta de la situación y se fueron corre que te corre.


El día había sido casi perfecto a excepción del guepardo así que  Guga nos llevó al hotel, y de camino pudimos observar parte de la gran migración. Era todo un espectáculo ver tanta cebra y ñu junto, cientos y cientos de ejemplares yendo en la misma dirección. Había veces que con el coche teníamos que parar porque no podíamos pasar. Los ñus me parecían tan graciosos y tiernos. Los pobrecitos son los más tontos de la sabana y son los que peor salen parados en cualquier cacería, por eso les tengo un cariño especial.

Llegamos al hotel, un maravilloso hotel donde nos esperaban con la ya tradicional toallita. Que vergüenza, si con solo rozar la cara ya la habíamos dejado negra, jejejje, ese día si habíamos tragado polvo.

Nos despedimos de Guga, acordamos quedar a las 5.00 am para ver amanecer en la sabana y ver más animales ya que hay más actividad a esas horas que cuando ya sale el sol.

Nos acompañaron a nuestra pedazo de habitación dos masais, allí teníamos una enorme terraza desde la cual contemplábamos una enorme cantidad de animales. Había un búfalo justa debajo de nosotros, una manada entera de elefantes que se acercaban sigilosamente y todos en fila a beber de la piscina natural de nuestro hotel. Cebras, babuinos…. Y… ese increíble atardecer. Digno de película. Nos tomamos una cerveza y corre que te corre fuimos a una terraza bar del hotel a ver los elefantes de cerca beber allí mismo.


Que espectáculo, había muchos bebes preciosos.
Al rato vinieron nuestros amigos, nos tomamos algo mientras hablábamos del día tan estupendo que habíamos vivido y subimos al restaurante a cenar.

La cena fue muy agradable y es que el hotel era alucinante.

Tras esto, nos fuimos a dormir acompañados una vez más por dos masais. Entre Las sombras de la noche se podían ver babuinos haciendo de las suyas, y masais paseando sin más luz que la de la luna por medio de la sabana con una única lanza como defensa con su ganado.



Estábamos agotados.

Buenas noches Tanzania.

Día 4. Parque Nacional del Serengueti.
Viernes 15 de septiembre de 2012.

A la hora convenida nos encontramos con Guga en recepción, era muy temprano y no habíamos desayunado. Él se iba a encargar de preparar una cestita de picnic con el desayuno y otra con la comida. -Guga no te olvides del café con leche por favor…- no no, no te preocupes. Sin desayunar y con una emoción enorme, nos subimos en el coche, aún era de noche, empezaba a amanecer y menudo espectáculo, ni la mejor fotografía, reportaje o lo que fuera podría jamás plasmar la belleza de colores y del lugar.


Los animales en plena actividad trasteando y campando a sus anchas.


Lo primero que nos cruzamos fueron cientos y cientos de cebras, ñus y manadas enteras de elefantes.



De pronto, Guga recibe una llamada, sin mediar palabra, enfila en jeep y de rally a toda prisa nos lleva por la sabana durante unos 15 minutos. Allí estaba, un precioso Leopardo subido a lo alto de un árbol, -y que había al lado? Había subido probablemente su madre una presa en el árbol de al lado un antílope enorme que parecía haber sido cazado hacía bien poco. El leopardo tendría un año, no más, así que su madre andaría cerca. Estuvimos esperando un buen rato pero no apareció. No importó fue más que suficiente contemplar aquel ejemplar tan increíble y hermoso. Muchísimas gracias Guga, ya sólo nos falta un rinoceronte y un guepardo y habremos completado la lista de los 5 grandes.



Seguimos dando vueltas y cada vez se hacía más de día, así que sobre las 10.00h. Guga nos llevó a un picnic area en medio de la sabana donde no había absolutamente nadie donde allí podríamos desayunar tranquilos. Había un lavabo y Guga antes de que pasáramos, no nos dejaba bajar del coche hasta que comprobó que no había ningún animal cerca. Dio una patada a la puerta por si acaso había alguna sorpresa dentro y al comprobar que no había nadie, corre que te corre bajamos, entramos al “lavabo” (agujero en el suelo)  y corre que te corre volvimos a subir de nuevo al coche.

Había una pequeña zona con mesitas de piedra redondas donde Guga bajó la cestita del desayuno y nos dispusimos a tomarlo allí en medio de aquel paisaje con miles de animales por allí rondando y nosotros solos. Era una emoción enorme.



Huevos, salchichas, salmón, bollitos, pan, zumo de naranja… pero -y el café Guga??? Uppppsssss, se me olvidó… -lo sabíaaaaaaa. Buenoooooooo te lo perdono por traernos a este sitio tan magnífico apartado de todo turismo y con nada más que una salchicha con la que poder defendernos de un depredador.



Durante el desayuno, nos habló de su vida, su familia, de su hijo, de su trabajo que le encantaba, de los animales, de España, de qué tipo de turismo prefiere (los españoles estamos los cuartos en su lista) etc… Fue un momento muy bonito.


Recogimos todo y volvimos al coche. Siguiente objetivo Un león con mucha mucha muchísima melena por favor Guga!!!!!!!!.

Tras un rato en el coche le encontramos, no tenía una melena como la mía pero hacía sus pinitos. Cuando le vi, entendimos por qué le llaman el rey de la selva. Es tan grande, tan fuerte, con una cabeza y unas patas que de un zarpazo nos mataba a todos de golpe. Y ahí estaba, campando a sus anchas, panza arriba, panza abajo, retozándose a la sombra de un baobab sin temor a nada. Pero quien puede meterse con semejante ejemplar??? Buah!!!!!!! Fue alucinante.


Tras contemplarle durante mucho rato fuimos a buscar más, pero esta vez no tuvimos suerte.

Ya llevábamos mucho tiempo en el coche y claro pues las necesidades diarias empezaban a hacer mella en nuestro cuerpo. -Guga, necesitamos ir al baño…. Pero claro estamos en mitad del Serengueti. No hay problema, dijo, paró el coche, bajó del mismo, miró a derecha e izquierda y dijo.. Ahora!!!!… pero vamos a ver si sólo has mirado en dos direcciones, te queda el otro ángulo y mirar por delante y por detrás!!..

Bueno, pues ahí que nos lanzamos, los tres en mitad de la sabana cada uno en un punto, por un lado del coche, hicimos nuestras necesidades jejejeje, mirando a todos los lados con un acojone como en la vida.

Volvimos a subir al coche con todos nuestros miembros enteros y de pronto  mi marido da un grito y de su pierna por dentro del pantalón salió una mosca Tse Tse.

Menudo mordisco le había dado la tía.. lo que nos faltaba, ahora que se nos duerma o se le ponga la pierna como se le puso toda hinchada. Por suerte quedó en un susto y no tenía la enfermedad…. Eso sí, la pierna parecía doble.

Tras recorrer varias veces más la sabana fuimos a la zona del picnic a comer. Allí volvimos a encontrarnos con nuestros amigos. Guga se sentó a comer con nosotros, ya había cogido mucha confianza después de esa mañana de confesiones pero de repente algo le alteró. Al abrir el picnic del hotel nos habían puesto cerdo para comer. Su cara cambió por completo y se enfadó muchísimo. Nosotros le ofrecimos queso y pan bimbo que aceptó gustosamente pero aún así no se sentía cómodo. Dijo que acababa de recibir una llamada de los Ranger que habían visto un rinoceronte muy cerca de donde estábamos y que recogiéramos rápido porque nos íbamos ya a buscarle. Vale vale vámonos. No le creímos, sabíamos que lo que le pasaba es que estaba incómodo porque al final no nos llevó a ningún sitio. Se nos cayó el alma a los pies, nos quedaban dos big five por ver y no había forma, el día se estaba terminando y nuestra última esperanza era verlos en el cráter.

Este ejemplar de animalito (no sé cómo se llama, nos acompañó durante el picnic).




Así como una mangosta muy mona que estaba pensando en darse un festín.



Por la tarde más hienas, elefantes, pumbas, jirafas, babuinos, hipopótamos (que mal olían por favor). Paramos en un lago donde viven todos ahí junto con cocodrilos. Los hipopótamos: otros que a ver quién es el listo que se mete con ellos, menudas malas bestias!. Vimos alguna leona más, pero ni rastro de otros carnívoros. Y nosotros que ansiosos estábamos por verlos.







Regresamos al hotel cabizbajos, atravesando de nuevo cientos de cebras y ñus  cuando de pronto Guga cogió velocidad y atropelló a un pobre, lindo y multicolor pajarito. Grité pero Gugaaaaaaaaaaaaaaaaa, - el respondió, pero si  no le he rozado y se echó a reír… pero Gugaaaaaaaaaaaaaa por favor, si estábamos los tres sacando las plumas de la boca como si fuéramos un dibujo animado. En fin… Para colmo nos cuenta que atropellar o matar a un león son 500 dólares, cebra 50 dólares, un rinoceronte es cárcel… un paharo bonito….. por lo visto nada, es gratis….



De nuevo en el hotel, fuimos a tomar algo, a analizar, recordar y ver las fotos del día, subimos a la habitación, nos duchamos y bajamos a cenar. En esta ocasión se nos hizo muy tarde así que no coincidimos con nuestros amigos. Nos dio mucha pena pero justo cuando llegábamos al restaurante ellos salían así que estuvimos en una terracita comentando el día. Ya no nos volveríamos a ver,  así que nos despedimos hasta que nos volvimos a ver, esta vez ya en Madrid.



Cenamos y de pronto todas las luces del hotel se apagaron. Estábamos a oscuras. Menos mal que nuestra mesita tenía una vela.. la luz volvió al cabo de un rato. Fue una anécdota curiosa y se quedó ahí porque aún no sabíamos que el día que volvíamos a Madrid el aeropuerto se quedó totalmente a oscuras mientras los aviones aterrizaban y despegaban. Esto es África.

Terminamos de cenar, nos acompañaron nuestros ya compañeros masais y nos acostamos.

Había sido un día muy largo y duro.

Buenas noches.


Día 5. Cráter del Gnorongoro
Sábado 16 de septiembre de 2012.

Nos levantamos en el Serengueti. Jo despidámonos de él, no sabemos si alguna vez en la vida podremos volver. Snif snif… tanta belleza junta va a ser imposible de olvidar.

Fuimos a desayunar como cada mañana y a las 7.30 estaba Guga esperándonos con el coche preparado. Hoy nos vamos al Cráter!!!!!!!!!!! Madre mía que felicidad, yo quería y necesitaba estar allí, me pareció tan hermoso!!!!!!! De camino a través del Serengueti y con la cara pegada en la ventanilla para dejar grabado en la retina cada lugar, cada animal que había visto para siempre, Guga dió un volantazo, -vamos para allá!!!!! Dios mío, que hay? Que nervios?? Un guepardo!!!!! Había lo menos 6 coches allí amontonados pero por desgracia estaba muy muy lejos… se podía divisar su silueta, ese cuerpo y esa cabeza tan característica que tiene pero no podía verle bien su cara. Que decepción, le pedí por favor por favor a Guga, que en el cráter necesitaría ver uno, y que no querríamos irnos a ningún otro lugar sin verlo. Guga rió y dijo que no podía prometer pero haría lo imposible.

De camino al Cráter.




Salimos del parque, tras los trámites correspondientes y dejando atrás el Serengueti con toda la pena del mundo empezó un trayecto precioso hasta el Gnorongoro.



La bajada al cráter es simplemente espectacular, es el paraíso, lo más bonito que había  visto en mi vida y que probablemente me la jugaría a decir que es casi imposible volver a ver algo tan hermoso.



Estuvimos en el mirador contemplando el parque y ya de lejos se apreciaban las siluetas de los animales. 




Había Rinocerontes (según nos dijo Guga, y si teníamos suerte igual veíamos uno. Por desgracia, sólo quedan 17 en todo Tanzania y sólo 3 se encuentran en el Gnorongoro. La caza furtiva ha acabado con ellos y aunque tratan hoy en día de protegerlos es difícil, además sólo tienen una cría por parto por lo que lo hace más difícil aún repoblarlos. Bueno había que ser positivos y confiar en que íbamos a terminar nuestra lista de Big Five.

De bajada al cráter, hablábamos de la cocina española, invitamos a Guga a venir a Madrid con su hijo a comer paella, sopa de cocido, garbanzos, tortilla de patatas. Jejeje se le hacía la boca agua.

Tras unos 40 minutos entrabamos en el cráter. Nos topamos  con hienas, pumbas, conejos, mangostas, elefantes, cebras, ñus, avestruces preciosas, etc..






Cuando de pronto Guga se para en seco. -Déjame tus prismáticos, me dijo. Jejeje él llevaba unos pero siempre me pedía los míos.. nos dice, allí está vuestro guepardo. Qué, cómo, dónde??? Pudimos verle, a una larga distancia pero ya era más que nada, decenas de ñus, cebras y antílopes le seguían con su mirada. Estaban todos petrificados contemplando los movimientos de ese animal. Es pequeño pero ya se deben conocer la pedazo de carrera que tiene el animalito. Impávidos todos mirando hacia el mismo lugar al igual que nosotros. Se paseaba, bebía agua, se tumbaba a la bartola, se levantaba, pero por fin conseguimos verle algo mejor.
Ya era más que nada…



De pronto, Guga y su radio reciben algo, corre que te corre con el polvo entrándonos hasta en las orejas, de pronto se para y nos dice allí!!!!!
Había un rinoceronte, madre mía que emoción. Al igual que con el guepardo le teníamos a una gran distancia pero la suficiente para apreciar la magnitud de tan bello animal. Se movía de un lado a otro y de vez en cuando se acercaba más, nos abrimos nuestro picnic dentro del coche los 3 y estuvimos más de 1 hora observándole y esperando a ver si se acercaba un poco más. Estuvimos viendo sus movimientos y sus increíbles y característicos cuernos. La visión era magnífica. No había sido la perfección porque no los habíamos visto a menos de 200 metros pero para nosotros había sido un triunfo completar la lista.


Tras esto, seguimos dando una vuelta por el Gnorongoro. Vimos muchísimos leones tan cerca que podían haberse comido la cabeza y brazo de Guga si hubieran querido porque estábamos a menos de 10 metros de ellos y Guga con el brazo fuera de la ventanilla. Está claro que él Tanzano, nosotros ahí sí que subimos ventanillas y no cerramos el techo de milagro jejeje, que cagetas. Fue todo un momentazo, había una gran manada de leones.



Por la tarde fuimos a un lago precioso allí en el cráter y a última hora regresamos al hotel.

El día había sido casi casi perfecto.

Cervecitas para celebrarlo, cena y a dormir.

Buenas noches Rino, guepardo y leones…

Día 6. Tarangire
Domingo 17 de septiembre de 2012.

Nos despertamos felices y satisfechos del día anterior, pero tristes porque ya sólo nos quedaba un parque por ver.

Desayunamos, recogimos nuestro picnic y nos fuimos a buscar a Guga. Como siempre estaba puntual, él dormía en un poblado que había a 1 km aprox. del hotel donde tenía varios amigos.

Nada más salir del hotel Guga nos paró en una gasolinera para repostar. En ese instante nos abandonó a la suerte y por la ventanilla se colaron dos niños de unos 14 años graciosísimos y simpatiquísimos que no hacían más que intentar vendernos pulseras y colgantes. –No, les decíamos todo el rato, ya habíamos comprado a los masais y el presupuesto que nos quedaba era para figuritas y algún que otro telar.



Insistían y mientras Guga de lejos se partía de risa. Al final optamos por comprarles unos colgantes horrorosos por 5 dólares. Uno de los chicos dijo sois españoles? –Sí, le respondimos, y de una forma muy divertida se empezó a despedir de nosotros. Hasta siempre, hasta nunca, hasta luego, hasta pronto, adiós, hasta otro día jejejeje. Se ganaron los 5 dólares.




De nuevo en ruta y de camino al parque iríamos a visitar unos pueblos de Arusha y alguna tiendecita donde comprar algún recuerdo cuando de repente oímos a mi marido que dice:

Uppppppppps, me he llevado la llave de la habitación. Una llave verde donde ponía el nombre de la nuestra: Tandala. La cara de Guga fue un poema, pero como es posible? Que no hay más copias de llaves. Ahí va que faena!!! Pues no vamos a volver que tenemos un día muy largo por delante…. Guga hizo llamadas mil, al hotel, a guías, a la agencia hasta que topó con un guía que iba al mismo hotel y con el que se encontraría para entregarle la llave. Ese día acuñamos un nuevo término. Hacer un Tandala. Jajajajajaja nosotros nos reímos muchísimo aunque Guga no.



Después del incidente seguimos y paramos en varias tiendas donde era requisito imprescindible regatear. Queríamos comprar figuritas de masais y alguna cosita más para casa. Intentamos negociar en varias tiendas pero se nos da fatal, hicimos a Guga llevarnos por más de 7 tiendas a ver si en alguna nuestros dotes de negociación surtían efecto pero no y en vista de que se nos echaba el tiempo encima y además aún no habíamos comprado nada en una última tienda por fin un hicimos un horrible negocio. Una jirafa, 3 figuras masais  y 2 telares y pagamos la friolera cantidad de 60 dólares jejeje, no tenemos ni idea de regatear, aunque claro empezaron pidiendo 150 dólares….


Felices con nuestros nuevos regalitos subimos al coche y llegamos a la entrada de Tarangire.

Nos pareció nada más llegar, una maravilla de parque, a la entrada tenían restos de huesos y cabeza de elefante, que suena desagradable pero lo cierto es que imponían, que grandes son!!!.



Hicimos una fotos cotilleamos la zona y volvió Guga de hacer las gestiones del parque. Subimos al coche y ala a empezar a disfrutar. Me pareció uno de los parques más bonitos de Tanzania. Nada más llegar nos topamos con cientos de elefantes, había por todas partes, gacelas, antílopes, y una gacela Thompson nos dedicó un salto espectacular. Sacamos las puntuaciones y se lo había ganado. Un 10 de dimos cada uno. Que perfección!!!. Seguimos avanzando y nos topamos con una manada de elefantes que iban con tres crías preciosas y divertidísimas que jugaban tiradas entre la hierba a enredarse las trompas, a subirse unas encima de las otras..





Nos acercamos muchísimo, quizás demasiado porque en ese momento apareció la madre que enfiló a toda prisa hacia nuestro coche, Guga nos pidió que estuviéramos en absoluto silencio, que ni siquiera respiráramos, pasamos mucha mucha tensión, la madre se acercó demasiado al coche y con muy malas intenciones, entre tanto uno de los pequeñines se acercó al coche con su trompita a oler y cotillearlo todo, era muy peque y ese coche era algo nuevo y diferente para él. La madre se paró frente a nuestro coche mirando de reojo cualquier movimiento y se llevó a la cría. Uffffffffffffffffffffffffffffffff lo pasamos fatal, hasta Guga que había vivido muchas situaciones en sus tres años de guía-conductor. Tras el susto proseguimos por el parque disfrutando de la fauna.

El parque era muy muy bonito y te sentías parte de él porque se recorría desde muy dentro no como en Serengueti que el camino es más ancho y está más trazado.


Tras una mañana emocionante paramos en un picnic. Allí nos acompañó una especie de ardilla riquísima. Nos hizo compañía y Guga se quedó con sus amigos conductores a comer. Como nos había sobrado tiempo hasta la hora de salida nos acercamos a un mirador y tras hacer una foto cual fue nuestra sorpresa que vimos a una leona en mitad de un ancho lago parada y al fondo elefantes cruzando. Había algo en mitad del lago pero no conseguíamos distinguir que era.



Guga mira mira lo que hay. No medió palabra y nos llevó directamente hasta allí, él si sabía lo que había….

Al llegar pudimos ver una manada entera de leones con el estómago hinchadísimo y jadeando porque acababan de comerse un búfalo entero. Estaba totalmente destripado y campaban las leonas a la sombra después de ese festín mientras que una de ellas hacía guardia al lado del cadáver ya que rondaban sin parar los buitres y querían sacar tajada. La leona aún agotada y extasiada peleaba por mantenerlo alejado de ellos para luego seguir comiendo más. Hacían turnos ya que tras unos 20 minutos  esa leona se retiró y vino otra…. Fue increíble vivir eso en primera persona.







Tras ese momentazo seguimos dando una vuelta por el parque contemplando esos preciosos paisajes y sus animales hasta que se hizo tarde y regresamos.





Salimos y antes de llegar a la carretera Guga se paró en un chiringuito de uno de los poblados, nos abandonó a nuestra suerte en el coche y se fue a hablar con alguien. Nos quedamos un poco rayados porque de pronto atravesó la carretera de lado a lado y sin mediar palabra y a sus velocidades, se metió con el coche en mitad de la nada, sin ningún camino señalizado ni trazado durante un buen rato. Nos agarramos las manos y como somos así pues nos acojonamos muy mucho. Nos secuestran pensamos….. no nos hemos agarrado así de fuerte ni en Perú (y eso que allí lo pasamos un rato mal)… tras una media hora por ese camino a la nada divisamos una cabaña… ufffffffffffffff respiramos hondo… era nuestro “hotel”. Íbamos a dormir en mitad de la sabana y de la nada en una tienda de campaña…..

El sitio era espectacular pero daba un miedo y un respeto enorme. Junto a la recepción había pumbas, jirafas, gacelas… ese estaba siendo el mejor contacto con ellos del mundo…



Hicimos el check in y un masai nos acompañó a nuestra tienda. Que flipe estaba sobre unos palos en mitad de semejante magnitud de campo abierto africano. Encima la nuestra era la que más alejada estaba de la recepción. Entramos a dejar las cosas cuando oímos una enorme estampida. Asomamos corriendo la cabeza y decenas de animales corrían a refugiarse bajo los palos de nuestra cabaña y algunos corrían como locos en línea recta atravesándola. Que hay por dios, que han visto ellos que nosotros no hemos visto???????????????? Un guepardo, una leona, un leopardo????????????? Que miedito e íbamos a pasar ahí la noche entera pero a la vez… Que subidón.

Fuimos a recepción a celebrar el magnífico día que habíamos tenido y a despedirnos de Tanzania jooooooooooo. Seguía Guga allí, nos hicimos una foto los tres de recuerdo y él se despidió hasta el día siguiente. Nos pedimos un par de cervezas, safari y Serengueti y disfrutamos del anochecer más bonito del mundo. Tuvimos un momento espectacular y para recordar toda la vida.



Cenamos allí mismo acompañados de mil y 1 mosca tse tse y pedimos dos cervezas para llevárnoslas a la tienda de campaña a tomárnosla en mitad de la noche a escuchar los sonidos de la sabana. Nos acompañaron como siempre unos masais. Esta vez iban más armados que los de los hoteles anteriores. Estábamos en mitad de la nada y alumbrando con varias linternas durante el camino nos dejaron en la puerta.

Al entrar en la tienda una araña de unas dimensiones desorbitadas campaba a sus anchas junto a nuestra cama. Ahhhhhhhhhhhh por dios mátala… pero claro cuánto dinero será eso? No conocíamos la especie y a lo mejor eran 30 o 40 dólares. Era lo más parecido a una tarántula que habíamos visto nunca. Cerré la tienda y dejé que mi marido y ella se pelearan o negociaran para que se largara. Como el negociar no es el fuerte de mi marido, tras ver que ella tenía las de ganar, la invitó a que se fuera.. y así hizo.

Tras esto, salimos al porche a oscuras a escuchar los sonidos, nos daba pánico imaginar que algún león o leopardo (que es la hora más apropiada para este último ya que cazan de noche y encima por placer ni siquiera por hambre, su filosofía es matar, punto).

Entre tensión y diversión disfrutamos de esa cervecita que nos supo a gloria. El día ya hacía mella en nosotros así que nos fuimos a dormir.

Buenas noches África.

Día 8. Tarangire-Arusha-Kilimanjaro-Parada técnica en Nairobi-Madrid
Lunes 18 de septiembre de 2012.

Buenos días, has oído algo esta noche?? Jooo no caí redonda la verdad y si alguna zarpa hubiera intentado atravesar la tienda de tela lo hubiera hecho porque no nos hubiéramos enterado.

Ya tristes y melancólicos fuimos a desayunar, allí en mitad de ese increíble paisaje, de nuevo a la habitación a organizar todo para volver a casa, este increíble viaje había llegado a su fin… De camino había un pumba muy divertido a tan sólo unos metros de nosotros. Nos sacamos una foto con este simpático animal y volvimos a la tienda.

Ya recogidas las maletas, y al salir de la cabaña un hombre y mujer esperaban en la puerta de la tienda ya que sabían que hoy nos íbamos. Cogieron nuestras pertenencias, se las subieron a su cabeza y fueron todo el camino de vuelta con ellas en la cabeza y sin manos… pero si yo no soy capaz ni de tirar de ella y eso que tiene ruedas?? Están hechos de otra pasta sin duda…




Les dimos una propina, hicimos el check out y ya estaba Guga esperando. Nos subimos al coche y como hasta las 20.00 h. no salía nuestro vuelo nos comentó que había acordado con la agencia que nos dejaran comer gratis y alojamiento gratuito en el Olasiti Lodge de Arusha hasta la hora de traslado al aeropuerto. La verdad es que se portó muy bien, lo organizó todo perfecto y nos trataron mejor de lo que habíamos pagado.

Volvimos hasta Arusha a 500 km por hora, en su línea, y otra vez a guardar cámaras la ciudad estaba en pleno apogeo a esas horas… cantidad de gente por todas partes.

Llegamos a Olasati, apertura de verja por masai, jambo jambo. Nos dieron una habitación espectacular, descansamos un rato, fuimos a comer un buffet buenísimo, hicimos unas compras en la misma tienda del hotel, volvimos a descansar otro ratito hasta que se hizo la hora.

Hola Buba.. digo Guga… por Dios no sé ni la de cosas que he llamado a este hombre.

Todo había sido perfecto Guga se había ganado una muy buena propina. Nos subimos al coche, y nos fuimos al aeropuerto.  

De camino al aeropuerto.




Al llegar a la terminal nos dejó en la puerta y le dimos un sobre Asante Sana Guga. Cogió el sobre, nos deseó buen viaje y se fue.  Entramos en la terminal, hicimos la facturación y fuimos a la sala de embarque. Como nos sobraba un poco de tiempo, nos tomamos un agua y para nuestra sorpresa se fue la luz en todo el aeropuerto durante algo más de tres minutos!!!!!!!! Que locura de país, estas cosas sólo ocurren aquí, además no había ni luces de emergencia porque estuvo todo en completa oscuridad. Jaja menuda anécdota nos llevamos. Y a todo esto, los aviones aterrizaban y despegaban. Menudo miedito.

Cuando volvió la luz, visitamos las tiendas del aeropuerto nos compramos un hipopótamo monísimo y ya embarcamos.

Teníamos 9 horas hasta Ámsterdam más una parada técnica en Kenya de algo más de 1 hora.

Cada vez nos alejábamos más de África, que penita…

Con mucha tristeza, aterrizamos en Ámsterdam, desayunamos en el aeropuerto y cogimos nuestro vuelo a Madrid. A media tarde aterrizamos en Barajas y para colmo al día siguiente trabajábamos.

Hasta luego África. Sin duda Volveremos a vernos….







No hay comentarios:

Publicar un comentario